EDITORIAL ECONOMÍA
Luego de Venezuela, el derrumbe de Bolivia deja sin programa al eje bolivariano
Propuesta de constituyentes convierte a las sociedades en fábricas de pobreza
Las corrientes colectivistas vinculadas al eje bolivariano se quedan sin narrativas económicas. Las nacionalizaciones y el modelo de sustitución de importaciones ya estallaron en Venezuela y comienzan a explotar en Bolivia. En el país llanero, con las mayores reservas petroleras del planeta, la nacionalización del recurso y la creación de PDVSA ha convertido a Venezuela en una sociedad con más de 80% de la población en pobreza. Desde que Nicolás Maduro llegó al poder el PBI de Venezuela se ha desplomado en más de 83%: de un tamaño de más de US$ 258,000 millones se ha encogido a apenas US$ 42,000 millones. Una barbarie.
Mientras Venezuela se hacía añicos con la receta estatista, Bolivia seguía creciendo y presentando cifras aceptables. Incluso en los últimos años apareció como “modelo a seguir”, según los relatos de las izquierdas bolivarianas. Sin embargo, el modelo está a punto de explotar: el país se ha quedado sin dólares y el Gobierno autoritario de Luis Arce acaba de expropiar los fondos de pensiones de los bolivianos.
¿Qué ha sucedido en Bolivia? La llamada nacionalización del gas de Bolivia –que estableció que la comercialización y la venta del gas solo estaba en manos de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), mientras que la explotación y producción de los campos continuaba en las empresas privadas– produjo un espejismo devastador. Los precios del gas crearon la ilusión de que el modelo funcionaba, pero las empresas privadas solo se dedicaron a explotar el gas sin invertir en exploraciones.
En el 2015 Bolivia producía 22 millones de metros cúbicos de gas y ahora produce menos de 14 millones. En este contexto, Bolivia se ha convertido en importador neto de energía, luego de haber sido una potencia. El déficit comercial energético sobrepasa los US$ 1,000 millones; sin embargo, antes de la nacionalización de Evo Morales existía un superávit de US$ 4,000 millones.
La ilusión, el espejismo o la hechicería de las nacionalizaciones en Bolivia no da más –al igual que en Venezuela– y el déficit fiscal sobrepasa el 8% del PBI y el endeudamiento representa el 80% del PBI. No hay dólares para comprar y el Gobierno, al igual que todos los populismos y gobiernos bolivarianos, no duda en expropiar las pensiones de los trabajadores de Bolivia. Es la vieja historia de todos los estatismos en la región.
No obstante, la tragedia que se avecina en Bolivia –es decir, la quiebra general de la economía y la sociedad– siempre fue advertida por los economistas serios y quienes analizan la economía al margen de los fundamentalismos ideológicos. Era imposible que un modelo que relativizaba la desregulación de mercados y la inversión privada, que todavía apostaba por la magia de la sustitución de importaciones en pleno siglo XXI, funcionara. ¡Pensar que la propaganda bolivariana pretendió comparar el modelo de Bolivia y el peruano, y promover la receta de Evo en algunas provincias del sur del país!
Ambas economías nunca fueron comparables. No obstante que ambos países tienen la misma extensión territorial, el PBI de Bolivia no sobrepasa los US$ 40,000 millones mientras que el PBI del Perú es de más de US$ 220,000 millones. Es decir, el país del altiplano nunca llegó a representar ni siquiera un tercio de la economía peruana. La pobreza en Bolivia llega al 40% de la población, en tanto que la pobreza peruana alcanza al 25% de la ciudadanía.
En cualquier caso, Bolivia es una economía quebrada que necesita créditos externos para sobrevivir porque el robo de las pensiones de los trabajadores no alcanzará para mucho tiempo. Sin embargo, el crédito externo siempre es esquivo para una economía que necesitará ajustarse, producir una devaluación brutal –que lanzará a más del 60% de la población a la pobreza–, desregular mercados y privatizar empresas para tener viabilidad.
Como se aprecia con absoluta claridad, Bolivia es otro país liquidado por el socialismo del siglo XXI, convertido en la mayor fábrica de pobreza de la historia reciente de América Latina. En el Perú, pues, ya sabemos cuál es la peor amenaza para la peruanidad.
Fuente: El Montonero
El derrumbe de la economía de Bolivia. El Montonero
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Luis Arce anunció la expropiación de todos los fondos de pensiones de los bolivianos
El “socialismo del siglo XXI” decidió nacionalizar y apropiarse de los fondos para el futuro de millones de personas, a fin de obtener recursos frescos con los cuales financiar el abultado déficit fiscal. Al mismo tiempo se recrudece la corrida contra el peso y la escasez de divisas.
El Gobierno boliviano llevó adelante una política fiscal extremadamente irresponsable en los últimos años: el déficit fiscal se mantiene por encima del 7% del PBI desde el año 2016, y alcanzó un récord histórico de hasta el 12,7% del producto durante la pandemia. La mayor parte del financiamiento fue la deuda pública (interna y externa), aunque una parte significativa logró monetizarse exitosamente debido a la sólida demanda de dinero que se mantuvo gracias al sistema cambiario del país.
La violenta corrida contra el peso llevó a miles de personas a acudir a los bancos para convertir sus ahorros en dólares, temiendo una posible devaluación y un cambio de régimen en el sistema monetario del país. En esta situación, la monetización del déficit se vuelve inflacionaria (no hay demanda contra la cual contrarrestar la emisión), y el socialismo apuesta a utilizar los fondos acumulados en las cajas previsionales.
El presidente Arce dispuso la emisión de Bonos soberanos a 20, 30 y hasta 50 años con tasas de interés que fluctúan entre el 4,8% y el 5,1% anual, los cuales serán usados para consumar progresivamente la estatización del sistema previsional hacia mayo del año 2024.
Bolivia reanudará nuevamente el sistema de reparto estatal, con lo cual los aportes a la seguridad social dejarán de acumularse en cajas de previsión para pasar a respaldar las jubilaciones actuales de acuerdo a los estándares que disponga el Estado.
Del mismo modo en que lo hizo el kirchnerismo en Argentina durante el año 2008, el Gobierno de Arce se vale de una importante caja de recursos con la cual podrá seguir manteniendo el financiamiento del déficit, a costa de resignar el futuro y el esfuerzo de años de aportes para millones de personas.
Sin embargo, y a pesar de las medidas, el frente cambiario todavía permanece a la deriva. Las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia cayeron en 11.585 millones de dólares desde el año 2015. La autoridad monetaria mantiene un tipo de cambio fijo y libre de mayores restricciones desde el año 2009, en torno a los 6,9 pesos bolivianos por dólar.
La paridad estable permitió anclar las expectativas inflacionarias, y crear una suerte de contracara en demanda de pesos por cada vez que el Gobierno debió monetizar grandes cantidades de déficit fiscal. Sin embargo, la falta de disciplina monetaria y fiscal se cubrió con reservas, y estas cayeron al nivel más bajo de los últimos 16 años.
Cada vez más ahorristas deciden dolarizarse en temor por las posibles represalias del Gobierno, entre otras operaciones temiendo una posible devaluación del tipo de cambio oficial (hasta negado por el oficialismo) o la introducción de restricciones a la compra de divisas (una respuesta similar a la que dio Argentina en 2011).
No obstante, la tragedia que se avecina en Bolivia –es decir, la quiebra general de la economía y la sociedad– siempre fue advertida por los economistas serios y quienes analizan la economía al margen de los fundamentalismos ideológicos. Era imposible que un modelo que relativizaba la desregulación de mercados y la inversión privada, que todavía apostaba por la magia de la sustitución de importaciones en pleno siglo XXI, funcionara. ¡Pensar que la propaganda bolivariana pretendió comparar el modelo de Bolivia y el peruano, y promover la receta de Evo en algunas provincias del sur del país!
Gracias por los comentarios, éxitos profesionales.
las políticas económicas basadas en el estatismo, nacionalizaciones y modelos de sustitución de importaciones, como los implementados en Venezuela y Bolivia bajo el eje bolivariano, han demostrado ser insostenibles y generan graves consecuencias para la economía y la sociedad.
La violenta corrida contra el peso llevó a miles de personas a acudir a los bancos para convertir sus ahorros en dólares, temiendo una posible devaluación y un cambio de régimen en el sistema monetario del país. En esta situación, la monetización del déficit se vuelve inflacionaria (no hay demanda contra la cual contrarrestar la emisión), y el socialismo apuesta a utilizar los fondos acumulados en las cajas previsionales. Ya no tienen gas ni combustible, viva el socialismo engañoso.
Gracias por su comentario, éxitos profesionales.
El “socialismo del siglo XXI” decidió nacionalizar y apropiarse de los fondos para el futuro de millones de personas, a fin de obtener recursos frescos con los cuales financiar el abultado déficit fiscal. Al mismo tiempo se recrudece la corrida contra el peso y la escasez de divisas. El fracaso de Cuba., Argentina, Bolivia y Venezuela como nicaragua cuyos gobiernos son muy corruptos han demostrado el fracaso del comunismo en el mundo.
Gracias por su comentario, éxitos profesionales.
Al pan pan y al vino vino. Evo Morales es un completo ignorante, por ello se emparejaba con otro incapaz y corrupto como Pedro Castillo y Maduro, la triada del mal. ¿Qué ha sucedido en Bolivia? La llamada nacionalización del gas de Bolivia –que estableció que la comercialización y la venta del gas solo estaba en manos de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), mientras que la explotación y producción de los campos continuaba en las empresas privadas– produjo un espejismo devastador. Los precios del gas crearon la ilusión de que el modelo funcionaba, pero las empresas privadas solo se dedicaron a explotar el gas sin invertir en exploraciones.
Gracias por su comentario, éxitos profesionales.
Bolivia sin reservas ni dólares hace agua por todos sus sectores. Echa mano a los gondos públicos y el pueblo es el más perjuadicado mientras los comunistas siguen soñando con modelos transnochados d una sociedad justa comunista, la verdad que hay que ser imbéciles para creer ese aparíso que sólo trae violencia y expropiacciones a la propiedda privada. Mientras Venezuela se hacía añicos con la receta estatista, Bolivia seguía creciendo y presentando cifras aceptables. Incluso en los últimos años apareció como “modelo a seguir”, según los relatos de las izquierdas bolivarianas. Sin embargo, el modelo está a punto de explotar: el país se ha quedado sin dólares y el Gobierno autoritario de Luis Arce acaba de expropiar los fondos de pensiones de los bolivianos.
Gracias por su comentario, éxitos profesionales.
:se modelo socialista del siglo XXI es una idiotez y un fracaso que siempre se anunció pero la ignorancia política y falta de conocimientos de economía conduce a mucha gente por una fatal aventura violentista. Las nacionalizaciones y el modelo de sustitución de importaciones ya estallaron en Venezuela y comienzan a explotar en Bolivia. En el país llanero, con las mayores reservas petroleras del planeta, la nacionalización del recurso y la creación de PDVSA ha convertido a Venezuela en una sociedad con más de 80% de la población en pobreza. Desde que Nicolás Maduro llegó al poder el PBI de Venezuela se ha desplomado en más de 83%: de un tamaño de más de US$ 258,000 millones se ha encogido a apenas US$ 42,000 millones. Una barbarie.
Gracias por su comentario, éxitos profesionales.
Luego de Venezuela, el derrumbe de Bolivia deja sin programa al eje bolivariano. Totalmente cierto, comparto el artículo de modelos fracasdos que quisieron palicar en el Perú. Propuesta de constituyentes convierte a las sociedades en fábricas de pobreza
Gracias por su comentario, éxitos profesionales.