Ashánincas bajo ataque, por José Luis Gil

José Luis Gil. Analista político y ex GEIN. El Reporte

El sábado 8 de abril, el crimen organizado cobró una nueva víctima mortal. En horas de la noche, en la localidad nativa de Puerto Ocopa, sujetos armados arremetieron al interior de la vivienda del dirigente Asháninca, Santiago Contoricon Antúnez, para acabar con su vida de cinco disparos y en presencia de su familia. Santiago fue consejero del Gobierno Regional de Junín, y alcalde del distrito de Rio Tambo. Por el momento, la Central Asháninca de Rio Tambo ha emitido un pronunciamiento exigiendo al gobierno de Dina Boluarte que encuentre a los responsables y anuncian que tomarán medidas radicales en las próximas 48 horas.

Este hecho es solo la punta del iceberg de lo que realmente está pasando con las comunidades indígenas en el Perú. Ellos, guardianes naturales de la biodiversidad peruana, enfrentan diversas amenazas graves: el narcotráfico, los taladores ilegales coludidos con traficantes de tierras, los mineros ilegales, los terroristas de Sendero Luminoso, que controlan el “servicio” de sembrado, cosecha, transformación y transporte (mochileros) a los cárteles de las drogas. Incluso, los Ashánincas tienen que soportar a los grupos políticos de izquierda radical que los inducen a la violencia cuando sus intereses “políticos” se ven afectados, ¡Basta ya de utilizarlos!

Perú: Los Asháninkas: la guerra, el bosque, la incertidumbre | Servindi - Servicios de Comunicación Intercultural
Refugiados asháninkas liberados de un campamento senderista. Cutivireni, Junín 1991. Fotografía de Alejandro Balaguer.

 

Son muchas comunidades asediadas por la violencia y casi 200 personas asesinadas en los últimos años. Por esta razón, es que tienen la obligación de organizarse para enfrentar con inteligencia a los criminales que amenazan sus vidas y sus territorios. Hay mucho en juego para dejarse avasallar por los delincuentes, y no basta culpar a todos hoy, sino, concentrarse en evitar más muertes en el futuro inmediato. Las amenazas avanzan y se tienen que tomar medidas en el marco de la Ley para neutralizar el narcotráfico, terrorismo y tala ilegal. Solo una acción conjunta de todos los indígenas, con verdaderas medidas de seguridad, de contrainteligencia y con puentes de comunicación eficaces en la Policía y las FFAA, pueden ayudar a frenar la ola de crímenes de quienes nos quieren convertir en un “narco país”.

El gobierno debe asumir también la responsabilidad de designar gente competente que diseñe estrategias de inteligencia y contrainteligencia, de operaciones y de desarrollo social para rescatar de las garras del crimen a comunidades en peligro. No se puede entregar al país a las manos de quienes a sangre y fuego pretenden convertirlos en sociedades decadentes y lumpenescas para beneficio de sus proyectos criminales.

Hacemos un llamado a todos los indígenas que son profesionales o exitosos, del Perú y en el extranjero, para que se unan y ayuden en la lucha sin cuartel contra las amenazas descritas. Tenemos un hermoso país y una selva envidiable para el mundo. No podemos bajar la guardia, y es hora de unir a quienes, en defensa de nuestra biodiversidad selvática, también defienden la vida, la paz, la democracia y las libertades, ¡Sí se puede!

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“Todos los días morían niños”: la barbarie de Sendero Luminoso en la comunidad asháninka de Puerto Ocopa

Más de la décima parte de la población asháninka del Perú fue exterminada durante los peores años del terrorismo. Una hermana franciscana que vivió la época da su testimonio del horror.

Todos los días morían niños”: la barbarie de Sendero Luminoso en la comunidad asháninka de Puerto Ocopa | RPP Noticias

El llamado ‘Holocausto asháninka’, uno de los episodios más trágicos y menos conocidos de la historia peruana reciente, no debe quedar en el olvido. 

Por José Antonio Flores

 

El área principal de la casa hogar de la misión franciscana Santa Teresita de Puerto Ocopa ha quedado inhabitable. El sismo del último 13 de agosto resquebrajó las paredes de ladrillo y calicanto de esta construcción de más de 50 años. Sus ocupantes, 54 niños asháninkas huérfanos o en situación de pobreza, dejaron sus habitaciones y desde entonces tampoco usan el patio, que quedó regado de escombros. Cintas amarillas con indicaciones de peligro prohíben el acceso. La mañana del domingo en que la tierra tembló “los chiquitos salieron corriendo desesperados”, cuenta la madre superiora Nélida Vicente. Evoca, sin proponérselo, épocas peores, cuando la muerte y el espanto eran cotidianos.

Puerto Ocopa es una localidad del distrito del Río Tambo, provincia de Satipo (Junín). Fue una de las zonas más castigadas por el grupo terrorista Sendero Luminoso (PCP-SL). Hacia finales de los años ochenta e inicios de los noventa asediaron a esta y otras comunidades asháninkas de las cuencas de los ríos Ene, Tambo y Perené, en la Selva Central del Perú, en la puerta de entrada al Vraem. Comunidades enteras fueron secuestradas y miles de nativos asesinados.

En medio de ese escenario de terror, la misión franciscana Santa Teresita resistió a Sendero y se quedó en el lugar ayudando a las víctimas. La casona, hoy golpeada por la naturaleza, fue entonces refugio de familias y de los niños que quedaban huérfanos.

El inicio del terror

“En el 87 llegaron los terroristas” recuerda la madre Benita, quien vive en la misión desde 1982. Cuenta que al principio los senderistas buscaban adoctrinar a la comunidad e integrarla a sus huestes. Varios creyeron en las promesas de justicia social y se unieron a sendero. La mayoría, sin embargo, los rechazó.

La religiosa relata un episodio que vivió junto al padre Teodorico Castillo, un corajudo franciscano que plantó cara al senderismo y que dirigió la misión desde 1957 hasta el día de su muerte en febrero de 2016. Una tarde de finales de la década de los años ochenta, un mando terrorista quiso obligar al sacerdote a que ice la bandera roja con la hoz y el martillo del PCP-SL en la misión. Ante la terca renuencia de Castillo, el senderista lo conminó a izarla. “He dicho que no, mátame aquí y envuélvame con mi bandera blanca y roja”, respondió el padre y vivió para contarla. “Esa era (la) estrategia para ir a decir al pueblo que nosotros hemos aceptado ser compañeros de los terrucos”, comenta la hermana.

Hacia inicios de los años noventa, las acciones de sendero empezaron a ser más agresivas. “Decían: “Está prohibido salir, está prohibido que venga avión, prohibido que reciban a la gente. Todo era prohibido”, cuenta Benita. También describe el pánico que sentía la comunidad: “Cuando se estaba celebrando la misa, antes de que toque la campana venían los terroristas y todos se tiraban de barriga en la capilla. Todos, grandes y chicos”. Otras veces, llegaban de noche: “Los niños se escapaban, llegaban con dinamita, por eso de miedo todos corrían a la banda (ribera del río) y se iban nadando. La madre (superiora) decía: “Por qué no vienen de día, por qué vienen a asustar a mis hijos”.

18 Comentarios

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  1. El Perú tiene una deuda para saldar el valor de los indígenas. Son muchas comunidades asediadas por la violencia y casi 200 personas asesinadas en los últimos años. Por esta razón, es que tienen la obligación de organizarse para enfrentar con inteligencia a los criminales que amenazan sus vidas y sus territorios.

  2. Santiago Contoricón Antúnez fue uno de los valerosos dirigentes ashaninka que combatieron a los subversivos del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso durante la guerra interna en la provincia de Satipo (Junín). Además de rondero y profesor, fue alcalde de Río Tambo (2003-2006), primer regidor de la municipalidad de Satipo de 2007 a 2010, y consejero regional de Junín por la provincia de Satipo en 2015. En la noche del sábado 8 de abril fue vilmente asesinado con armas de fuego por sicarios que, de acuerdo a mis fuentes, provenían del río Ene. Estos lo llamaron por teléfono y le pidieron que saliera de su casa de Puerto Ocopa (Río Tambo, Satipo), cosa que él hizo sin darse cuenta del peligro (comunicación personal de una dirigente de Satipo). El hecho fue anunciado por la municipalidad distrital de Río Tambo: “La gran nación ashaninka está de luto por la inesperada partida de un gran líder ashaninka. Descansa en paz, hermano y amigo Santiago Contoricón Antúnez.” Los vecinos declararon que se oyeron cinco disparos y que los criminales escaparon en una moto. Santiago era parte del Comité de Autodefensa de Puerto Ocopa

  3. Más de la décima parte de la población asháninka del Perú fue exterminada durante los peores años del terrorismo. Una hermana franciscana que vivió la época da su testimonio del horror. Es un indicador muy alto que refleja la violencia terrorista que los seguidores de Pedrto Castillo -el peor presidente del Perú- no quieren reconocer por un sectarismo marcado por la ignorancia. Hoy se han ensañado con los autores de los artículos y contra los que lucharon en favor de la paz.

  4. Desconocía por completo todos estos detalles, me impresiono mucho. “En otra fecha los llevaron a todos al monte. Ahí es donde han vivido”, dice la hermana Delfina. Habla de los secuestros masivos, un sistema usado por los terroristas para sumar “masas de apoyo” a su revolución. Según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) Sendero Luminoso secuestró a unos 10,000 asháninkas. “En el monte”, los senderistas los sometían a condiciones de esclavitud. Sus llamados “Comités de Base” eran, en la práctica, campos de concentración. Los nativos realizaban trabajos forzados para alimentar a sus secuestradores, las mujeres eran violadas, y si alguien intentaba huir o no se adhería con sumisión al pensamiento Gonzalo, la ideología del ex cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán Reynoso, era ejecutado. En muchos casos, los asesinatos de los rebeldes debían ser presenciados o ejecutados por la propia familia.
    Terrorismo nunca más. Nos libramos de Pedro Castillo ahora falta liquidar a Sendero luminoso por completo.

  5. Me gusto. Hacemos un llamado a todos los indígenas que son profesionales o exitosos, del Perú y en el extranjero, para que se unan y ayuden en la lucha sin cuartel contra las amenazas descritas. Información de primera calidad histórica.

  6. Difundir esta publicación que es poco conocida por la juventud y la ciudadnía. El llamado ‘Holocausto asháninka’, uno de los episodios más trágicos y menos conocidos de la historia peruana reciente, no debe quedar en el olvido. Sino hacemos conocer este episodio seremos cómplices del silencio que implica como los terroristas con Pedro castillo avanzaron hasta llegar al poder y a Palacio de Gobierno.

  7. Una excelente predica que merece ser difundida con valentía. Este hecho es solo la punta del iceberg de lo que realmente está pasando con las comunidades indígenas en el Perú. Ellos, guardianes naturales de la biodiversidad peruana, enfrentan diversas amenazas graves: el narcotráfico, los taladores ilegales coludidos con traficantes de tierras, los mineros ilegales, los terroristas de Sendero Luminoso, que controlan el “servicio” de sembrado, cosecha, transformación y transporte (mochileros) a los cárteles de las drogas. Incluso, los Ashánincas tienen que soportar a los grupos políticos de izquierda radical que los inducen a la violencia cuando sus intereses “políticos” se ven afectados, ¡Basta ya de utilizarlos!
    Felicitaciones a los autores de los artículos mencionados y a Innovas.

  8. Toda esta información es excelente, la verdad la desconocia, me engañaron en el colegio y nos ocultaros información histórica, en la universidad peor aún por que muchos profesores son caviares y pro terroristas.