Qué son los bonos samurái y por qué los usan cada vez más en México y otros países de América Latina

Imagen del yen

Getty Images. Los bonos samurái son una forma de poder invertir en el mercado japonés.

  • Autor,Guillermo D. Olmo
  • BBC News Mundo

México volvió a recurrir al mercado japonés.

El 22 de agosto, el país colocó allí unos 152.200 millones de yenes (unos US$1.040 millones) a través del instrumento financiero conocido como bono samurái, según informó su Secretaría de Hacienda y Crédito.

No es la primera vez que México se financia en Japón, aunque esta vez había mayor expectación, ya que el déficit fiscal mexicano, ahora en niveles no alcanzados en más de 30 años, ha comenzado a generar inquietud entre analistas e inversores.

El gobierno mexicano recurre periódicamente a este medio. Aproximadamente cada dos años, bonos samurái mexicanos se liberan en el mercado japonés.

Pero, ¿qué son estos bonos, usados también por otros países de América Latina, y qué ventajas ofrecen?

Los bonos samurái son unos bonos emitidos por entidades extranjeras en el mercado japonés, bajo la regulación local y denominados en yenes, la moneda del país.

Muchas compañías y gobiernos extranjeros recurren a ellos porque les permiten conseguir capital de inversores atraídos por los bonos dentro de Japón.

El bono samurái surgió de la necesidad de abrir el mercado japonés después de que en la década de 1960 se hubieran acumulado en ese país grandes reservas en divisa y sus autoridades sufrieran cada vez más presiones para elevar el valor del yen, entonces atado a un tipo de cambio fijo.

En 1970 el Banco Asiático de Desarrollo, un ente financiero internacional creado pocos años antes para promover el crecimiento y reducir la pobreza en Asia, emitió el primer bono samurái, a lo que luego siguieron otras medidas liberalizadoras.

Un hombre camina junto a un panel con información bursátil en Tokio.

Getty Images. El mercado japonés ofrece algunas ventajas para las compañías extranjeras que buscan financiación.

Uno de los atractivos de estos bonos es que permiten a entidades extranjeras acceder al mercado japonés, en el que históricamente rigen tipos de interés más bajos que en otros grandes mercados globales, lo que abarata los costes de financiación.

En otras palabras, quien se endeuda en bonos samurái en Japón pagará menos intereses de los que pagaría en Estados Unidos, Europa o China.

Las muchas entidades occidentales que, como el gobierno mexicano, recurren a ellos, se benefician además de la menor volatilidad del mercado japonés, donde las cotizaciones suelen oscilar menos que en otros.

Además, el bajo valor del yen en comparación con el dólar o el euro también aligera la carga de la deuda emitida en esa moneda.

Aunque no todo son ventajas.

El mercado de bonos samurái está sujeto a una elevada fiscalidad y las reglas, plazos y condiciones para operar con ellos son comparativamente rígidas.

Otro problema son los elevados gastos administrativos asociados a estas inversiones.

Por qué recurren México y otros países a los bonos samurái

Los bonos samurái son un instrumento habitual de la política fiscal de las autoridades mexicanas.

Como otros países, México los utiliza hace tiempo como una forma de diversificar su deuda externa.

Elijah Oliveros, economista especializado en América Latina de la agencia de calificación S&P Global, le dijo a BBC Mundo que “la decisión de recurrir a los bonos samurái obedece a una cuestión de manejo de riesgos, ya que permiten expandir la base de inversionistas”.

“También facilita crear una curva de rendimiento que servirá como referencia para los emisores corporativos que también quieran financiarse en Japón”.

Es decir, que la presencia de bonos de deuda federal en el mercado japonés abre el camino a entidades privadas que también quieran financiarse en Japón y la rentabilidad ofrecida por los títulos de deuda pública servirá como referencia para los que ellas quieran colocar.

Y un informe de la agencia Fitch detectó que en 2022 un 7% de los bonos sostenibles, los declarados vinculados a proyectos sociales y medioambientales, que fueron emitidos en Japón lo fueron por entidades extranjeras, entre las que había numerosas empresas.

El informe destacaba a Bolivia, Chile, y Honduras, además de México, como los países de origen de las entidades emisoras de esos bonos.

En el mercado japonés rigen históricamente tipos de interés más bajos que en otros grandes mercados globales, lo que abarata los costes de financiación.

Getty Images. En el mercado japonés rigen históricamente tipos de interés más bajos que en otros grandes mercados globales, lo que abarata los costes de financiación.

El Estado mexicano lleva años emitiendo bonos samurái en el mercado nipón, lo que lo ha convertido allí en “el mayor emisor internacional de bonos sostenibles soberanos, sólo por detrás del gobierno japonés”, según la Secretaría de Hacienda y Crédito mexicana.

Y, según la agencia de calificación Moody’s, México se convirtió en 2014 en el primer país de América latina en emitir un bono samurái con vencimiento en 20 años.

Uruguay siguió sus pasos años después y en diciembre de 2021 se convirtió en el segundo país de la región en hacerlo al emitir bonos samurái por un valor de 50 mil millones de yenes, unos US$442 millones al cambio de entonces.

Fuera de América Latina, muchos otros países, sobre todo entre los denominados emergentes, buscan financiación en el mercado japonés y colocan sus títulos de deuda en él. Se trata de una práctica habitual a la que en los últimos años han recurrido países como Hungría, Indonesia o Filipinas.

Y aunque los más de US$1.040 millones en esta última colocación puedan parecer una cantidad muy alta, en realidad representan un porcentaje muy pequeño del total de US$219.000 millones en que se estima la deuda externa total de México.

El 75% del total de esa deuda está en pesos mexicanos. Del 25% restante denominado en divisas, solo un 3% está en yenes. Muy poco si se compara con el 75% que se estima que México debe en dólares.

Oliveros resume: “Si se analiza el total de la deuda externa mexicana, se llega a la conclusión de que el peso de los bonos samurái es muy pequeño”.

Qué resultados ha dado

La Hacienda mexicana emitió los bonos en cinco colocaciones a plazos de tres, cinco, siete, diez y 20 años, y pagará unas tasas de 1,43%, 1,72%, 1,88%, 2,27% y 2,93%, respectivamente.

Los fondos obtenidos con esta nueva emisión de deuda se invertirán en proyectos encaminados a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, según anunció la Secretaría de Hacienda y Crédito.

Para Oliveros, el resultado “no ha sido sorpresivo” y las autoridades mexicanas pudieron llevar a cabo su plan de financiación sin mayores sobresaltos.

Aunque la reciente e inusual decisión del Banco de Japón de elevar los tipos de interés de referencia de 0% al 0,25% encareció la operación.

Un mozo arrastra un carro con mercancía en un mercado de México.

Getty Images. Los bonos samurái representan solo un pequeño porcentaje del total de la deuda externa de México.

La mayoría de analistas interpretaron que la colocación de los bonos samurái mexicanos en el mercado japonés muestra el apetito de los inversores que operan en él por activos de mayor riesgo, como los títulos de deuda de países emergentes como México.

Cuál es la situación financiera de México

Aunque la emisión en bonos samuráis tiene un peso marginal en el total de la deuda externa de México, su sostenibilidad fiscal a medio plazo empieza a ser cuestionada.

Según los datos oficiales, el déficit fiscal federal superará el 5% en 2024, su nivel más alto en más de treinta años, lo que ha provocado inquietud entre analistas y observadores de la realidad mexicana.

Los generosos subsidios aprobados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, junto con dos costosos proyectos de los que ha hecho bandera, el llamado Tren Maya y la refinería Dos Bocas que la petrolera estatal construye en el estado de Tabasco, han elevado significativamente el gasto público en los últimos años.

Un tren pasa junto a un cartel informativo.

Getty Images. El ambicioso proyecto del Tren Maya ha elevado el gasto público mexicano.

El reciente aumento del déficit rompe la tendencia de décadas de rigor presupuestario.

Tras las graves crisis financieras acaecidas en 1976, 1982 y 1994, los sucesivos gobiernos mexicanos empezaron a mostrar un mayor compromiso con el equilibrio fiscal y el país se convirtió en uno de los más estables de América Latina en términos macroeconómicos.

Como resultado, la deuda que acumula México asciende a un 45% de su Producto Interno Bruto anual, cuando la media de los países de la región ronda el 70%, según los datos de la consultora Deloitte.

No se vislumbra un crack financiero a corto plazo en México. Si fuera así, probablemente el país hubiera tenido muchas más dificultades en su última colocación de bonos samuráis.

Pero sí hay trabajo por hacer para evitar que un déficit excesivo se consolide como fórmula para financiar el endeudamiento y eso lleve a mayores apuros.

La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, que asumirá el cargo el 1 de octubre, se ha comprometido a reducir el déficit, pero no ha dado detalles y se desconoce cómo lo hará.

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  1. Los bonos samurái son instrumentos de deuda emitidos en yenes por entidades no japonesas en el mercado japonés. Estos bonos ofrecen a los emisores, como México, Uruguay y otros países de América Latina, la oportunidad de diversificar sus fuentes de financiamiento y acceder a capital en una economía robusta como la de Japón. El creciente interés en estos bonos se debe a sus condiciones atractivas, como bajas tasas de interés y estabilidad económica de Japón, lo que permite a los países latinoamericanos reducir costos de financiamiento y mitigar riesgos asociados a la volatilidad de otras divisas.

  2. Desde mi perspectiva, los bonos samurai ofrecen una valiosa oportunidad para expandir la base de inversores y, a su vez, permiten reducir la fluctuación de las monedas internacionales. Estos beneficios son oportunidades únicas, sin olvidar que las bajas tasas de Japón hacen que la opción sea aún más llamativa; pero es importante moderar su uso ya que excesivamente puede aumentar la deuda pública del país que los tome. Finalmente, pienso que la emisión de los bonos samurai refleja una gran profundización de la relación entre LATAM y Asia, estableciendo lazos aún más fuertes.

  3. El artículo examina el creciente uso de los bonos samuráis en México y otros países de América Latina como instrumentos financieros atractivos. Estos bonos, emitidos en yenes japoneses, ofrecen a los gobiernos y empresas latinoamericanas una oportunidad para diversificar sus fuentes de financiamiento y acceder a capital internacional. La tendencia refleja el interés de los inversores en mercados emergentes y la búsqueda de rendimientos en un entorno global cambiante.

  4. El creciente uso de los bonos samurái por parte de países como México refleja la necesidad de diversificar fuentes de financiamiento en un contexto global de tasas de interés volátiles y déficits fiscales crecientes. Estos bonos, emitidos en el mercado japonés, ofrecen ventajas importantes como el acceso a capital con menores costos de financiamiento y menos volatilidad que otros mercados globales. Sin embargo, el peso relativamente pequeño de los bonos samurái en la deuda externa de México y el aumento del déficit fiscal plantean interrogantes sobre la sostenibilidad fiscal a largo plazo. Aunque la emisión de estos bonos fue exitosa, el déficit fiscal del país, el más alto en décadas, muestra un desafío financiero estructural. La creciente dependencia de proyectos costosos, como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, y el reciente giro en las políticas económicas de austeridad fiscal, demandarán una estrategia clara y efectiva para mantener la estabilidad macroeconómica en el futuro. La incertidumbre sobre cómo la presidenta electa Claudia Sheinbaum manejará este reto es un factor crítico a observar.

  5. Este es un artículo sobre los bonos samurai se menciona qué son y por qué se están utilizando cada vez más en México y otros países de América Latina. Los bonos samurai son bonos emitidos por entidades extranjeras en el mercado japonés, bajo las regulaciones locales y denominados en yenes, la moneda del país. Una de las ventajas de estos bonos es que permiten a las entidades extranjeras acceder al mercado japonés, donde las tasas de interés son históricamente más bajas que en otros mercados globales importantes, lo que reduce los costos de financiamiento. Además, el bajo valor del yen en comparación con el dólar o el euro también aligera la carga de la deuda emitida en esa moneda. El mercado de bonos samurai está sujeto a una alta tributación y las reglas, términos y condiciones para operar con ellos son comparativamente rígidos

  6. El artículo me pareció interesante porque explica qué son los bonos samurái y por qué están ganando popularidad en América Latina. Me sorprendió saber que estos bonos, emitidos en yenes en el mercado japonés, ofrecen a los países de la región una alternativa de financiamiento con tasas competitivas y un acceso más diversificado al capital. Creo que su uso creciente refleja cómo las economías latinoamericanas buscan nuevas fuentes de inversión y estabilidad financiera en un entorno global cada vez más incierto.

  7. México ha recurrido nuevamente al mercado financiero japonés mediante una compleja emisión de bonos samurái, logrando captar un monto récord de 152.200 millones de yenes para sus arcas fiscales, equivalente a aproximadamente mil cuarenta millones de dólares estadounidenses. Pese a que esta astuta estrategia le permite al país obtener capital con tasas de interés más bajas y flexibles que las de otros mercados internacionales, representa apenas una pequeña porción de su monumental deuda externa. El cada vez más profundo déficit fiscal mexicano genera justificadas inquietudes, aunque paradójicamente esta exitosa colocación también refleja el persistente interés de los sofisticados inversionistas en los mercados emergentes y su sólida confianza en la estabilidad y solvencia macroeconómica del país a largo plazo, a pesar de los desafíos presentes.

  8. Los bonos samurái se están volviendo una herramienta financiera clave para países como México y otros en América Latina. Lo interesante de estos bonos es que permiten a los gobiernos acceder al mercado japonés, donde los tipos de interés suelen ser más bajos que en otros mercados globales. Esto hace que la financiación sea más barata, lo que es crucial para países con necesidades de inversión importantes o déficits crecientes, como en el caso de México.
    Algo que llama la atención es que, aunque el déficit fiscal de México está en su nivel más alto en décadas, la colocación reciente de estos bonos fue exitosa. Esto indica que, a pesar de los desafíos fiscales, todavía hay confianza en la estabilidad macroeconómica del país. Sin embargo, con un déficit que supera el 5% del PIB y proyectos ambiciosos como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, el futuro fiscal de México podría ser complicado si no se toman medidas para reducir el gasto o mejorar los ingresos.

  9. Este artículo sobre los bonos samurái me pareció interesante porque muestra cómo los países de América Latina están diversificando sus fuentes de financiamiento. Me parece lógico que, ante la incertidumbre en los mercados tradicionales, busquen opciones como el mercado japonés. Además, estos bonos pueden ser una buena alternativa para reducir la dependencia de los préstamos en dólares o euros. Sin embargo, también creo que es clave considerar los riesgos asociados, como las fluctuaciones del yen. Es una estrategia que puede ofrecer beneficios, pero requiere una gestión cuidadosa para evitar problemas financieros a largo plazo.

  10. Este artículo nos habla y destaca que los bonos Samurai, emitidos en yenes japoneses, están ganando popularidad en países de América Latina, especialmente en México. Estos bonos de los que hablan, ofrecen a los gobiernos y empresas latinas una alternativa de financiamiento con condiciones favorables, como tasas de interés bajas y plazos de vencimiento extendidos. La demanda se debe al entorno global de bajas tasas y la búsqueda de diversificación de inversionistas japoneses. Algo que no pasa si se solicita a otros países como EEUU, Inglaterra u otros.

    México, en particular, ha utilizado estos instrumentos para diversificar su deuda externa y reducir costos de financiamiento. Además, la alta calificación crediticia de México ha permitido emitir estos bonos con condiciones ventajosas. Otros países como Colombia y Brasil también están explorando esta opción, ya que proporciona acceso a capital en mercados que antes no eran considerados tradicionales para la región. En base a todo esto podemos concluir que los bonos Samurai son una opción estratégica para diversificar fuentes de financiamiento en América Latina, aprovechando el interés de inversionistas japoneses y las condiciones de bajo costo actuales.

  11. Me resulta realmente sorprendente ver cómo los bonos samurái están tomando protagonismo en América Latina. La idea de que México y otros países estén aprovechando esta innovadora vía de financiamiento nos llena de esperanza. No solo abre las puertas a nuevas oportunidades económicas, sino que también muestra cómo nuestras economías están en constante búsqueda de superación y diversificación. Estos bonos son una prueba del crecimiento y la capacidad de adaptación de nuestra región, lo que augura un futuro financiero más sólido y próspero.

  12. El artículo ofrece un análisis oportuno sobre esta creciente tendencia en los mercados financieros internacionales, esto dado al contexto de creciente preocupación que tiene México por su déficit fiscal, el cual pone de manifiesto la importancia de los bonos samurái como herramienta de financiamiento para los gobiernos y empresas de América Latina.
    Por lo que considero particularmente interesante la conexión que establece entre los bonos samurái y la sostenibilidad financiera de los países emisores. Al analizar el caso de México, Olmo muestra cómo estos bonos pueden contribuir a diversificar la deuda externa y financiar proyectos sostenibles. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo del modelo, especialmente en un contexto de creciente déficit fiscal.

  13. El artículo analiza el creciente uso de los bonos samurái en México y otros países de América Latina, destacando que estos instrumentos financieros, emitidos en el mercado japonés y denominados en yenes, ofrecen varias ventajas. Entre ellas, se encuentran las tasas de interés más bajas y la menor volatilidad en comparación con otros mercados globales. Esto se debe a la estabilidad económica de Japón y a la confianza de los inversionistas japoneses en estos bonos. México, en particular, ha aprovechado estas condiciones favorables para diversificar su portafolio de deuda y gestionar mejor sus riesgos financieros. Además, el artículo menciona que otros países de la región también están explorando esta opción para financiar proyectos de infraestructura y otras necesidades de inversión, lo que refleja una tendencia creciente hacia la internacionalización y diversificación de las fuentes de financiamiento en América Latina.

  14. Este es un artículo sobre los bonos samurái. Discute qué son los bonos samurái y por qué se utilizan cada vez más en México y otros países de América Latina. También analiza los beneficios y los inconvenientes de los bonos samurái. Algunos de los beneficios son que ofrecen tasas de interés más bajas que otros mercados y que el yen japonés es menos volátil que otras monedas. Algunos de los inconvenientes son que los bonos samurái están sujetos a altos impuestos y que las reglas y regulaciones para operar con ellos son más rígidas que en otros mercados.

  15. Este artículo ofrece una visión completa de los bonos samurái, destacando su creciente popularidad en México y otros países latinoamericanos. Explica de manera efectiva las ventajas y desventajas de estos bonos, al tiempo que explora el contexto más amplio de la situación fiscal de México y las implicaciones de su dependencia de estos instrumentos.
    Es una pieza oportuna e informativa que arroja luz sobre un aspecto crucial del panorama económico de México, ofreciendo valiosas ideas sobre las estrategias financieras del país y los desafíos que enfrenta para mantener la sostenibilidad fiscal.

  16. El texto ofrece un análisis claro sobre el uso de los bonos samurái por parte de México como una estrategia para diversificar su deuda externa, aprovechando las condiciones favorables del mercado japonés, como las bajas tasas de interés y menor volatilidad. Aunque se presentan ventajas, también se mencionan desafíos importantes, como los costos administrativos y la rigidez del sistema regulatorio japonés. A pesar de que estos bonos representan solo una pequeña fracción de la deuda total de México, su emisión indica un interés creciente de los inversores en activos de países emergentes. Sin embargo, el aumento del déficit fiscal mexicano, derivado de proyectos costosos y políticas de gasto público, resalta la necesidad de que el próximo gobierno maneje cuidadosamente este desequilibrio para mantener la estabilidad económica a largo plazo.

  17. El artículo trata sobre el creciente uso de los bonos Samurai en México y otros países de América Latina. Estos bonos, denominados en yenes, se han convertido en una herramienta financiera alternativa para diversificar las fuentes de financiamiento. Su popularidad se debe a las condiciones favorables del mercado japonés, como sus bajas tasas de interés, y al interés de los países latinoamericanos por acceder a mercados internacionales fuera de los tradicionales. Esta estrategia busca ampliar las opciones de inversión y reducir la dependencia de fuentes financieras comunes.

  18. El texto ofrece una explicación clara y detallada sobre el creciente uso de bonos samuráis en México y otros países de América Latina. Analiza las razones detrás de este fenómeno, sus beneficios y desventajas, así como su impacto en el crecimiento económico de México. Aunque la deuda de México es inferior al promedio de la región, es importante mantener el control sobre el déficit fiscal y la capacidad del gobierno para cumplir con sus compromisos financieros. La política monetaria del Banco de Japón podría influir en los costos de financiamiento de los bonos samuráis y en el interés de los inversores por ellos. La emisión de estos bonos obliga a los gobiernos a ser transparentes sobre el destino de los fondos y responsables de las repercusiones de sus decisiones de inversión en la población. En resumen, los bonos samuráis son una opción efectiva para que los países latinoamericanos diversifiquen sus fuentes de financiamiento y reduzcan los costos asociados. Sin embargo, es esencial que los gobiernos gestionen estos instrumentos de forma responsable y sostenible, evitando niveles de deuda que comprometan su estabilidad económica a largo plazo.

  19. El artículo proporciona una visión general comprensible y completa de la creciente utilización de bonos samuráis en México y otras naciones latinoamericanas. Identificar las causas de este fenómeno, sus ventajas y desventajas, y su influencia en el crecimiento económico de México. A pesar de que la deuda de México es menor que el promedio regional, es crucial vigilar el déficit fiscal y la capacidad del gobierno para cumplir con sus obligaciones de pago. La política monetaria del Banco de Japón puede tener un impacto en los costes de financiación de los bonos samuráis y en la demanda de estos instrumentos entre los inversores. La emisión de bonos samuráis requiere que los gobiernos sean transparentes sobre el uso del dinero y sean responsables de las consecuencias de sus inversiones para los ciudadanos. En conclusión, los bonos samuráis son un medio práctico para que los países latinoamericanos aumenten su capacidad de endeudarse de diversas fuentes y reduzcan sus costos de endeudamiento. No obstante, los gobiernos deben utilizar estos instrumentos de manera responsable y sostenible, evitando un endeudamiento excesivo que pueda poner en peligro su estabilidad financiera en el largo plazo.

  20. El artículo sobre los «Bonos Samurai» ofrece una mirada detallada a una herramienta financiera cada vez más utilizada en América Latina, especialmente en México. Los bonos samurái, emitidos en Japón y denominados en yenes, abren una oportunidad interesante para la diversificación de fuentes de financiamiento en países de la región. Leer este artículo es esencial para quienes desean comprender las ventajas de acceder a los mercados internacionales de deuda y cómo esta estrategia puede fortalecer la estabilidad financiera de gobiernos y empresas en un contexto global.

  21. Uno de los atractivos de estos bonos es que permiten a entidades extranjeras acceder al mercado japonés, en el que históricamente rigen tipos de interés más bajos que en otros grandes mercados globales, lo que abarata los costes de financiación.
    En otras palabras, quien se endeuda en bonos samurái en Japón pagará menos intereses de los que pagaría en Estados Unidos, Europa o China.

  22. Funcionan igual que cualquier otro bono extranjero; como el yankee, donde entidades gubernamentales como corporativas privadas buscan obtener fuentes de financiación y para ello emiten estos instrumentos de deuda en el mercado japonés, comprometiéndose a pagar una tasa de interés y la devolución del valor del bono o capital prestado a su tenedor.
    En este sentido, los japonenses tenedores del bono, se convierten en acreedores de entidades extrajeras para financiar sus proyectos de inversión en Yenes.

  23. Comparto con los lectores: Las características de los bonos samurái son:
    Son un tipo de bono extranjero.
    Son emitidos en el mercado de capitales del mercado japonés.
    Son cotizados en su moneda oficial Yen japonés.
    El emisor de estos bonos pueden ser entidades públicas o privadas con residencia o no en Japón.
    El emisor se compromete a pagar intereses sobre el bono a su poseedor y la devolución de su valor al vencimiento del mismo.
    Los inversionistas japoneses se convierten en acreedores de entidades extrajeras.

  24. Estos bonos son emitidos por entidades extrajeras públicas o privadas, con residencia o no en Japón que buscan obtener fuentes financiamiento de inversionistas japoneses; estos instrumentos financieros han alcanzado una gran popularidad en las últimas décadas.
    Se han vuelto muy atractivos tanto para entidades gubernamentales como entidades corporativas privadas, sobre todo ante la crisis crediticia que han presentado otros mercados de bonos en el mundo.

  25. Existen diferentes tipos de bonos samurái según las condiciones y requisitos de las emisiones y quién lo emite. Así pues, podemos encontrarnos los siguientes bonos:
    Shibosai: Cuando un bono se emite por una empresa no japonesa en yenes en el mercado japonés, pero se trata de un bono ofrecido de manera exclusiva al mercado interbancario y no a particulares (diferencia con el bono samurái).
    Uridashi: Cuando se emiten bonos en el mercado japonés por parte de una empresa no japonesa, en otras monedas.
    Shogun: Cuando los bonos se emiten en yenes por una empresa no japonesa y no se ofrece a inversores particulares.
    Daimyo: Quizás es el más similar al bono samurái. Es como se denomina a los bonos emitidos por entidades no japonesas en yenes para todo el mercado japonés. Sin embargo, con la diferencia de que está depositado en un registro fuera del país nipón.
    Sushi: Cuando se tratan de emisiones de bonos emitidos por entidades japonesas a inversores no japoneses. Suelen estar bien valorados debido a que las empresas niponas obtienen ventajas.