Imperio bizantino
Bizancio fue un estado cristiano, con el griego como lengua oficial. Los bizantinos desarrollaron su propio sistema político, prácticas religiosas, arte y arquitectura. Estos aspectos estuvieron muy influenciados por la tradición cultural grecorromana, aunque fueron distintos y no una simple continuación de la antigua Roma. El Imperio bizantino fue la potencia medieval más longeva, y su influencia continúa hoy en día, especialmente en la religión, el arte, la arquitectura y las leyes de muchos estados occidentales, de Europa Central y Oriental, y de Rusia.
Definición
El Imperio Bizantino existió desde 330 hasta 1453. A menudo se le denomina Imperio Romano de Oriente o simplemente Bizancio. La capital bizantina fue fundada en Constantinopla por Constantino I (quien gobernó del 306 al 337). El Imperio bizantino tuvo distintos tamaños a lo largo de los siglos, en algún momento poseyó territorios de Italia, Grecia, los Balcanes, Levante, Asia Menor y el norte de África.
Bizancio fue un estado cristiano, con el griego como lengua oficial. Los bizantinos desarrollaron su propio sistema político, prácticas religiosas, arte y arquitectura. Estos aspectos estuvieron muy influenciados por la tradición cultural grecorromana, aunque fueron distintos y no una simple continuación de la antigua Roma. El Imperio bizantino fue la potencia medieval más longeva, y su influencia continúa hoy en día, especialmente en la religión, el arte, la arquitectura y las leyes de muchos estados occidentales, de Europa Central y Oriental, y de Rusia.
El nombre «bizantino» y fechas
El nombre «bizantino» fue acuñado por historiadores del siglo XVI, basados en el hecho que el primer nombre de la ciudad fue Bizancio, antes de pasar a ser Constantinopla (actualmente Estambul). Fue y sigue siendo una etiqueta imperfecta pero conveniente, que diferencia el Imperio romano de Oriente del de Occidente, especialmente importante tras la caída del segundo en el siglo V. De hecho, por ese motivo, no hay un acuerdo universal entre historiadores sobre a qué período de tiempo se refiere el término “Imperio bizantino”. Algunos sitúan la fecha de la fundación de Constantinopla en 330, otros en la caída del Imperio romano de Occidente en 476, otros prefieren el fracaso de Justiniano I (r. 527-565) en la unificación de los dos imperios en 565, e incluso algunos lo vinculan con la conquista de las provincias orientales de Bizancio por parte de los árabes, en ca. 650. La mayoría de historiadores concuerdan en que el Imperio bizantino finalizó el martes 29 de mayo de 1453, cuando el sultán otomano Mehmed II (r. 1444-6 y 1451-81) conquistó Constantinopla.
CONSTANTINOPLA SE CONVIRTIÓ EN LA CIUDAD CRISTIANA MÁS RICA, LUJOSA E IMPORTANTE DEL MUNDO.
Esa discusión sobre las fechas también pone de manifiesto las diferencias étnicas y culturales entre las dos mitades del mundo romano y la distinción del estado medieval de su herencia romana anterior. Los bizantinos se llamaban a sí mismos ‘romanos’, su emperador era basileon ton Rhomaion o ‘emperador de los romanos’ y su capital era ‘Nueva Roma’. Sin embargo, el idioma más común era el griego, y lo justo es decir que, en la mayor parte de su historia, el Imperio bizantino fue mucho más griego que romano en términos culturales.
Constantinopla
Los inicios del Imperio bizantino se remontan a la decisión del emperador romano Constantino I de trasladar la capital del Imperio romano de Roma a Bizancio, el 11 de mayo de 330. El nombre popular de Constantinopla o ‘Ciudad de Constantino’ pronto sustituyó a la elección oficial del propio emperador de ‘Nueva Roma’. La nueva capital tenía un excelente puerto natural en la entrada del Cuerno de Oro y, a caballo entre Europa y Asia, podía controlar el tráfico de barcos a través del Bósforo, entre el Egeo y el Mar Negro, que conectaba el lucrativo comercio entre Oriente y Occidente. Una gran cadena que se extendía a través de la entrada del Cuerno de Oro, y la construcción de las enormes Murallas de Teodosio, entre 410 y 413, garantizaban la capacidad de resistencia de la ciudad frente a ataques tanto por mar como por tierra. Al irse añadiendo, a lo largo de los siglos, edificios espectaculares, la cosmopolita ciudad se convirtió en una de las más bellas de todos los tiempos y sin duda la ciudad cristiana más rica, lujosa e importante del mundo.
Emperadores bizantinos
Los emperadores bizantinos o basileus (o basilissa en los casos más raros de emperatrices) residían en el espléndido Gran Palacio de Constantinopla y gobernaban como monarcas absolutos sobre un vasto imperio. Como tal, el basileus necesitaba la asistencia de un gobierno experto y de una burocracia extensa y eficiente. A pesar de ser un gobernante absoluto, se esperaba de un emperador – por su gobierno, la población y la Iglesia – que gobernara sabia y justamente. Y lo que es más importante, un emperador había de tener éxitos militares, porque el ejército seguía siendo en la práctica la institución más poderosa de Bizancio. Los generales en Constantinopla y las provincias podían – y lo hicieron – destronar a un emperador que fracasara en la defensa de las fronteras imperiales y que trajera consigo la catástrofe económica. Sin embargo, en condiciones normales, el emperador era el jefe supremo del ejército, cabeza de la Iglesia y del gobierno, controlaba las finanzas públicas y nombraba o destituía nobles según su voluntad; pocos gobernantes en la historia han tenido nunca tanto poder.
MEDIANTE UNA CONTINUIDAD CUIDADOSAMENTE ORQUESTADA DE DINASTÍAS, RITUALES, VESTIMENTAS Y NOMBRES, LA INSTITUCIÓN DEL EMPERADOR BIZANTINO FUE CAPAZ DE SOBREVIVIR DURANTE 12 SIGLOS.
La imagen del emperador aparecía en las monedas bizantinas, que también se utilizaban para mostrar al sucesor electo, normalmente el hijo primogénito, aunque no siempre, porque no había reglas sucesorias establecidas. Se consideraba a los emperadores como elegidos por Dios para gobernar, aunque una magnífica corona y una vestimenta de púrpura de Tiro ayudaban a reafirmar su derecho a gobernar. Otra estrategia de marketing era copiar los nombres reales de ancestros ilustres, siendo Constantino el favorito. Incluso los usurpadores, normalmente militares de éxito y poderosos, con mucha frecuencia intentaban legitimar su posición contrayendo matrimonio con algún miembro de la familia de sus predecesores. Así, mediante una continuidad cuidadosamente orquestada de dinastías, rituales, vestimentas y nombres, la institución del emperador bizantino fue capaz de sobrevivir durante 12 siglos.
El gobierno bizantino
El gobierno bizantino seguía los modelos establecidos en la Roma imperial. Aunque el emperador era omnipotente, se esperaba que consultara a instituciones importantes, como el Senado. En Constantinopla, a diferencia de Roma, el Senado estaba formado por hombres que habían ascendido en el rango militar, con lo que no existía una clase senatorial como tal. Sin elecciones, los senadores, ministros y consejeros locales bizantinos en su mayor parte conseguían su posición mediante el patrocinio imperial o por su estatus como grandes terratenientes.
Los senadores de élite constituían el pequeño sacrum consistorium, al que se suponía que, teóricamente, el emperador había de consultar los asuntos de transcendencia del estado. Además, el emperador podía consultar a miembros de su entorno personal en la corte. También en la corte estaban los chambelanes eunucos (cubicularii), que servían al emperador en asuntos personales, pero que también podían controlar el acceso a él. Los propios eunucos ostentaban cargos de responsabilidad, los principales entre ellos responsables del tesoro imperial, los sakellarios, cuyos poderes aumentaron de forma significativa a partir del siglo VII. Otros cargos importantes eran el de cuestor, o responsable legal principal; el comes sacrarum largitionum, que controlaba la casa de la moneda; el magister officiorum, responsable de la administración general del palacio, el ejército y sus suministros, así como de los asuntos exteriores; y un conjunto de inspectores imperiales que supervisaban a los consejos locales repartidos por todo el Imperio.
El funcionario más importante en Bizancio, sin embargo, era el Prefecto del Pretorio del Este, de quien dependían todos los gobernadores regionales del Imperio, que a su vez supervisaban a los consejos de las ciudades o curae, cuyos miembros eran responsables de los servicios públicos y la recaudación de tributos en sus ciudades y territorios adyacentes. Esos consejos estaban repartidos geográficamente en unas 100 provincias, a su vez agrupadas en 12 diócesis, tres en cada una de las cuatro prefecturas del Imperio. A partir del siglo VII los gobernadores de las diócesis, o themes, como fueron denominados tras la reestructuración, pasaron de hecho a ser comandantes militares provinciales (strategoi), con dependencia directa del emperador, al ser abolido el cargo de Prefecto del Pretorio. A partir del siglo VIII, debido a la presión militar creciente por parte de los vecinos y a las guerras civiles internas, la administración del estado se simplificó notablemente.
Corpus Juris Civilis
El gobierno bizantino se benefició enormemente de la creación del Código de Justiniano o Corpus Juris Civilis (Corpus de Derecho Civil) de Justiniano I. Dicho corpus, redactado por un panel de expertos legales, recogió, editó y revisó el enorme conjunto de leyes romanas que se habían acumulado a lo largo de los siglos – una cantidad descomunal de edictos imperiales, jurisprudencia y listas de delitos y castigos. El código, con más de un millón de palabras, estaría en vigor 900 años, haciendo las leyes más claras para todos, reduciendo el número de casos llevados a los tribunales de forma innecesaria, acelerando los procesos judiciales e influyendo posteriormente en la mayoría de sistemas legales de las democracias occidentales.
La sociedad bizantina
Los bizantinos daban gran importancia al nombre familiar, a la riqueza heredada y al nacimiento respetable de un individuo. Los miembros de las clases altas de la sociedad poseían las tres cosas. La riqueza provenía de la propiedad de tierras o de su administración bajo una jurisdicción de administración individual. Sin embargo, no existía la aristocracia de sangre como tal en la sociedad bizantina, y tanto el patrocinio como la educación eran formas de subir en el escalafón social. Además, la dispensación de favores, tierras y títulos por parte de los emperadores, así como las degradaciones indiscriminadas y los riesgos de invasiones foráneas y de guerras, hacían que los componentes individuales de la nobleza no fueran estáticos y que las familias prosperaran y se hundieran a lo largo de los siglos. El rango era visible para todos los miembros de la sociedad mediante el uso de títulos, sellos, insignias, vestimentas especiales y joyería personal.
La mayoría en las clases bajas seguía la profesión de los padres, aunque la herencia, la acumulación de riqueza y la ausencia de una prohibición formal de movilidad entre clases al menos ofrecían una pequeña posibilidad de que una persona mejorara su posición social. Había trabajadores con empleos mejores, como los ocupados en asuntos legales, administración y comercio (que no era una forma de ganarse la vida demasiado apreciada por los bizantinos). En el peldaño inferior estaban los artesanos, luego los granjeros propietarios de sus propias parcelas de tierra, y luego el grupo mayor – los que trabajaban las tierras de otros y, finalmente, los esclavos, que normalmente eran prisioneros de guerra, mucho menos numerosos que los trabajadores libres.
El papel de las mujeres bizantinas, como en el caso de los hombres, dependía de su rango social. Era de esperar que las mujeres de la aristocracia gestionaran su hogar y cuidaran de sus hijos. A pesar de que podían tener propiedades, no podían desempeñar empleos públicos, y dedicaban su tiempo libre a tejer, ir de compras, a la iglesia, o a leer (aunque no tenían una educación formal). Las viudas eran las tutoras de sus hijos y podían heredar a partes iguales con sus hermanos. Muchas mujeres trabajaban, igual que los hombres, en la agricultura y en diversas industrias manufactureras y servicios de alimentación. Podían ser propietarias de sus tierras o negocios, y algunas mejoraban su posición social por medio del matrimonio. Las profesiones menos respetadas eran, como en todas partes, prostitutas y actrices.
Territorios del Imperio bizantino
La extensión geográfica del Imperio bizantino cambió a lo largo de los siglos al irse sucediendo los triunfos y derrotas militares de cada emperador. A los inicios de la historia del Imperio, sus territorios incluían Egipto, Siria, Jordania, Líbano y Palestina. Grecia era menos importante en términos prácticos que como símbolo de la idea que los bizantinos tenían de sí mismos como herederos verdaderos de la cultura grecorromana. Italia y Sicilia serían defendidas, finalmente sin éxito, contra las ambiciones de los papas y los normandos. Los Balcanes hasta el Danubio eran importantes, y Asia Menor, hasta la costa del Mar Negro al norte y Armenia al este, era una gran fuente de riqueza, aunque ambas regiones requirieron una defensa regular y vigorosa contra diversos enemigos sempiternos.
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El Imperio bizantino en la historia
El Imperio bizantino se estableció en los actuales territorios de Turquía y Grecia. En algunos períodos de su historia, su extensión incluyó el litoral oriental del mar Mediterráneo, parte de Egipto y algunas regiones de Italia.
Eb este artículo te explicamos un resumen del Imperio bizantino y su historia. Los territorios que comprendía y sus características.
Por. Luis Alberto Pintado Córdova y Tito Aguilar Díaz
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Bizancio era un Estado cristiano multiétnico, de importante influencia cultural, económica y política en el mundo de la época. Los bizantinos se consideraban herederos del Imperio romano, y se llamaban a sí mismos romanos. Sin embargo, con el tiempo se distinguió del Imperio romano de Occidente, por sus características políticas, culturales y religiosas.
El Imperio bizantino existió entre 285 y 1453 d. C. y durante la Edad Media, constituyó una barrera contra el avance del Islam hacia Europa. La historia de Bizancio se interpreta a menudo como el símbolo del creciente abismo entre las culturas occidentales y orientales en la historia del mundo.
Ubicación geográfica del Imperio bizantino
El Imperio bizantino se estableció fundamentalmente en los actuales territorios de Turquía y Grecia. Durante algunos períodos de su historia, su extensión incluyó el litoral oriental del mar Mediterráneo, parte de Egipto y algunas regiones de Italia.
Organización política del Imperio bizantino
En Bizancio, se utilizaba el término griego basileus (que significa “rey”) para definir al emperador. El cargo no era hereditario, sino que se definía mediante un procedimiento de selección en el que intervenía el Senado, el ejército y representantes del pueblo. Con el tiempo, este procedimiento comenzó a tener rasgos religiosos y la figura del basileus obtuvo carácter divino.
Por otro lado, el gobierno bizantino era autocrático: el basileus imponía su poder sobre todos los asuntos de la vida de sus ciudadanos. Se situaba a la cabeza de la administración y el ejército, creaba las leyes y las hacía poner por escrito, y era el juez supremo en los asuntos más importantes.
Para la administración del Imperio, el basileus disponía de un grupo de funcionarios que constituían una burocracia organizada de forma jerárquica.
Economía del Imperio bizantino
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La economía bizantina se sustentaba en la producción agrícola, el comercio y la recolección de impuestos.
La mayoría de la población era campesina. Los principales productos agrícolas en Bizancio fueron el trigo, las legumbres, la miel, el vino y los frutos secos.
Bizancio logró desarrollar el comercio a larga distancia con distintas regiones de Asia y del norte de África. Constantinopla, la capital del Imperio, se convirtió en el centro de grandes redes mercantiles. Los principales productos importados eran el trigo (como alimento para la población de las ciudades) y la seda (como artículo de lujo para las clases altas urbanas).
Además, el Estado bizantino cobraba impuestos a la mayoría de la población. La mayor parte de la recaudación tributaria se invertía en el ejército.
Sociedad del Imperio bizantino
La población del Imperio era variada, y los historiadores estiman que en su época de apogeo alcanzó los 34 millones de habitantes.
La mayoría de la población era campesina y había grandes desigualdades en relación a la posesión de la tierra. Algunos tenían pequeñas parcelas para el cultivo, lo que les permitía mantener la subsistencia familiar y pagar los impuestos estatales. Otros, no poseían tierras y trabajaban en campos ajenos a cambio de un salario. Además, había grandes terratenientes que, con el tiempo, fueron incorporando parcelas de campesinos empobrecidos.
Religión en el Imperio bizantino
La mayoría de la población practicaba la religión cristiana. El cristianismo en Bizancio tuvo sus particularidades y, con el tiempo, se fue diferenciando del cristianismo occidental, cuyo centro de poder era Roma.
En Bizancio se dio una disputa entre diferentes corrientes de interpretación religiosa. La mayoría de las iglesias estaban decoradas con imágenes en las que se representaba a Cristo, a la Virgen y a los santos en escenas bíblicas. A comienzos del siglo VIII d. C., un grupo de creyentes, conocidos como iconoclastas, empezaron a oponerse a la representación de imágenes religiosas porque consideraban que era una práctica pagana.
Entre 720 y 843 d. C., los emperadores bizantinos adoptaron la tendencia iconoclasta: prohibieron y destruyeron las representaciones religiosas y las reemplazaron por cruces. Sin embargo, a mediados del siglo IX, se impuso de nuevo la utilización de representaciones religiosas.
Por otro lado, hacia el siglo XI, se produjo el “Gran Cisma” dentro de la Iglesia cristiana, y las Iglesias de Oriente y Occidente quedaron como instituciones separadas. La Iglesia bizantina adquirió el nombre de Iglesia ortodoxa: los bizantinos consideraban que seguían la doctrina cristiana con más fidelidad que los cristianos occidentales. Sin bien la diferencia entre ambas iglesias se fundamentaba en cuestiones de doctrina (es decir, sobre cómo interpretar y practicar la fe cristiana), las razones de la separación fueron eminentemente políticas.
Historia del Imperio bizantino
A lo largo de su historia, el Imperio bizantino atravesó diferentes momentos importantes:
Origen del Imperio bizantino
A finales del siglo III, ante la continua crisis política y económica del Imperio romano, el emperador Diocleciano decidió dividir al Imperio en dos partes, para facilitar su control y administración. Cada mitad estaba gobernada por un augusto y un césar. Este sistema se conoce como tetrarquía.
Este modelo permaneció vivo hasta la muerte de Diocleciano y produjo luego un conjunto de guerras internas a las que puso fin el emperador Constantino I, al unificar ambas mitades del Imperio y declarar a Bizancio como la nueva capital (“Nueva Roma” se llamó, pero se la conoció popularmente como Constantinopolis, la ciudad de Constantino). En 395 d. C., a la muerte de Teodosio I, se dividió de nuevo el Imperio. Cada uno de sus hijos heredó una parte: Flavio Honorio imperó sobre el Imperio de Occidente, con capital en Roma; y Arcadio gobernó sobre el Imperio de Oriente, con capital en Bizancio.
En 476 d. C., el Imperio romano de Occidente sucumbió ante el ataque de las tribus germanas y la toma de la ciudad de Roma. Sin embargo, el Imperio romano de Oriente continuó manteniendo su unidad política y su historia perduró casi mil años más, hasta su conquista por el Imperio otomano, en 1453 d. C.
Reinado de Justiniano
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El apogeo del Imperio bizantino ocurrió durante el reinado de Justiniano I, en el siglo VI. La victoria frente a los persas en la frontera oriental del Imperio le permitió a Bizancio emprender una campaña de recuperación de los territorios del antiguo Imperio romano que, luego de su desintegración, ahora se repartían entre diversos reinos germánicos. Así, el Imperio bizantino conquistó las costas mediterráneas del norte de África, de Italia y del sur de España.
Durante esta época se vivió un esplendor cultural, cuyo mejor ejemplo es el templo de Santa Sofía, erigido en Bizancio como símbolo del renacimiento imperial. Sin embargo, los esfuerzos bélicos tuvieron su costo y sumieron al Imperio en un siglo venidero de crisis económica y de peste que eliminó a un tercio de la población de Constantinopla.
Inestabilidad fronteriza
Los siglos VI y VII d. C. constituyen épocas de crisis para el Imperio Romano de Oriente, asediado en múltiples fronteras por enemigos diversos: los persas retomaron su lucha en el este, los búlgaros y eslavos hicieron lo propio en el norte, y el Islam conquistó en el Medio Oriente los territorios más ricos del Imperio: Siria, Palestina y Egipto.
Los emperadores se sucedieron en el trono sin lograr restablecer la fortaleza imperial, y cedieron a las conquistas bárbaras el río Tíber y casi toda Italia, e incluso tuvieron que defender Constantinopla del asedio de los ávaros y los eslavos en 626 d. C.
Además, hubo diferentes conflictos internos, especialmente vinculados con el ámbito religioso.
Renacimiento macedonio
A este período siguió una recuperación importante del Imperio, regido por una dinastía de reyes macedonios y caracterizada por el distanciamiento entre el cristianismo oriental y occidental.
Durante el siglo XI, la influencia política en los aspectos religiosos llevó a lo que se conoce como el “Gran Cisma” del cristianismo, con la mutua excomunión del Papa Nicolás I y el Patriarca de Constantinopla Focio. Con ello, se dio la separación oficial de las iglesias Oriental y Occidental.
Declive del Imperio bizantino
A fines del siglo XIII d. C., el Imperio entró en un proceso de crisis que culminó con su caída en 1453 d. C. Los especialistas consideran que hubo diferentes causas que llevaron al debilitamiento del Estado bizantino:
- El sistema burocrático e impositivo llevó a que los terratenientes locales acumularan cada vez más tierras y los campesinos perdieran sus pequeñas propiedades. Este empoderamiento de los terratenientes locales debilitó su dependencia del emperador y, por ende, su obediencia.
- Los grandes terratenientes utilizaron su poder para evadir el pago de los impuestos y, a su vez, los campesinos empobrecidos redujeron su capacidad de pagar tributos.
- La baja recaudación impuso una menor inversión en el ejército imperial. Ante la presión de grupos de invasores en las fronteras y el desarrollo de guerras civiles por las disputas de poder internas, el ejército imperial debilitado no pudo sostener la posición de poder del emperador.
Durante el último siglo de Bizancio, el Imperio otomano fue conquistando gran parte de su territorio. En 1453, la ciudad de Constantinopla fue asediada por seis semanas hasta que finalmente los turcos otomanos se la apropiaron y dieron fin al Imperio bizantino.
Cultura en el Imperio bizantino
Algunos de rasgos culturales importantes de la cultura bizantina fueron:
- Arquitectura. La arquitectura bizantina se destacó por la construcción de edificios civiles y religiosos en sus principales centros urbanos. En la ciudad de Constantinopla se edificaron numerosas iglesias cristianas. La Iglesia de Santa Sophia (dedicada a la “divina sabiduría”) fue mandada a construir por el emperador Justiniano I y constituye la obra cumbre del “siglo de oro” de la arquitectura bizantina. Se caracteriza por su enorme cúpula y por haber sido, por más de mil años, la catedral más grande del mundo.
- Arte. El arte bizantino se destacó en escultura, pintura y mosaiquismo. Es especialmente reconocida la belleza de los trabajos de revestimiento de muros en mosaicos de las iglesias bizantinas.
- Identidad. Bizancio se consideraba heredera del Imperio romano y se llamaba Basilea romanion (en griego, “Imperio romano”). Sus habitantes se llamaban a sí mismos romioi (en griego, “romano”). El término “Imperio bizantino” comenzó a ser utilizado por los historiadores posteriores, recién hacia el siglo XVI, para diferenciarlo del Imperio romano anterior.
- Idioma. El idioma original del Imperio romano fue el latín. Sin embargo, con la separación de Occidente, el latín fue reemplazado por el griego. Con el tiempo, el Imperio bizantino se constituyó como el principal estado que preservó la cultura clásica griega.
- Influencia oriental. El Imperio bizantino tomó rasgos de las culturas orientales, con las que compartía fronteras y sostenía intercambios comerciales. Muchos historiadores identifican esta influencia en la acumulación de poder en el emperador y los rasgos divinos que adquirió.
Fuente: https://humanidades.com/imperio-bizantino/#ixzz8UbJZuStP
Constantino tomó la decisión esencial —una de las decisiones importantes de su reino; la otra sería la aceptación del cristianismo— de fundar una nueva capital: Bizancio. Roma había dejado de ser desde hacía tiempo la capital política de facto del imperio: muy alejada de sus fronteras septentrionales en peligro y de las ricas provincias orientales, no había tenido un emperador in situ desde mediados del siglo iii. Bizancio estaba mejor ubicada con respecto a ella: en la encrucijada de dos continentes y dos mares, en uno de los extremos occidentales de la Ruta de la Seda, abierta también sobre la ruta de las especias que llevaba al África y a la India, además de que era una base muy buena para resguardar la crucial frontera del Danubio y estaba razonablemente próxima a las fronteras orientales. Constantino probó su valor como fortaleza cuando se convirtió en el último reducto de resistencia en la guerra librada por su rival Licinio y resistió. Así, en 330, la Nova Roma fue oficialmente fundada sobre el emplazamiento de Bizancio; sin embargo, comúnmente, la población llamó a la ciudad Constantinopla
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Tras la caída del Imperio romano de Occidente, la parte oriental desarrolló rápidamente características que la hicieron única. George Ostrogorsky describe el Imperio bizantino como «la síntesis de la cultura helenística y de la religión cristiana con la forma romana de Estado». Esta evolución progresiva de un Imperio romano a un imperio más específico tuvo lugar en el curso del siglo vi, después de que Justiniano I hubiera intentado, con éxito variable, restaurar la universalidad del Imperio.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Excelente aprteciación histórica. Los emperadores se sucedieron en el trono sin lograr restablecer la fortaleza imperial, y cedieron a las conquistas bárbaras el río Tíber y casi toda Italia, e incluso tuvieron que defender Constantinopla del asedio de los ávaros y los eslavos en 626 d. C.
Además, hubo diferentes conflictos internos, especialmente vinculados con el ámbito religioso.A este período siguió una recuperación importante del Imperio, regido por una dinastía de reyes macedonios y caracterizada por el distanciamiento entre el cristianismo oriental y occidental.
Durante el siglo XI, la influencia política en los aspectos religiosos llevó a lo que se conoce como el “Gran Cisma” del cristianismo, con la mutua excomunión del Papa Nicolás I y el Patriarca de Constantinopla Focio. Con ello, se dio la separación oficial de las iglesias Oriental y Occidental.
Un gran aclare que necesitaba par entender este segmento histórico.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Considero que el máximo aporte del imperio bizantino al mundo fue en el campo del derecno. El gobierno bizantino se benefició enormemente de la creación del Código de Justiniano o Corpus Juris Civilis (Corpus de Derecho Civil) de Justiniano I. Dicho corpus, redactado por un panel de expertos legales, recogió, editó y revisó el enorme conjunto de leyes romanas que se habían acumulado a lo largo de los siglos – una cantidad descomunal de edictos imperiales, jurisprudencia y listas de delitos y castigos. El código, con más de un millón de palabras, estaría en vigor 900 años, haciendo las leyes más claras para todos, reduciendo el número de casos llevados a los tribunales de forma innecesaria, acelerando los procesos judiciales e influyendo posteriormente en la mayoría de sistemas legales de las democracias occidentales.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
La imagen del emperador aparecía en las monedas bizantinas, que también se utilizaban para mostrar al sucesor electo, normalmente el hijo primogénito, aunque no siempre, porque no había reglas sucesorias establecidas. Se consideraba a los emperadores como elegidos por Dios para gobernar, aunque una magnífica corona y una vestimenta de púrpura de Tiro ayudaban a reafirmar su derecho a gobernar. Felicitaciones
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
MEDIANTE UNA CONTINUIDAD CUIDADOSAMENTE ORQUESTADA DE DINASTÍAS, RITUALES, VESTIMENTAS Y NOMBRES, LA INSTITUCIÓN DEL EMPERADOR BIZANTINO FUE CAPAZ DE SOBREVIVIR DURANTE 12 SIGLOS.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
El nombre «bizantino» fue acuñado por historiadores del siglo XVI, basados en el hecho que el primer nombre de la ciudad fue Bizancio, antes de pasar a ser Constantinopla (actualmente Estambul). Fue y sigue siendo una etiqueta imperfecta pero conveniente, que diferencia el Imperio romano de Oriente del de Occidente, especialmente importante tras la caída del segundo en el siglo V. De hecho, por ese motivo, no hay un acuerdo universal entre historiadores sobre a qué período de tiempo se refiere el término “Imperio bizantino”.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
El Imperio Bizantino existió desde 330 hasta 1453. A menudo se le denomina Imperio Romano de Oriente o simplemente Bizancio. La capital bizantina fue fundada en Constantinopla por Constantino I (quien gobernó del 306 al 337). El Imperio bizantino tuvo distintos tamaños a lo largo de los siglos, en algún momento poseyó territorios de Italia, Grecia, los Balcanes, Levante, Asia Menor y el norte de África.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Bizancio fue un estado cristiano, con el griego como lengua oficial. Los bizantinos desarrollaron su propio sistema político, prácticas religiosas, arte y arquitectura. Estos aspectos estuvieron muy influenciados por la tradición cultural grecorromana, aunque fueron distintos y no una simple continuación de la antigua Roma. El Imperio bizantino fue la potencia medieval más longeva, y su influencia continúa hoy en día, especialmente en la religión, el arte, la arquitectura y las leyes de muchos estados occidentales, de Europa Central y Oriental, y de Rusia.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.