Índice de Percepción de la Corrupción 2023: Perú registra su peor caída en el instrumento de medición global de Transparencia Internacional desde 2012

Proetica

Lima, martes 30 de enero de 2024. El Índice de Percepciones de Corrupción (IPC) 2023, que evalúa qué tan corruptos son percibidos 180 países, fue presentado hoy por Transparencia Internacional a primera hora desde su sede en Berlín.

Perú ha registrado su caída anual más fuerte en el ranking global desde 2012 al bajar del puesto 101 al lugar 121, encontrándose ahora en el tercio inferior y compartiendo posición con Angola, Mongolia y Uzbekistán. Esto responde a una caída de tres puntos en el valor del índice respecto del año anterior: de 36 a 33.

Las fuentes que alimentan este instrumento cubren un periodo de aproximadamente dos años; en el caso de Perú, desde 2022 hasta setiembre de 2023, con lo cual el valor registrado por Perú se habría visto afectado por los destapes de corrupción y conductas antiéticas de los gobiernos de Pedro Castillo y Dina Boluarte, así como de las decisiones del Congreso de la República que han acumulado contrarreformas, retrocesos en instrumentos anticorrupción, como la colaboración eficaz, y blindajes a congresistas cuestionados éticamente, entre otros.

El Perú en comparación

En las Américas, Perú se ubica en el tercio inferior, por debajo de Ecuador, país que protagoniza por estos días una dramática crisis de violencia generada por el crimen organizado del narcotráfico, gestada en años anteriores.

Al comparar al Perú con los países de la OCDE, alianza a la cual estamos candidateando, estaría penúltimo, superando solamente a México, también profundamente afectado por el narcotráfico. Cabe señalar que entre los países de este grupo también están los que muestran un mejor desempeño en el control de la corrupción, como Dinamarca (que obtiene 90 de los 100 puntos posibles), Finlandia (87) y Nueva Zelanda (85).

Si la comparación se traslada al espacio geoeconómico de APEC, cuya cumbre se realizará este año en Lima, nuestro país también se encuentra cerca de la cola y detrás de países como Tailandia, Indonesia y Filipinas; superando solamente a Papúa Nueva Guinea, Rusia y México.

¿Cómo revertir esta situación?

Para Samuel Rotta, director ejecutivo de Proética, organización que representa a Transparencia Internacional en Perú, el resultado de nuestro país es muy preocupante y debería reforzar el sentido de urgencia para detener el deterioro institucional que se viene registrando durante los últimos años. Para ello, señaló que “es indispensable retomar las reformas, en particular las contrataciones del Estado y el fortalecimiento del marco institucional para la integridad pública y para asegurar la transparencia y el acceso a la información pública”.

Asimismo, recalcó que es importante darle un mayor impulso a la implementación de reformas clave, como la modernización del servicio civil, sobre lo cual debiera haber un consenso nacional.

Por su parte, la presidenta de Proética, la historiadora Carmen McEvoy, señaló que la corrupción devora la institucionalidad de la república y el tejido social, contribuyendo en gran parte, entre otras cosas, al crecimiento de la violencia cotidiana que no nos da tregua. Por ello, añadió que no debemos perder de vista que nos estamos jugando la reconstrucción del sentido mismo de república, que debiera tener como eje la ética en las decisiones sobre los asuntos públicos y retroalimentarse con el fortalecimiento de la ética en esferas domésticas y organizativas.

“Esta apuesta viene amenazada por muchos frentes, desde las coimas de siempre, grandes y pequeñas, hasta la irrupción de organizaciones criminales que capturan territorios, rutas de tráfico de mercancías ilícitas y agentes del Estado; por ello, el reto es enorme y nuestras autoridades tienen que estar a la altura”, sentenció.

Acerca del Índice de Percepciones de Corrupción

Desde su creación en 1995, el IPC se ha convertido en el principal indicador mundial de corrupción en el sector público. A partir del año 2012 se reajustó la metodología para permitir su comparabilidad anual y poder darle seguimiento a la evolución de cada país.

El cálculo del índice se basa en la revisión y estandarización de datos de 13 fuentes externas generadas por instituciones multilaterales, fundaciones privadas y think tanks reconocidos globalmente, como el Banco Mundial, el Foro Económico Mundial, The Economist Intelligence Unit, la Fundación Bertelsmann, entre otras.

El IPC debe leerse de forma invertida; es decir, mientras mayor sea su valor (100), menor percepción de corrupción hay en un país. De la misma forma, mientras más se acerca al 0, significa que la corrupción es percibida como más fuerte.

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  1. El artículo informa sobre la drástica caída de Perú en el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) 2023, presentado por Transparencia Internacional, donde el país pasó del puesto 101 al 121 en un ranking de 180 naciones. Esta caída, la más fuerte desde 2012, se debe a escándalos de corrupción asociados a los gobiernos de Pedro Castillo y Dina Boluarte, además de acciones del Congreso que han debilitado los mecanismos anticorrupción. Samuel Rotta de Proética subraya la urgencia de implementar reformas para fortalecer la integridad pública, mientras que Carmen McEvoy destaca el impacto de la corrupción en la institucionalidad y el tejido social del país. El IPC, creado en 1995, mide la percepción de corrupción en el sector público, con un puntaje más alto indicando menor corrupción.

  2. El Índice de Percepción de la Corrupción 2023 refleja un escenario alarmante para el Perú, que ha registrado su peor caída desde 2012, pasando del puesto 101 al 121. Esta disminución es un indicador claro del deterioro institucional que hemos presenciado en los últimos años, impulsado por una cadena de escándalos y retrocesos en políticas anticorrupción. Los casos que involucran a los gobiernos de Pedro Castillo y Dina Boluarte, así como las decisiones del Congreso, han agravado la crisis. Esta situación pone en evidencia que las reformas necesarias para combatir la corrupción no solo se han detenido, sino que incluso han retrocedido. La comparación con otros países de la región y bloques como la OCDE y APEC muestra que Perú está en una posición crítica, superado incluso por naciones con altos niveles de violencia y crimen organizado. Para revertir esta tendencia, es urgente retomar reformas clave, como la modernización del servicio civil y el fortalecimiento de la transparencia en las contrataciones del Estado. La corrupción no solo afecta a las instituciones, sino que también corroe el tejido social, fomentando la violencia y la desconfianza ciudadana. Necesitamos un consenso nacional para reconstruir la ética en los asuntos públicos y enfrentar este gran desafío.

  3. El artículo menciona que Perú ha caído al nivel más bajo en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) desde 2014, con un puntaje de 33. Esta situación refleja la profunda desconfianza de la población hacia sus instituciones, exacerbada por la inestabilidad política y la percepción de que no se están tomando medidas efectivas contra la corrupción. La falta de reformas y la fragilidad del sistema judicial son preocupaciones clave. Es un momento crítico que exige atención y acción para restaurar la confianza pública y mejorar la transparencia. Esta situación es preocupante y mucho más aún por que este malestar no solo se ve en la población, sino que va a generar una mala imagen al Perú y por ende quizás una disminución de confiabilidad por parte de los inversores. Lamentablemente esta situación la tendremos por muchos años, puesto que incluso aquellos que deberían de asegurar el cumplimiento de las leyes las pasas por alto o se dejan venden, algo que pasa actualmente n muchos funcionarios, tanto públicos o privados que se dejan romper la mano perjudicando al Perú.

  4. El articulo nos habla sobre el índice de percepción de corrupción del Perú, que ha disminuido en el último año, y ahora el índice muestra una caída preocupante a su nivel más bajo desde 2012. Los escándalos de corrupción y la ausencia de medidas anticorrupción son responsables de esta situación en los últimos años. Se destaca la necesidad de reformas inmediatas para revertir la situación, lo que implica mejorar la integridad pública, la transparencia y el acceso a la información. El artículo enfatiza los efectos perjudiciales de la corrupción en las instituciones y la estructura social, como el aumento de la violencia.

  5. La caída de Perú en el Índice de Percepción de la Corrupción de 2023 refleja una crisis institucional profunda que va más allá de los actos individuales de corrupción, exponiendo la fragilidad de sus estructuras democráticas y el deterioro del tejido social. La corrupción en el país, evidenciada por los retrocesos en reformas clave y la protección de políticos cuestionados, ha socavado la confianza pública y debilitado las bases del Estado de derecho. Esta situación no solo debilita la gobernabilidad, sino que también exacerba la violencia y el crimen organizado, como lo demuestra la creciente influencia de grupos delictivos en diversas regiones. Comparado con otros países de América Latina y del espacio geoeconómico global, el rezago de Perú es alarmante, y plantea una necesidad urgente de reformas sistémicas. Samuel Rotta y Carmen McEvoy coinciden en que la solución pasa por fortalecer la ética en la gestión pública y por reformas institucionales de largo plazo, que incluyan desde la modernización del servicio civil hasta la transparencia en las contrataciones del Estado. Sin una acción decidida, el país corre el riesgo de caer aún más en el abismo de la corrupción, erosionando no solo la eficiencia estatal, sino también la cohesión social y el propio sentido de la república.

  6. El artículo analiza el alarmante descenso del Perú en el ranking global de percepción de corrupción. El artículo detalla los factores que han contribuido a esta caída, como los recientes escándalos políticos, la falta de transparencia en la administración pública y la debilidad de las instituciones judiciales. Se resalta que la corrupción sigue siendo uno de los principales obstáculos para el desarrollo económico y social del país, afectando la confianza de los ciudadanos en el gobierno y deteriorando el clima de inversión. También se mencionan las consecuencias a largo plazo, como la pérdida de competitividad y el aumento de la desigualdad. El artículo concluye que es urgente implementar reformas estructurales para combatir la corrupción, fortalecer el Estado de derecho y recuperar la confianza en las instituciones peruanas.

  7. El artículo sobre el Índice de Percepción de la Corrupción 2023 destaca que Perú ha registrado su peor caída en este índice, lo que indica una crisis de confianza en las instituciones del país. Esta situación crítica es resultado de la corrupción persistente, que ha afectado tanto la gobernabilidad como la percepción pública del estado. Los ciudadanos están cada vez más preocupados por la falta de transparencia y la impunidad que rodea a casos de corrupción, lo que pone en riesgo el desarrollo democrático.

    Además, el artículo subraya la necesidad urgente de reformas efectivas para abordar este problema. Es imperativo que el gobierno implemente medidas que fortalezcan las instituciones, promuevan la rendición de cuentas y restauren la confianza en el sistema político. Sin un enfoque renovado y comprometido en la lucha contra la corrupción, el futuro de la gobernanza en Perú podría verse comprometido, lo que a su vez obstaculiza el progreso económico y social del país.

  8. Perú experimentó su mayor caída desde 2012, bajando del puesto 101 al 121, debido a un descenso de tres puntos en su índice, situándose en el tercio inferior del ranking. Esto se atribuye a escándalos de corrupción y retrocesos en las reformas anticorrupción durante los gobiernos de Pedro Castillo y Dina Boluarte, así como acciones del Congreso peruano.Por ultimo se deben tomar medidas para revertir esta tendencia, como retomar reformas en la contratación pública y fortalecer las instituciones, además de abordar la corrupción en múltiples niveles, desde pequeñas coimas hasta la captura del Estado por organizaciones criminales.

  9. Es preocupante observar cómo Perú ha caído en el índice global de percepción de corrupción, situándose en la posición 121. Esta caída no solo indica problemas éticos y estructurales en nuestra política, sino que también evidencia el efecto perjudicial de las crisis de liderazgo recientes. La corrupción no solo socava nuestras instituciones, sino que también afecta el tejido social y contribuye al aumento de la violencia en el país. Las palabras de Samuel Rotta sobre la necesidad imperiosa de reiniciar reformas son cruciales; sin un cambio auténtico en la gestión de las contrataciones y el acceso a la información, será complicado restablecer la confianza en el gobierno. La lucha contra la corrupción debe ser una prioridad a nivel nacional, y cada uno de nosotros, desde los ciudadanos hasta las autoridades, tiene un papel que jugar en este reto.

  10. Este artículo resalta un tema crítico que afecta no solo la gobernabilidad, sino también el desarrollo económico y social del país. El descenso en la puntuación del índice internacional es una clara señal de la desconfianza que se ha generado entre los ciudadanos y la comunidad internacional, lo que puede tener repercusiones graves para la inversión y el bienestar general.

    La corrupción crea un ciclo vicioso que mina la confianza en las instituciones, lo que a su vez dificulta la implementación de políticas efectivas. Sin reformas estructurales y un compromiso serio con la transparencia y la rendición de cuentas, es difícil imaginar un cambio significativo. Fortalecer las instituciones es esencial para recuperar la confianza pública y atraer inversiones, lo que podría mejorar la calidad de los servicios públicos y fomentar un ambiente más estable y predecible. La urgencia de estas reformas no puede subestimarse; abordar la corrupción de manera integral es fundamental para el futuro del país.

  11. Es alarmante y vergonzoso que el Perú haya sufrido su mayor caída en el Índice de Percepción de la Corrupción 2023, bajando al puesto 121 y ubicándose en el tercio inferior a nivel global. Esto refleja el grave deterioro institucional del país, impulsado por los escándalos de corrupción en los gobiernos de Pedro Castillo y Dina Boluarte, y las acciones del Congreso que han blindado a políticos cuestionados. La corrupción no solo erosiona la confianza en el sistema público, sino que también agrava la violencia y desmorona el tejido social. Si no se retoman con urgencia las reformas para fortalecer la transparencia y la ética en la gestión pública, el país seguirá hundiéndose en un ciclo peligroso de retroceso y descom.

  12. El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2023 para Perú es, sin duda, un llamado de atención muy preocupante. Resulta impactante ver cómo nuestro país ha registrado su peor caída desde 2012, descendiendo a un lugar tan bajo en el ranking global. Este retroceso, que nos coloca junto a países como Angola y Mongolia, parece reflejar no solo la corrupción sistémica en los niveles más altos del gobierno, sino también un deterioro generalizado de la institucionalidad y la ética pública en el Perú. Lo que más me resuena es la responsabilidad compartida que subraya Carmen McEvoy, cuando habla sobre cómo la corrupción «devora la institucionalidad de la república y el tejido social». Este proceso no solo corrompe el sistema político, sino que se infiltra en la vida cotidiana de todos los peruanos, generando desconfianza, frustración y hasta indiferencia hacia las autoridades. La declaración de McEvoy sobre cómo el flajelo de la corrupción contribuye al crecimiento de la violencia cotidiana me hace reflexionar sobre el costo humano y social de este problema. No se trata solo de dinero perdido, sino de un clima de inseguridad y miedo que afecta nuestras vidas diarias. ¿Cómo es posible que nuestras autoridades no tomen medidas drásticas ante esta realidad? Como ciudadana, esta noticia me deja una sensación de indignación y desazón al ver cómo estos actos de corrupción repercuten en problemas estructurales que afectan a todos: desde la ineficiencia en los servicios públicos hasta el aumento de la violencia. Esta situación solo puede cambiar con voluntad política, lamentablemente inexistente en el actual gobierno de la señora Dina Boluarte.

  13. El artículo sobre el «Índice de Percepción de la Corrupción 2023» en Perú detalla cómo el país ha experimentado una caída significativa en la percepción de transparencia, reflejando su peor desempeño en la última década. Este retroceso preocupa, ya que evidencia la persistencia de prácticas corruptas que afectan a diversas instituciones públicas y privadas. El informe menciona que la percepción de corrupción en Perú ha sido influenciada por escándalos políticos y la ineficiencia en la implementación de políticas públicas. La desconfianza ciudadana ha aumentado, debilitando la credibilidad de las autoridades y afectando la estabilidad económica y social del país. Además, se hace un llamado a fortalecer la lucha contra la corrupción mediante reformas y mayor compromiso de las autoridades, para mejorar el entorno institucional y la gobernanza.

  14. El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2023 ha golpeado duramente a Perú, situándolo en su peor posición desde 2012 al descender del puesto 101 al 121. Esta caída refleja un incremento en la percepción de corrupción, atribuible a la inestabilidad política, los escándalos de corrupción y la debilidad institucional que han minado la confianza en las autoridades peruanas. Esta situación no solo tiene implicaciones internas, como la erosión de la confianza ciudadana, sino también externas, afectando la imagen del país ante inversores y organismos internacionales. La lucha contra la corrupción debe ser una prioridad nacional, requiriendo reformas estructurales y un compromiso genuino para restaurar la confianza pública y mejorar la calidad del servicio gubernamental.

  15. El artículo destaca un retroceso significativo para Perú en este ranking global de Transparencia Internacional, reflejando la peor caída del país desde 2012. Este deterioro indica un incremento en la percepción de corrupción, lo que puede estar vinculado a la inestabilidad política, los escándalos de corrupción y la debilidad institucional que han afectado la confianza en las autoridades peruanas. El descenso en este índice no solo tiene implicaciones internas, como la erosión de la confianza ciudadana, sino también externas, afectando la imagen del país ante inversores y organismos internacionales.

  16. El artículo aborda un tema preocupante para el país, destacando cómo el Perú ha experimentado un descenso significativo en su puntuación en este índice internacional. Este deterioro refleja la creciente desconfianza de los ciudadanos y la comunidad internacional hacia las instituciones peruanas, afectadas por escándalos de corrupción que han debilitado la gobernabilidad y la efectividad del estado. La corrupción no solo desgasta la confianza pública, sino que también afecta directamente el desarrollo económico y social del país, limitando las oportunidades de inversión y perjudicando la calidad de los servicios públicos. Además, se destaca la urgencia de implementar reformas estructurales y fortalecer las instituciones para combatir este problema de manera efectiva.

  17. Es alarmante ver cómo Perú ha caído en el ranking global de percepción de corrupción, descendiendo al puesto 121, lo cual no solo refleja problemas estructurales y éticos en nuestra política, sino que también muestra el impacto negativo de las recientes crisis de liderazgo. La corrupción no solo debilita nuestras instituciones, sino que también afecta el tejido social y contribuye al aumento de la violencia en el país. Lo que nos dice Samuel Rotta sobre la necesidad urgente de retomar reformas es fundamental; sin un cambio real en cómo se manejan las contrataciones y el acceso a la información, será difícil reconstruir la confianza en el gobierno. La lucha contra la corrupción debe ser una prioridad nacional, y todos, desde ciudadanos hasta autoridades, tenemos un papel que desempeñar en este desafío.

  18. El artículo analiza la preocupante caída de Perú en el Índice de Percepción de la Corrupción 2023, donde se evidencia un deterioro significativo en la confianza hacia las instituciones. Esta situación refleja el impacto negativo de la corrupción en la gobernanza y el desarrollo social del país. Me parece crucial abordar este problema con políticas efectivas y un compromiso genuino para restaurar la confianza pública y mejorar la calidad del servicio gubernamental.

  19. En 2023, la percepción de la corrupción en Perú ha alcanzado niveles alarmantes, con un 52,3% de la población considerándola como un problema principal, un aumento significativo desde el 23,8% en 2010. Este índice ha ido en aumento desde un pico del 61,6% en 2019. A nivel subnacional, las regiones con mayores índices de percepción de corrupción son Cusco (74,8%), Pasco (64,8%) y Tacna (63,1%). Estos datos reflejan una creciente preocupación por la corrupción y sus efectos en la sociedad peruana. Es un tema crítico que llama a la acción y a la reflexión sobre la gobernanza y la transparencia en el país.

  20. El artículo nos muestra que Perú ha registrado su peor caída desde 2012, lo que indica un deterioro significativo en la percepción pública sobre la corrupción en el país. Este índice mide la percepción de expertos y empresarios sobre los niveles de corrupción en el sector público, y la caída refleja preocupaciones crecientes sobre la debilidad institucional, la falta de transparencia y la impunidad. La situación pone de relieve la necesidad urgente de reformas políticas y judiciales para fortalecer la gobernanza y restaurar la confianza en las instituciones peruanas.

  21. El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2023 indica una disminución preocupante en la posición global del Perú, lo que sugiere un aumento en el nivel percibido de corrupción dentro de la nación. Perú cayó del 101 al 121, mostrando un empeoramiento de las instituciones debido a escándalos de corrupción y problemas con la lucha contra la corrupción. esfuerzos durante el tiempo de Pedro Castillo y Dina Boluarte en el poder. Perú se encuentra en desventaja en relación con otras naciones de la OCDE y APEC. Los expertos enfatizan la necesidad crítica de restablecer reformas destinadas a reforzar la integridad pública y detener el declive actual.

  22. El artículo destaca que en 2023 Perú ha experimentado su peor caída en el Índice de Percepción de la Corrupción, lo que refleja una creciente desconfianza en sus instituciones. Esta situación se atribuye a la falta de acciones efectivas para combatir la corrupción y la crisis política persistente, marcada por escándalos y destituciones en altos cargos del gobierno. Estos problemas profundizan la inestabilidad y minan la credibilidad del sistema. El texto subraya la importancia de reformas estructurales y del fortalecimiento institucional, así como de la participación activa de la ciudadanía para exigir mayor transparencia y rendición de cuentas. Sin estos cambios, la posición de Perú en el índice seguirá deteriorándose.

  23. En este articulo nos habla sobre el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2023, presentado por Transparencia Internacional, mostró que Perú ha sufrido su mayor caída en la clasificación desde 2012. El país pasó del puesto 101 al 121, con una disminución en su puntuación de 36 a 33. Esta caída se atribuye a los casos de corrupción y conductas antiéticas de los gobiernos de Pedro Castillo y Dina Boluarte, así como las decisiones del Congreso que han debilitado medidas anticorrupción. Perú se encuentra en el tercio inferior de las Américas y casi al final de los países candidatos a la OCDE. Para revertir esta situación, se requieren reformas urgentes en la contratación pública y en la integridad institucional, según Proética.

  24. La caída del Perú en el Índice de Percepción de la Corrupción 2023, alcanzando su peor posición en más de una década, refleja el impacto devastador de las crisis políticas recientes y la falta de reformas sólidas. La corrupción no solo corroe la confianza en las instituciones, sino que también alimenta la violencia y profundiza la fragmentación social. El desafío no solo es revertir este retroceso, sino reconstruir un sistema público que priorice la transparencia y la ética. Esta situación pone a prueba la capacidad de liderazgo y el compromiso de las autoridades para enfrentar una realidad cada vez más alarmante.

  25. Por lo que puedo apreciar en el artíulo, me parece que es preocupante la situación en nuestro país, ya que subraya la necesidad de reformas urgentes para que se pueda recuperar la confianza y la ética en nuestra gestión pública.
    El artículo indica que Perú ha caído en el ranking global de corrupción como nunca desde el año 2012, pasando de estar en el puesto 101 al 121, esto por culpa de los escándalos de corrupcion durante la administración del ex presidente Pedro Castillo y la actual presidente Dina Boluarte, seguido de decisiones del congreso que han debilitado las medidas anticorrupción.
    Según lo que nos menciona Carmen McEvot la corrupción genera y alimenta la violencia en nuestro país.
    Según la información que nos brinda este artículo, el IPC creado en 1995 es de mucha importancia para que midamos la corrupción en el sector público, este se basa en datos de diversas fuentes y su metodología ha cambiado para facilitar las comparaciones anuales y un valor más alto nos indica menos percepción de corrupción

  26. El articulo nos habla sobre el índice de percepción de corrupción del Perú, que ha disminuido en el último año, y ahora el índice muestra una caída preocupante a su nivel más bajo desde 2012. Los escándalos de corrupción y la ausencia de medidas anticorrupción son responsables de esta situación en los últimos años. El análisis evalúa la posición del Perú en relación con otras naciones americanas, incluidas la OCDE y la APC, y destaca su desempeño deficiente en la batalla contra la corrupción. Se destaca la necesidad de reformas inmediatas para revertir la situación, lo que implica mejorar la integridad pública, la transparencia y el acceso a la información. El artículo enfatiza los efectos perjudiciales de la corrupción en las instituciones y la estructura social, como el aumento de la violencia. Para abordar esta cuestión se destaca la necesidad de principios éticos sólidos en las decisiones públicas y privadas.

  27. El Índice de Percepciones de Corrupción 2023 revela una alarmante caída del Perú en el ranking global, pasando del puesto 101 al 121, lo que refleja un aumento de la percepción de corrupción. Esto se debe a los escándalos políticos recientes y la falta de reformas clave en el país. Comparado con otros países de la región y con los aspirantes a la OCDE, el Perú está rezagado, lo que afecta su imagen y desarrollo institucional.

    Expertos como Samuel Rotta y Carmen McEvoy señalan la necesidad urgente de retomar reformas que fortalezcan la transparencia y la ética pública, ya que la corrupción no solo debilita las instituciones, sino que también aumenta la violencia y erosiona la confianza social. El desafío para el Perú es enorme y requiere una acción decidida por parte de las autoridades.

  28. El artículo resulta interesante, sobre todo al enfocarse en cómo la caída en el índice de percepción de la corrupción en Perú está directamente relacionada con casos recientes que han sacudido al país. Estos casos, en su mayoría vinculados a funcionarios públicos y a grandes empresas, generan una preocupación creciente sobre la falta de transparencia en las instituciones peruanas. La corrupción sigue siendo un obstáculo importante y constante para el desarrollo y la estabilidad económica, además de afectar la confianza de los ciudadanos en el sistema político. Estos escándalos no solo erosionan la credibilidad del gobierno, sino que también tienen un impacto profundo en las oportunidades de inversión extranjera y en la calidad de vida de la población, siendo crucial que se tomen medidas más severas y rápidas para combatir este problema.

  29. El artículo ofrece un análisis profundo sobre la preocupante situación de Perú en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional. En 2023, Perú sufrió su mayor descenso desde 2012, cayendo del puesto 101 al 121, con una puntuación que disminuyó de 36 a 33. Este deterioro se atribuye a una serie de escándalos de corrupción y conductas antiéticas que han involucrado a los gobiernos recientes, así como a decisiones del Congreso que han debilitado las reformas anticorrupción previamente implementadas. El artículo destaca cómo estos factores han erosionado la confianza pública en las instituciones y han exacerbado la percepción de corrupción en el país. Además, se subraya la necesidad urgente de retomar y fortalecer las reformas institucionales para combatir la corrupción, mejorar la transparencia y restaurar la integridad pública. La situación actual plantea un desafío significativo para el gobierno y la sociedad peruana, quienes deben trabajar conjuntamente para revertir esta tendencia negativa y promover un entorno más ético y transparente.

  30. Este articulo me parece interesante porque nos habla del Índice de Percepción de la Corrupción 2023, Perú experimentó su mayor caída desde 2012, descendiendo del puesto 101 al 121, con un puntaje que pasó de 36 a 33. Esta baja se atribuye a los escándalos de corrupción y comportamientos antiéticos durante los gobiernos. de Pedro Castillo y Dina Boluarte, así como a las contrarreformas en el Congreso que han debilitado las medidas anticorrupción. Expertos como Samuel Rotta y Carmen McEvoy subrayan la necesidad urgente de retomar reformas institucionales y fortalecer la ética en la toma de decisiones públicas para contrarrestar el deterioro de la institucionalidad y la violencia creciente en el país. El Índice, que se basa en la revisión de 13 fuentes externas, se interpreta de forma invertida: un valor más alto indica menos percepción de corrupción.

  31. Este artículo destaca la preocupante caída de Perú en el Índice de Percepciones de Corrupción de Transparencia Internacional, pasando del puesto 101 al 121 en el ranking global. Esta es la mayor disminución desde 2012 y refleja un deterioro institucional grave, exacerbado por escándalos de corrupción en las administraciones recientes. La caída en tres puntos, de 36 a 33, indica que Perú se encuentra en el tercio inferior en comparación con otros países, lo que afecta su imagen y capacidad para atraer inversiones. La situación es alarmante y requiere reformas urgentes para fortalecer la transparencia y la integridad pública. Conocer estos datos es de vital importancia para que ciudadanos y autoridades comprendan la magnitud del problema y actúen con responsabilidad. La lucha contra la corrupción es esencial no solo para mejorar el entorno económico, sino también para reconstruir la confianza en las instituciones y asegurar un futuro más estable para el país.

  32. Este artículo pone en evidencia la alarmante caída de Perú en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2023, reflejando un deterioro notable en la percepción pública sobre la integridad de las instituciones peruanas. La bajada del puesto 101 al 121 en un solo año muestra una desconfianza creciente en la clase política y las decisiones tomadas por el Congreso, sumado a los escándalos de corrupción y conductas antiéticas tanto del gobierno de Pedro Castillo como de Dina Boluarte.
    Es preocupante cómo el país se encuentra ahora en una posición desfavorable, no solo en comparación con otras naciones de la región, como Ecuador, sino también dentro de grupos internacionales como la OCDE y APEC, donde ocupa los puestos más bajos. Esto expone las graves deficiencias en la lucha contra la corrupción, las reformas estancadas y el desmantelamiento de herramientas clave, como la colaboración eficaz, que alguna vez fueron avances significativos.

  33. El Índice de Percepción de la Corrupción 2023 es un fuerte recordatorio de los enormes retos que enfrenta el Perú en la lucha contra este flagelo. Me sorprende y preocupa ver que el país ha registrado su peor caída en esta medición global desde 2012. Este resultado pone en evidencia una creciente desconfianza en las instituciones públicas, lo cual refleja una realidad donde la corrupción parece estar cada vez más enraizada en diferentes niveles.Como ciudadano, me queda la incertidumbre de si el Perú podrá salir de este ciclo de desconfianza y corrupción. Es evidente que hay personas e instituciones comprometidas con el cambio, pero la magnitud del desafío requiere un esfuerzo colectivo, sostenido y con voluntad política real. Solo espero que en los próximos años podamos ver una reversión de estos indicadores y una mejora en la percepción, pero, sobre todo, en la realidad misma de cómo se gestiona el poder en el país.

  34. El índice de percepción de corrupción no sólo es preocupante, sino que en nuestro país se evidencia con la desconfianza, rechazo, mal concepto de las autoridades y en las encuestas se muestra la falta de legitimidad. «Según la encuestadora, que reveló esta data para el medio El Comercio, el Congreso es considerado el principal motivo de vergüenza para la ciudadanía en el Perú, con un alarmante 81% de desaprobación. Este dato es seguido muy de cerca por la percepción negativa hacia el Gobierno, que alcanza un 76%, y los partidos políticos en general, con un 75%. El estudio destaca no solo el rechazo hacia el funcionamiento actual del Congreso, sino que también pone en evidencia la profunda crisis de confianza hacia las estructuras de poder en el país.». A esto se suma el rechazo y el pedido de Derogación de la
    LEY 32108, el cual está vinculado con la finalidad de la agrupación: solo si se demuestra que el grupo delictivo (con las características indicadas previamente) busca controlar la cadena de valor de una economía o mercado ilegal, se podrá estar ante una organización criminal. Además de la exigencia de contar con abogado presente, no basta con tener motivos razonables, sino que el fiscal, en la investigación preliminar, deberá reunir pruebas suficientes para solicitar el allanamiento de inmueble, y no podrá requerirlo para detener a un investigado. Dejando vulnerable a la justicia peruana y evidenciando el incremento masivo del sicariato, bandas criminales dedicadas a las extorsiones y cobro de cupos.

  35. El índice de percepción de la corrupción (IPC) en el Perú muestra una alarmante caída en 2023 del 101 al 121, reflejando una creciente desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones. A pesar de las reformas y medidas anticorrupción, la percepción empeora, sugiriendo que estas iniciativas no son efectivas. La inestabilidad política y la falta de rendición de cuentas agravan la situación. Todo debido a los escándalos de corrupción durante los gobiernos de Pedro Castillo, Dina Boluarte entree otros ex presidentes resaltando una necesidad urgente de estrategias más efectivas y transparentes para restaurar la confianza pública y fortalecer las instituciones democráticas.

  36. En ese orden de ideas, las iniciativas legislativas del Congreso que buscan quitarle independencia al Ministerio Público trasladando sus funciones a la policía y limitar la aplicación de normas que sancionan a las organizaciones criminales, contribuyen a agravar la caída de Perú en el Índice de Percepción de la Corrupción, debilitando la lucha contra la corrupción y contribuyendo con la infiltración del crimen organizado, por lo tanto es necesario evaluar estas reformas para asegurar que no se comprometa la integridad institucional y se garantice una investigación imparcial y efectiva.

  37. El artículo revela una preocupante caída de Perú en el Índice de Percepción de la Corrupción, lo que refleja el impacto negativo de los últimos gobiernos en la confianza pública. La corrupción y la falta de transparencia institucional han debilitado gravemente la estructura política del país, lo que requiere una intervención urgente. Es fundamental que se retomen las reformas necesarias para fortalecer el marco institucional y luchar contra la corrupción, especialmente en áreas clave como las contrataciones del Estado.

  38. Interesante artículo, ya que refleja cómo la percepción de la corrupción no solo afecta la imagen del país a nivel global, sino que también tiene un impacto directo en la confianza de los ciudadanos y la funcionalidad del Estado. Es preocupante ver que, a pesar de los esfuerzos pasados, Perú sigue retrocediendo en esta área crítica. Revertir esta tendencia requiere una voluntad política firme y el compromiso de implementar reformas profundas para asegurar la integridad pública.

  39. La percepción de corrupción en el Perú es una preocupación constante y afecta gravemente la confianza en las instituciones públicas y privadas. Escándalos recurrentes en diferentes niveles del gobierno, desde autoridades locales hasta exmandatarios, han generado una imagen de ineficacia y desconfianza en la capacidad del Estado para gestionar los recursos de manera transparente. Esto no solo frena el desarrollo económico y social del país, sino que también debilita el sistema democrático al generar apatía y descontento en la población. Combatir la corrupción en el Perú requiere no solo leyes más estrictas, sino una verdadera cultura de integridad y responsabilidad que involucre tanto a las autoridades como a la ciudadanía.

  40. Muy interesante. El cálculo del índice se basa en la revisión y estandarización de datos de 13 fuentes externas generadas por instituciones multilaterales, fundaciones privadas y think tanks reconocidos globalmente, como el Banco Mundial, el Foro Económico Mundial, The Economist Intelligence Unit, la Fundación Bertelsmann, entre otras.

  41. Al comparar al Perú con los países de la OCDE, alianza a la cual estamos candidateando, estaría penúltimo, superando solamente a México, también profundamente afectado por el narcotráfico. Un mal que nos aqueja por años.

  42. Las fuentes que alimentan este instrumento cubren un periodo de aproximadamente dos años; en el caso de Perú, desde 2022 hasta setiembre de 2023, con lo cual el valor registrado por Perú se habría visto afectado por los destapes de corrupción y conductas antiéticas de los gobiernos de Pedro Castillo y Dina Boluarte, dos gobernate prosenderistas de PerÚ Libre caracterizados por la corrupción.

  43. Una caída atroz. Perú ha registrado su caída anual más fuerte en el ranking global desde 2012 al bajar del puesto 101 al lugar 121, encontrándose ahora en el tercio inferior y compartiendo posición con Angola, Mongolia y Uzbekistán.

  44. Una caída atroz. Perú ha registrado su caída anual más fuerte en el ranking global desde 2012 al bajar del puesto 101 al lugar 121, encontrándose ahora en el tercio inferior y compartiendo posición con Angola, Mongolia y Uzbekistán.