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jueves, mayo 25, 2023
Martín Vizcarra: desleal y sin escrúpulos

Martín Vizcarra: desleal y sin escrúpulos

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Martín Vizcarra: desleal y sin escrúpulos

Martín Vizcarra concentró todo el poder, desde que de forma inconstitucional disolvió el Congreso un 30 de septiembre de 2019. Con la seguridad de que iba a contar con el beneplácito de los grupos «El Comercio» y «La República», con la confianza de que gozaba del apoyo del Ministerio Público, en particular con el respaldo de Zoraida Ávalos, que virtualmente había sido impuesta como parte de la toma del poder institucional impulsada y dirigida por el Instituto de Defensa Legal y Gustavo Gorriti. Con un Tribunal Constitucional, cuyos magistrados (seis) tenían mandato vencido y que no dudaron en convalidar el «golpe de Estado» perpetrado so pretexto de que se había consumado la «denegación fáctica» de la confianza, ante la solicitud planteada por el premier Salvador Del Solar.

Un político astuto, desleal, sin partido político como Martín Vizcarra, supuestamente estaba dispuesto a liderar la lucha contra la corrupción e impulsar una reforma política, para cuyo efecto había convocado a un grupo de expertos liderados por Fernando Tuesta Soldevilla. El Perú no puede olvidar cómo Gustavo Gorriti se había convertido en el «censor de la vida nacional», direccionando las investigaciones y acciones de los fiscales Vela Barba y José Domingo Pérez, aparentemente empeñados en defender al país frente a los embates de una verdadera organización criminal liderada por Odebrecht, las empresas constructoras brasileñas y el «Club de la Construcción». Martín Vizcarra engañó al país, mientras que Gustavo Gorriti mostraba especial interés en explicar siempre que era pertinente permitir que la empresa brasileña siguiera contratando con el Estado, luego de que «reconozca la comisión de ciertos errores» y asuma el pago de determinadas obligaciones, resumidas en el pago de una indemnización, siguiendo el ejemplo de otras empresas transnacionales que en los mercados internacionales se habían «rehabilitado», luego de un breve ostracismo empresarial.

El Perú fue testigo de la puesta en marcha de una abierta campaña contra la corrupción, en la que el equipo especial LavaJato liderado por dos fiscales convertidos en «hombres del año» o «adalides» de la defensa del interés nacional, terminaron coludidos con la empresa Odebrecht, suscribiendo un «Acuerdo de Colaboración Eficaz», cuyo contenido se mantuvo en reserva. No debemos olvidar que tanto Odebrecht y las empresas constructoras brasileñas siempre fueron avaladas políticamente por el Partido de los Trabajadores de Brasil y por el presidente Lula. No podemos obviar que las constructoras brasileñas durante un largo tiempo participaron en la ejecución de grandes obras de infraestructura en toda América Latina. Seamos claros, tanto Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Nadine Heredia, Susana Villarán, Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra fueron operadores de Odebrecht en nuestro país.

El retorno del Partido de los Trabajadores y de Lula al poder representa una victoria para las constructoras brasileñas y hace posible que la supuesta colaboración ofrecida como parte de las investigaciones y durante el desarrollo de los Juicios Orales, virtualmente se haya interrumpido, poniéndose en riesgo el éxito de los procesos penales en curso. El Perú no puede olvidar cómo la judicialización de la política ha marcado el devenir institucional en nuestro país en los últimos años. No podemos soslayar cómo Martín Vizcarra, socio del «Club de la Construcción», lesionó el interés nacional, eludiendo su responsabilidad penal en la comisión de graves ilícitos, cuando fue gobernador regional en Moquegua. Hoy, se pone al descubierto la farsa montada por Martín Vizcarra, Gustavo Gorriti, el Instituto de Defensa Legal y los fiscales Vela Barba y José Domingo Pérez.

Martín Vizcarra anuncia que el Perú está en "conversaciones" para adquirir "30 millones de vacunas” - YouTube
Martín Vizcarra será recordado en la historia, como una etapa sombría de la vida nacional; más aún cuando luego de la disolución inconstitucional del Congreso concentró todo el poder, dictándose sucesivos Decretos de Urgencia sin el menor control.

Los efectos devastadores de la pandemia en nuestro país no solo han quedado registrados en los más de 200.000 connacionales fallecidos, en la abrupta caída del PBI en el 2020, en las absurdas medidas sugeridas por el Grupo Prospectiva integrado por Farid Matuk. El Perú no puede olvidar la manera irresponsable cómo se optaron por las pruebas rápidas, descartándose las moleculares, cómo se rechazaron donaciones importantes del sector privado y cómo de manera irregular sólo se direccionó la compra de vacunas al gobierno de la República Popular China. El manejo político de la pandemia fue instrumentado por el entonces presidente Vizcarra, con sus habituales conferencias de prensa desde Palacio de Gobierno. No podemos olvidarnos de cómo Martín Vizcarra se burló del país, al vacunarse de manera subrepticia. No ha sido suficiente que 105 congresistas decidieran vacar a Martín Vizcarra y que luego haya sido inhabilitado por 10 años para el ejercicio de la función pública; toda vez que de una manera obstinada y desafiante sigue mintiendo al país, habiendo negado recientemente ante la Comisión de Fiscalización del Congreso el haber convertido la lucha contra la pandemia en una gran oportunidad para favorecer a determinadas empresas que terminaron contratando con el Estado.

Martín Vizcarra, la exministra de Economía María Antonieta Alva y la expresidenta de EsSalud Fiorella Molinelli fueron protagonistas de acciones de gobierno que revisten la mayor importancia y que en líneas generales han estado marcadas por la falta de transparencia. El gobierno de Martín Vizcarra estuvo signado por la corrupción, por la violación sistemática de la institucionalidad democrática, por la farsa y la mentira, como la llamada reforma política que solo favoreció a los partidos convertidos en «vientres de alquiler». Martín Vizcarra debe ser emplazado política y judicialmente. Estamos ante un personaje siniestro y sin escrúpulos, ávido de poder.

Artículo publicado en el diario El Reporte de Perú

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Martín Vizcarra señala que la corrupción hace perder al Perú 10 millones de soles al año | POLITICA | OJO

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16 Comentarios

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  1. Armo su propia maquinaria como un dictador con el fin de perpetuarse en el poder. Martín Vizcarra concentró todo el poder, desde que de forma inconstitucional disolvió el Congreso un 30 de septiembre de 2019. Con la seguridad de que iba a contar con el beneplácito de los grupos «El Comercio» y «La República», con la confianza de que gozaba del apoyo del Ministerio Público, en particular con el respaldo de Zoraida Ávalos, que virtualmente había sido impuesta como parte de la toma del poder institucional impulsada y dirigida por el Instituto de Defensa Legal y Gustavo Gorriti.

  2. Desde que asumió el poder Vizcarra en marzo del 2018 denunció públicamente la corrupción que reinaba en el país a raíz del caso Odebrecht y esto le garantizó un sólido respaldo popular que ronda el 50%, lo cual es desde entonces su principal fortaleza.
    Sin una bancada en el Congreso, ni operadores políticos sólidos, el presidente lo único que lo sostiene es la legitimidad popular.
    Sin embargo, el caso Obrainsa e IGGSA son los problemas serios que pueden poner en cuestión su poder en los próximos meses.
    Por otro lado, no hay duda que enfrentará varias investigaciones judiciales como los últimos cuatro presidentes que gobernaron el Perú y que terminaron enlodados en casos de corrupción.
    Felicito al autor del artículo por su lucha contra la corrupción.

  3. Vizcarra y el Caso Chinchero, la corrupción se inicia a gran escala.
    La historia de la construcción del aeropuerto Chinchero del Cusco que vendría a reemplazar al actual se remonta al 2011 cuando se estableció que sería una obra de asociación pública- privada, que vendría a impulsar aún más el turismo en esta región que lugares como Machu Picchu y el Valle Sagrado.
    El nuevo aeropuerto permitiría realizar vuelos internacionales directos y se esperaba que al año pudieran llegar 6 millones de turistas, por lo que era una obra de gran importancia para el país.
    En el 2014, el gobierno de Ollanta Humala otorgó la concesión para la construcción del aeropuerto al consorcio Kuntur Wasi, tras una oferta de cofinanciamiento de $ 264,7 millones.
    Con el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski en el cual Martín Vizcarra fue ministro de Transportes y Comunicaciones se señaló que «era un mal contrato y lesivo para el Estado», por lo que en febrero de 2017 se firmó una adenda en la cual el Estado asumiría directamente el costo de las obras por US$ 265 millones. El resto de este caso se necuentra en ninvestyigación, listpo para ser condenado.

  4. Excelente artículo. No podemos olvidarnos de cómo Martín Vizcarra se burló del país, al vacunarse de manera subrepticia. No ha sido suficiente que 105 congresistas decidieran vacar a Martín Vizcarra y que luego haya sido inhabilitado por 10 años para el ejercicio de la función pública; toda vez que de una manera obstinada y desafiante sigue mintiendo al país, habiendo negado recientemente ante la Comisión de Fiscalización del Congreso el haber convertido la lucha contra la pandemia en una gran oportunidad para favorecer a determinadas empresas que terminaron contratando con el Estado.

  5. Muy importante recordar lo vertido por el autor del artículo: El retorno del Partido de los Trabajadores y de Lula al poder representa una victoria para las constructoras brasileñas y hace posible que la supuesta colaboración ofrecida como parte de las investigaciones y durante el desarrollo de los Juicios Orales, virtualmente se haya interrumpido, poniéndose en riesgo el éxito de los procesos penales en curso. El Perú no puede olvidar cómo la judicialización de la política ha marcado el devenir institucional en nuestro país en los últimos años. No podemos soslayar cómo Martín Vizcarra, socio del «Club de la Construcción», lesionó el interés nacional, eludiendo su responsabilidad penal en la comisión de graves ilícitos, cuando fue gobernador regional en Moquegua.

  6. Vizcarra quiso pegar de incorruptible, incluso en su discrurso an las Naciones Unidas para tener resplado internacional, nadie le cryo. Quiso encarcelara a sus adversarios político par entornillarse en el poder, pero ca corrupción le gano su ser ambicioso y finalizí desfenestrado. Falta su enjuiciamiento y estar en el lugar que le pertenece: la cárcel.

  7. Vizcarra en mi opinión debería ser juzgaso por crimenes de lesa humanidad, por el genocidio que permitió durante su gestión mientras lucraba por xcorrupción.

  8. Vizacarr y Castillo lo peor de la historis de la historia del Perú. Un político astuto, desleal, sin partido político como Martín Vizcarra, supuestamente estaba dispuesto a liderar la lucha contra la corrupción e impulsar una reforma política, para cuyo efecto había convocado a un grupo de expertos liderados por Fernando Tuesta Soldevilla. El Perú no puede olvidar cómo Gustavo Gorriti se había convertido en el «censor de la vida nacional», direccionando las investigaciones y acciones de los fiscales Vela Barba y José Domingo Pérez, aparentemente empeñados en defender al país frente a los embates de una verdadera organización criminal liderada por Odebrecht, las empresas constructoras brasileñas y el «Club de la Construcción».