¿Qué es la felicidad para Kant?
Desde que el hombre es hombre hemos perseguido la felicidad, hemos querido ser felices. Pero ¿cómo define el gran filósofo Immanuel Kant este concepto universal?
Considerado uno de los mayores filósofos alemanes de todos los tiempos, Immanuel Kant tuvo una gran influencia en la historia del pensamiento. De hecho, le dio todo un giro de 180 grados en lo que ha venido a llamarse “revolución copernicana”. Del mismo modo que Copérnico hizo en astronomía, es decir, explicar los movimientos celestes a partir del supuesto de que era el espectador el que giraba, Kant pensaba que solo podíamos tener un verdadero conocimiento de las cosas (universal y necesario) si el objeto depende del pensamiento y no al revés.
Como muchos otros pensadores de la historia, Kant hizo sus propias reflexiones sobre la felicidad. El filósofo definió este concepto como “el estar contento con toda la propia existencia” y no la consideró una ley práctica universal pues los seres humanos tendemos a ella de manera empírica y subjetiva. Para él, las personas no nos podemos poner de acuerdo en la manera de lograr la felicidad, pero sí en decidir en qué consiste la moralidad, algo que no conduce por sí sola a la felicidad, sino que solo hace al hombre digno de ser feliz.
En uno de los pasajes de Crítica de la Razón Práctica, Kant afirmó que cada persona cifraría su felicidad en relación y estrecha dependencia con su particular sentimiento de placer y dolor. En otro caracterizó la felicidad como aquel estado en el que un ente racional experimenta ininterrumpidamente su existencia en forma placentera. Todo esto insinúa una fuerte conexión entre el placer y la felicidad, alineando a Kant con la tradición epicúrea.
Kant fue el cuarto hijo de una familia de once hermanos de origen humilde. Las biografías describen a los padres del filósofo como personas “sumamente honestas, rectas y amantes de la concordia”. De su madre, a la que perdió cuando tenía trece años, los historiadores dijeron que fue quien imprimió en la familia el espíritu y las normas del pietismo. Junto con Hegel y Schopenhauer desarrolló lo que más tarde se conocería como idealismo alemán.
La felicidad, según Kant
Para Immanuel Kant, todos los seres humanos anhelamos ser felices. Sin embargo, la felicidad no es algo innato a nosotros, que ya tengamos, sino que debemos buscarla. Como seres racionales y finitos que somos, tenemos como fin la felicidad propia, nuestra naturaleza no nos permite renunciar a conseguirla.
La felicidad en el pensamiento de Kant se convierte en un deber del ser humano, el último y supremo que nos obliga a ser dignos de merecerla. Esta felicidad solo dependerá de cada individuo, de su comportamiento y carácter, no del destino o de otro factor externo. “La felicidad; más que un deseo, alegría o elección, es un deber”, escribió el filósofo.
En el texto; según Immanuel Kant, la felicidad se relaciona con la moralidad y la ética más que con la búsqueda de placer o satisfacción personal. Kant propuso que la felicidad genuina se alcanza a través del deber moral y la realización de acciones correctas basadas en el deber y la moralidad, en lugar de perseguir simplemente la satisfacción de los deseos personales. Para él, la verdadera felicidad reside en actuar de acuerdo con el deber moral y en el cumplimiento de principios éticos universales, lo que proporciona una satisfacción más profunda y duradera que la mera búsqueda de placer o bienestar material.
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Kant, la búsqueda de la felicidad es un anhelo común a todos los seres humanos. Sin embargo, no consideraba que la felicidad fuera algo inherente a nosotros desde el principio, sino que debemos esforzarnos por alcanzarla. Dado que somos seres racionales y finitos, la búsqueda de la felicidad se convierte en un fin en sí mismo y una obligación que no podemos eludir.Kant enfatiza que la responsabilidad de alcanzar la felicidad recae en cada individuo y está ligada a su comportamiento y carácter, no a factores externos o al destino. Para el filósofo, la felicidad no es solo un deseo o una elección, sino un deber supremo que nos exige ser dignos de merecerla.
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Grande Kant. Cerca de la tumba se halla una placa con la siguiente inscripción en alemán y ruso, tomada de la «Conclusión» de Crítica de la razón práctica: «Dos cosas me llenan la mente con un siempre renovado y acrecentado asombro y admiración por mucho que continuamente reflexione sobre ellas: el firmamento estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí». Eso fue su felicidad estar en constante filosofar.
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Toda lectura sobre Kant es vital conocerla. Fue el primero y más importante representante del criticismo y precursor del idealismo alemán. Es considerado como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal. Además es uno de los últimos pensadores de la modernidad, anterior a la filosofía contemporánea, cuyo origen suele situarse en 1831 tras la muerte de Hegel.
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UIna ética impresionante. La felicidad en el pensamiento de Kant se convierte en un deber del ser humano, el último y supremo que nos obliga a ser dignos de merecerla.
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También Kant contribuyo en todo pensam9iento de la razón, caracterizó la felicidad como aquel estado en el que un ente racional experimenta ininterrumpidamente su existencia en forma placentera. Todo esto insinúa una fuerte conexión entre el placer y la felicidad, alineando a Kant con la tradición epicúrea.
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Las biografías describen a los padres del filósofo como personas “sumamente honestas, rectas y amantes de la concordia”. Este parrafo encierra porque Kant junto con Sócrates son los máximos representantes de la ética.
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Artículo para toda la vida. Estar en constante reflexión. Como muchos otros pensadores de la historia, Kant hizo sus propias reflexiones sobre la felicidad. El filósofo definió este concepto como “el estar contento con toda la propia existencia” y no la consideró una ley práctica universal pues los seres humanos tendemos a ella de manera empírica y subjetiva. Para él, las personas no nos podemos poner de acuerdo en la manera de lograr la felicidad, pero sí en decidir en qué consiste la moralidad, algo que no conduce por sí sola a la felicidad, sino que solo hace al hombre digno de ser feliz.
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Considerado uno de los mayores filósofos alemanes de todos los tiempos, Immanuel Kant tuvo una gran influencia en la historia del pensamiento. De hecho, le dio todo un giro de 180 grados en lo que ha venido a llamarse “revolución copernicana”.
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