La guerra de los cien años fue un conflicto entre los monarcas de Francia e Inglaterra. A partir del 1337 y no terminó definitivamente hasta el 1453, la guerra duró 116 años, aunque no con luchas continuas, sino también con largos períodos de paz incluidos. El nombre que usamos hoy se acuño sólo hasta siglo XIX. Las causas de la guerra son tan complejas como lo sería más tarde el propio conflicto. Además las motivaciones cambiaron a medida que varios reyes iban y venían.
Por Mark Cartwright,traducido por José Alejandro Tapia Reyes
Publicado el 17 marzo 2020
World History Encyclopedia
_________
La guerra de los cien años (1337-1453) fue un conflicto intermitente entre Inglaterra y Francia que duró 116 años. Ésta guerra comenzó principalmente porque el rey Eduardo III de Inglaterra (1327-1377) y Felipe VI de Francia (1328-1350) escalaron una disputa sobre los derechos feudales de Gascuña a una batalla por la corona de francesa. Los ingleses ganaron grandes batallas como la batalla de Crécy (1346) y Poitiers (1356) pero entonces Carlos V de Francia (1364-1380 ) recuperó constantemente gran parte del territorio desde el comienzo del conflicto. Después de un periodo de paz durante el reinado de Ricardo II de Inglaterra (1377-1399) cuando se casó con la hija de Carlos VI de Francia (1380-1422), la guerra estalló en acción nuevamente con la batalla de Agincourt (1415) ganada por Enrique V de Inglaterra (1413-1422). Enrique fue nombrado heredero del trono francés pero su muerte temprana y el gobierno ineficaz de Enrique VI de Inglaterra (1422-61 y 1470-71) dieron como resultado que Carlos VII de Francia (1422-1461) retomara la iniciativa con figuras como Juana de Arco (1412-1431), los franceses ganaron las batallas de Formigny (1450) y de Castillon (1453) y así, ganó la guerra finalmente, consiguiendo el control en toda Francia excepto Calais.
Guerra y paz
La guerra de los cien años fue un conflicto entre los monarcas de Francia e Inglaterra. A partir del 1337 y no terminó definitivamente hasta el 1453, la guerra duró 116 años, aunque no con luchas continuas, sino también con largos períodos de paz incluidos. El nombre que usamos hoy se acuño sólo hasta siglo XIX. La guerra de los cien años se divide tradicionalmente en tres fases para los propósitos de estudio y para reflejar los importantes períodos de paz entre los dos países:
La guerra Eduardiana (1337-1360) después de Eduardo III de Inglaterra.
La guerra Carolina (1369-1389) después de Carlos V de Francia.
La guerra Lancastriana (1415-1453) después de la casa real de Inglaterra de los Lancaster.
Causas de la guerra
Las causas de la guerra de los cien años son tan complejas como lo sería más tarde el propio conflicto. Además las motivaciones cambiaron a medida que varios reyes iban y venían, las causas se pueden enlistar de la siguiente manera:
La toma del territorio feudal en manos de los ingleses, Gascuña (Aquitania, sureste de Francia) por Felipe VI de Francia.
El reclamo del rey Eduardo III de ser el legítimo rey de Francia a través de su madre.
Las expediciones de Eduardo III para tomar por la fuerza, territorios en Francia, proteger el comercio internacional y para ganar botín y propiedades para sus nobles.
La ambición de Carlos V por remover a los ingleses de los territorios feudales franceses.
El descenso de Carlos VI de Francia a la locura y las debilitantes luchas internas entre la nobleza de Francia.
La ambición de Enrique V de legitimar su reinado en Inglaterra y volverse el rey de Francia mediante la conquista.
La determinación del delfín, el futuro rey Carlos VII de Francia (1422-1461 EC) de recuperar su derecho de nacimiento y unificar toda Francia.
La guerra Eduardiana (1337-1360)
Eduardo III pudo hacer un reclamo fuerte a la corona francesa, a través de su madre la reina Isabel. Es discutible si esta afirmación fue cierta o simplemente una excusa para invadir Francia. Ciertamente, en el papel Eduardo tenía razón. El rey francés vigente era Felipe VI de Francia que había sucedido a su primo Carlos IV de Francia (1322-1328) sobre Eduardo incluso cuando éste era el pariente masculino más cercano, siendo el sobrino de Carlos y el nieto mayor sobreviviente de Felipe IV de Francia (1285-1314). En ese momento el rey inglés no insistió en su reclamo pues era menor de edad, y la nobleza francesa, descartando la legitimidad de la herencia a través de la línea femenina, naturalmente habían preferido un rey francés como su gobernante. Sin embargo, a mediados de la década de 1330, Eduardo cambió su estrategia, quizás molesto por el tecnicismo de que como duque de Gascuña, el rey inglés era un vasallo del rey francés de acuerdo con las reglas del feudalismo medieval. La Gascuña, era una era un socio comercial útil de Inglaterra, la lana y el grano se exportaban y el vino se importaba. Cuando el rey francés confiscó Gascuña para la corona francesa en 1337 y al año siguiente asaltó la costa sur de Inglaterra, un ataque que incluyó la destrucción de Southampton; entonces Eduardo tuvo la excusa perfecta para comenzar una guerra.
LOS FRANCESES FUERON INCAPACES DE ENCONTRAR UNA RESPUESTA A LA COMBINACIÓN DE ARQUEROS Y CABALLLEROS INGLESES QUE PELEABAN A PIE, SUFRIENDO UNA PESADA DERROTA EN LA BATALLA DE CRÉCY.
Eduardo rodó la pelota al autoproclamarse rey de Francia en una ceremonia en Gante en Enero del 1340. Además el rey mostró su nuevo escudo de armas, dividido en cuartos con los tres leones de los Plantagenet y agregando las flores de lis doradas de Francia. Los países bajos también eran importantes socios comerciales de Inglaterra mientras que otros aliados incluían rivales de Felipe VI como Carlos II rey de Navarra (1349-1387) y los condes Gascones de la familia Armagnac.
Una de las primeras acciones importantes de la guerra fue en Junio del 1340, cuando una flota de invasión francesa fue hundida por una flota inglesa en Sluys en el estuario de Scheldt (países bajos). Siguiendo en el 1345 con la captura de Gascuña y la invasión de Normandía, donde se empleó la estrategia de «chevauchées» ( cabalgada en francés) que constaba en aterrorizar a las poblaciones locales quemando cosechas, asaltando reservas y permitiendo el saqueo general con la esperanza de atraer al rey francés a una batalla abierta. La estrategia funcionó y los franceses, fueron incapaces de encontrar una respuesta a la combinación de arqueros y de caballeros ingleses que peleaban a pie, sufrieron una pesada derrota en la batalla de Crécy en Agosto del 1346. Sin embargo Felipe estaba lejos de estar derrotados y hábilmente pidió a sus aliados escoceses que invadieran el norte de Inglaterra con la esperanza de que esto obligara a Eduardo a retirarse de Francia. David II de Escocia (1329-1371) obedeció e invadió Inglaterra en Octubre del 1346) pero fue derrotado en la batalla de Nevill´s cross el 17 de Octubre del 1346. Como bono adicional, el rey David fue capturado y liberado sólo en el 1357 como parte del tratado de Berwick, donde los escoceses pagaron un rescate y se acordó una tregua de 10 años entre los dos países.
En el 1347, Calais fue capturado pero la llegada de la peste negra a Europa, interrumpió las hostilidades. La siguiente gran victoria fue otra vez inglesa, otra vez contra un ejército francés mucho más numeroso, pero ésta vez en la batalla de Poitiers en Septiembre del 1356. Aquí, el ejército inglés estaba liderado por el hijo del rey Eduardo, el príncipe Eduardo de Woodstock apodado «el príncipe negro»(1330-1376). Un vencido rey Juan II de Francia (1350-1364 ) fue capturado en Poitiers y fue detenido por cuatro años. Luego se firmó el tratado de Brétigny (actualmente el departamento de Eure y Loir) del 1360 entre Inglaterra y Francia, que reconoció el derecho de Eduardo al 25% de Francia (la mayoría en el norte y en el suroeste) a cambio de que Eduardo renunciara a su derecho a la corona francesa.
La guerra Carolina (1369-1389)
La paz de Brétigny terminó en el 1369 cuando el rey Francés Carlos V, llamado Carlos el sabio (1364-1380), comenzó a recuperar en serio lo que sus predecesores habían perdido. Carlos hizo esto evitando la batalla abierta, concentrándose en el acoso y confiando en la seguridad de sus castillos cuando era necesario. Además el rey Carlos también tenía una armada superior a la inglesa, por lo que pudo realizar frecuentes incursiones en la costa sur de Inglaterra. La mayor parte de Aquitania fue capturada en el 1372, una flota inglesa fue derrotada frente a La Rochelle en el mismo año y en el 1375. Las únicas tierras en Francia pertenecientes a la corona inglesa era Calais y una parte de Gascuña.
En el 1389 se declaró una nueva tregua y las relaciones mejoraron aún más cuando el 12 de Marzo del 1396, Ricardo II de Inglaterra se casó con Isabel de Francia, la hija de Carlos VI de Francia. La unión consolidó una tregua de dos décadas. Bajo el reinado del siguiente rey Enrique IV de Inglaterra (1399-1413), la corona estaba más preocupada en las rebeliones de Gales, como para hacer mucho en Francia.
La guerra Lancastriana (1415-1453)
Enrique V dio el siguiente paso significativo en estas contiendas por el trono ya que era incluso más ambicioso de lo que había sido Eduardo III. No sólo quería saquear el territorio francés, sino apoderarse de él de forma permanente y formar un imperio. Para el rey el éxito en la guerra fue también, una herramienta útil para legitimar su reinado, pues había heredado la corona de su padre, Enrique IV que había a su vez usurpado la corona al asesinar a Ricardo II. Enrique recibió una gran ayuda con la locura que sufría Carlos VI de Francia y la consiguiente división de la nobleza francesa entre los Armagnacs y los Borgoñones sobre quién podría controlar al rey y a Francia.
EN EL 1420, ENRIQUE V DE INGLATERRA FUE NOMINADO COMO EL REGENTE Y HEREDERO AL TRONO DE CARLOS VI DE FRANCIA.
Enrique invadió Normandía, capturó el importante puerto de Harfleur en el 1415 y siguió con una impresionante victoria en la batalla de Agincourt el 25 de Octubre. Caen fue capturado en el 1417, y en el 1419, Enrique había logrado conquistar toda Normandía, incluida la capital Ruan, todas estas victorias y especialmente Agincourt, donde gran parte de la nobleza francesa había sido masacrada; habían convertido a Enrique V un héroe nacional y en Mayo de l1420 él obligó a los franceses a firmar un tratado de paz, el tratado de Troyes, con términos muy generosos para los ingleses. El rey fue nominado como el regente y heredero de Carlos VI y para cimentar la nueva alianza, Enrique se casó con la hija de Carlos, Catalina de Valois (1401-1437) Ésta fue la cúspide del éxito inglés en la guerra. Una condición del trato era que, el rey Enrique tenía que prometer que continuaría luchando contra el enemigo número uno de Borgoña: el desheredado Carlos VI «el delfín» siendo ésta la razón por la que continuó otro capítulo del conflicto de la guerra de los cien años.
En Marzo del 1421, los ingleses perdieron en la batalla de Baugé donde el hermano mismo de Enrique, Tomás el duque de Clarence fue asesinado. Debido a esto el rey Enrique se dirigió a Francia para reanudar la guerra personalmente y el 11 de Mayo del 1422, capturó Meaux después de un asedio de ocho meses. Enrique nunca tuvo la oportunidad de convertirse en rey de Francia, ya que murió inesperadamente el 31 de Agosto del 1422 en Bois de Vincennes en Francia, probablemente por disentería. El hijo aún infante de Enrique se convirtió en el próximo rey, Enrique VI, pero tampoco sus regentes ni él, cuando alcanzó la madurez, pudieron detener un gran renacimiento francés que incluyó los heroicos esfuerzos de Juana de Arco.
Juana de Arco, una campesina inspirada por visiones celestiales, ayudó a levantar dramáticamente el sitio de Orleans en el 1429, que marcó un renacimiento francés cuando el llamado delfín, ahora rey Carlos VII de Francia, tomó la iniciativa en la guerra. 1429 también vio la victoria francesa en la victoria de Patay (18 de Junio) donde los arqueros ingleses fueron rodeados de manera efectiva por la caballería francesa. Enrique VI había seguido presionando por el reclamo de su familia por el trono francés y finalmente fue coronado como tal en la catedral de Notre-Dame de París (nuestra señora de París) en Diciembre del 1431, pero esto era una farsa sin sustancia real. Para Inglaterra, la guerra se convirtió ahora en una de defensa más que en un ataque. Sir Juan Talbot (1384-1453), el gran caballero conocido como el «Aquiles inglés» ganó victorias gracias a sus tácticas agresivas y ataques sorpresa, defendiendo con éxito tanto París como Ruan controladas por los ingleses. Sin embargo, ahora Francia era demasiado rica en hombres y recursos como para detenerse por mucho tiempo. En 1435, los ingleses perdieron de manera crucial el apoyo de sus aliados los borgoñones cuando su líder Felipe apodado «el bueno» de Borgoña se unió a Carlos VII, por el tratado de Arras, para poner fin a la guerra civil francesa. En el 1435, Dieppe fue capturado, en el 1436 se vio a los franceses recuperar París y en el 1440 Harfleur fue recuperado también.
EL COMERCIO FUE AFECTADO NEGATIVAMENTE Y EL CAMPESINADO TUVO QUE SOPORTAR POR INTERMINABLES RONDAS DE IMPUESTOS PARA PAGAR LA GUERRA, LO QUE RESULTÓ EN VARIAS REBELIONES.
El 22 de Abril del 1445, tanto el matrimonio de Enrique VI con Margarita de Anjou (1482), la sobrina de Carlos VII, y la renuncia de Maine, indicaron la clara aversión del rey inglés a continuar la guerra con Francia. Carlos VII por el contrario, estaba completamente decidido y empezó a retomar partes de Normandía a partir del 1449; ganó la batalla de Formigny en el 1450, bloqueó Burdeos en el 1451, y capturó Gascuña en el 1452. Al final de las guerras en Julio del 1453 y la victoria francesa en la batalla del Castillon, la corona inglesa sólo controlaba Calais. Luego, la corona francesa continuó mediante una estrategia mixta de conquista y alianzas matrimoniales, para unir regiones como Borgoña, Provenza y Bretaña en un estado-nación que era más rico y más poderoso que nunca. Mientras tanto, Inglaterra se hundió en la bancarrota y la guerra civil. Enrique sufrió episodios de locura y su débil reinado finalmente llegó a un final difícil, cuando fue asesinado en la torre de Londres en Mayo del 1471.
Consecuencias de la guerra
La guerra de los cien años tuvo muchas consecuencias, tanto inmediatas como a largo plazo. Primero estaba la muerte de los que estuvieron en las batallas y los civiles asediados o robados por soldados merodeadores entre las batallas. Un gran número de nobles franceses murieron en dicho conflicto, lo que desestabilizó al país ya que los que quedaron pelearon por el poder. En Inglaterra pasó lo contrario, los reyes crearon cada vez más nobles para gravarlos y financiar la guerra. Sin embargo, esto no fue suficiente e Inglaterra finalmente llegó al borde la banca rota debido al enorme costo de colocar ejércitos de campaña en otro país. Aunque los ingleses habían obtenido algunas grandes victorias, el resultado final fue la pérdida de todo el territorio en Francia, excepto por Calais. El comercio se vio afectado negativamente y el campesinado tuvo que soportar interminables rondas de impuestos para pagar la guerra, lo que resultó en varias rebeliones como la rebelión campesina del 1381. Incluso la iglesia medieval, sufrió cuando los reyes desviaron los impuestos destinados al papa en Roma y los guardaron para ellos mismos para pagar sus ejércitos, lo que provocó que las iglesias de Inglaterra y Francia, adquirieran un carácter más «nacional»
La pérdida de la guerra para Inglaterra hizo que muchos de los nobles cuestionaran a su monarca y su derecho a gobernar. Esto y la inevitable búsqueda de chivos expiatorios para la debacle en Francia, finalmente llevaron a las disputas dinásticas conocidas hoy como la guerra de las rosas (1455-1487).
Militarmente la tecnología se desarrolló durante este período, en particular, el uso de armas de pólvora más eficientes y el fortalecimiento y adaptación de castillos y ciudades fortificadas para hacer frente a las amenaza. Además, al final de la guerra, Carlos VII había creado el primer ejército real permanente de Francia.
Algunas de las consecuencias más positivas fueron la centralización del gobierno, aumentos en la eficiencia burocrática y un sistema tributario más regulado. El parlamento inglés que tenía que reunirse para aprobar cada nuevo impuesto real, se convirtió en un organismo con una fuerte identidad propia que luego le ayudó a frenar, los poderes absolutos de los monarcas. También hubo una diplomacia más profesional entre las naciones europeas. También se crearon héroes y se celebraron con canciones, literatura y arte medievales, figuras como Juana de Arco o Enrique V, que todavía hoy se consideran los mejores ejemplos de nacionalidad en sus respectivos países. Finalmente, un conflicto tan largo contra un enemigo claramente identificable, resultó en las poblaciones de ambos lados participantes, forjaran un sentido mucho mayor de pertenencia a una sola nación. Incluso hoy en día, sigue existiendo una rivalidad entre estos dos países vecinos, que ahora afortunadamente, se expresa en mayor medida dentro de los límites de los eventos deportivos internacionales.
La Guerra de los Cien Años fue un conflicto que tuvo lugar entre 1337 y 1453, principalmente entre Inglaterra y Francia. Fue una serie de conflictos intermitentes con períodos de tregua, y se destacaron por batallas importantes como las de Crécy, Poitiers y Agincourt.
Juana de Arco fue una figura destacada durante la Guerra de los Cien Años. Nació alrededor de 1412 en Domrémy, Francia, y apoyó un papel crucial en la fase final de la guerra. A una edad temprana, afirmó haber tenido visiones divinas que le indicaban que debía ayudar al Delfín Carlos (futuro Carlos VII) a reclamar el trono francés.
Juana de Arco , la guerra de los 100 años , el impacto cultural lo que dejo después sigue siendo historia viva de Europa, las rencillas que dejo entre Francia e Inglaterra, en ese tiempo las 2 monarquias mas preponderantes , con una duración larguísima, la heronina Juana con una edad tempranísima de 17 años a pesar de su valentía tuvo el peor de los destinos, muerta en la hoguera, y su muerte sirvió de propaganda política por parte de Francia para ensaltar el sacrificio.
Definitivamente, fue una santa y visionaria al servicio de Dios. Juana de Arco, tenía 17 años. Fuentes de la época la describen como una joven valiente, fuerte y con un gran sentido común. Experimentó visiones celestiales que le pedían que ayudase al rey de Francia en su lucha contra los ingleses durante la Guerra de los Cien Años y así lo hizo. Sin embargo, los mismos intereses políticos que la encumbraron como una heroína, la terminaron condenando a la muerte más cruel: quemada en la hoguera por los ingleses. La historia le dió la razón.
Tuve tiempo de leer la historia y analizar los vídeos me gustaron. A los trece años dijo que había oído la llamada de Dios. Algún tiempo después, confesó haber visto a San Miguel y a las primeras mártires Santa Catalina de Alejandría y Santa Margarita, cuyas voces la acompañarían durante el resto de su vida.
En los primeros meses de 1429, en el transcurso de la Guerra de los Cien Años y cuando los ingleses estaban a punto de capturar Orleans, esas voces la exhortaron a ayudar al Delfín, más tarde el rey de Francia Carlos VII, quien todavía no había sido coronado debido a las luchas internas y a la pretensión inglesa al trono de Francia.
Juana de Arco le explicó que ella tenía la misión divina de salvar a Francia. Un grupo de teólogos aprobaron sus peticiones y se le concedieron tropas bajo su mando con las que condujo al ejército francés a una victoria decisiva sobre los ingleses en Patay al tiempo que liberaba Orleans.
El rey se opuso a realizar campaña militar contra Inglaterra y Juana de Arco, sin el apoyo real, dirigió en el año 1430 una operación contra los ingleses en Compiègne, cerca de París. Los soldados borgoñones la capturaron y fue vendida a los ingleses por Jean de Luxembourg, Conde de Ligny, por la suma de diez mil libras. Su martoirologio y su fe fue inquebrantable, un ejemplo en la guerra.
Lo que comento es una investigación producto de las ambiciones por el trono inglés que derivo en guerras entre ellos mismos.
A la muerte de Eduardo III el trono recayó en su nieto Ricardo II (1377-1399), tutelado por sus tíos los duques de Gloucester, Lancaster y York. El reinado comenzó en un clima de grave crisis causado por las derrotas militares en el continente, el acoso castellano en el Canal y los fracasos del regente, tensión que estalló en la revuelta de 1381. Alcanzada la mayoría de edad, Ricardo II trató de gobernar de forma autoritaria, pero chocó desde 1388 con la nobleza (Gloucester, los condes de Warwick y Arundel) y las fuerzas populares agrupadas en el llamado parlamento sin piedad. El monarca se centró en las empresas exteriores para restaurar su prestigio. Primero afrontó la insumisión de la nobleza anglo-irlandesa (Fitzgerald, Talbot, Butler) que fue sometida en 1394-1395. Después aceptó una tregua de 25 años con Francia, sancionada mediante su matrimonio con Isabel de Valois, hija de Carlos VI. La impopular francofilia de Ricardo II (uso del título de padre de Francia, devolución de Bretaña desde 1391 y de Normandía desde 1393) culminó en la entrevista de Ardres con Carlos VI (1396), ingenuo intento de iniciar una etapa de colaboración estable entre ambos reinos.
Fueron enfrentamientos muy sabgrientos que finalmente terminaron en treguas y arreglos diplomáticos.
Se da el nombre de Guerra de los Cien Años al largo conflicto que sostuvieron los reyes de Francia e Inglaterra entre 1337 y 1453. En realidad fue una extensa serie de choques militares y diplomáticos, caracterizada por breves campañas bélicas y largas treguas. No fue, por tanto, un estado de guerra permanente, aunque las prolongadas y frecuentes treguas se veían continuamente salpicadas de escaramuzas al estilo de la guerra de guerrillas, y las maniobras diplomáticas más tradicionales estaban al orden del día. Se inició en medio de condiciones feudales y por causa de un litigio típicamente feudal; y terminó en guerra entre dos países que se estaban convirtiendo rápidamente en naciones bajo la administración centralizada de sus respectivas monarquías.
El nombre que usamos hoy se acuño sólo hasta siglo XIX. La guerra de los cien años se divide tradicionalmente en tres fases para los propósitos de estudio y para reflejar los importantes períodos de paz entre los dos países:
Inicialmente, el conflicto no era tanto una guerra nacional entre Inglaterra y Francia, sino que era como un conflicto dinástico entre las monarquías británica y francesa por un territorio determinado.
Según Britannica, en ese momento, Francia era el reino más rico, más grande y más poblado de Europa occidental, e Inglaterra era el mejor organizado y el más integrado. Los dos estados ya tenían relaciones tensas causadas por disputas territoriales y rivalidades económicas.
Defensa de la vida
Moloch el dios implacable del sacrificio de niños sigue cobrando vidas
En el Coliseo Romano se exhibió una estatua pagana donde se...
La Guerra de los Cien Años fue un conflicto que tuvo lugar entre 1337 y 1453, principalmente entre Inglaterra y Francia. Fue una serie de conflictos intermitentes con períodos de tregua, y se destacaron por batallas importantes como las de Crécy, Poitiers y Agincourt.
Juana de Arco fue una figura destacada durante la Guerra de los Cien Años. Nació alrededor de 1412 en Domrémy, Francia, y apoyó un papel crucial en la fase final de la guerra. A una edad temprana, afirmó haber tenido visiones divinas que le indicaban que debía ayudar al Delfín Carlos (futuro Carlos VII) a reclamar el trono francés.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales
Juana de Arco , la guerra de los 100 años , el impacto cultural lo que dejo después sigue siendo historia viva de Europa, las rencillas que dejo entre Francia e Inglaterra, en ese tiempo las 2 monarquias mas preponderantes , con una duración larguísima, la heronina Juana con una edad tempranísima de 17 años a pesar de su valentía tuvo el peor de los destinos, muerta en la hoguera, y su muerte sirvió de propaganda política por parte de Francia para ensaltar el sacrificio.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales
Definitivamente, fue una santa y visionaria al servicio de Dios. Juana de Arco, tenía 17 años. Fuentes de la época la describen como una joven valiente, fuerte y con un gran sentido común. Experimentó visiones celestiales que le pedían que ayudase al rey de Francia en su lucha contra los ingleses durante la Guerra de los Cien Años y así lo hizo. Sin embargo, los mismos intereses políticos que la encumbraron como una heroína, la terminaron condenando a la muerte más cruel: quemada en la hoguera por los ingleses. La historia le dió la razón.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Tuve tiempo de leer la historia y analizar los vídeos me gustaron. A los trece años dijo que había oído la llamada de Dios. Algún tiempo después, confesó haber visto a San Miguel y a las primeras mártires Santa Catalina de Alejandría y Santa Margarita, cuyas voces la acompañarían durante el resto de su vida.
En los primeros meses de 1429, en el transcurso de la Guerra de los Cien Años y cuando los ingleses estaban a punto de capturar Orleans, esas voces la exhortaron a ayudar al Delfín, más tarde el rey de Francia Carlos VII, quien todavía no había sido coronado debido a las luchas internas y a la pretensión inglesa al trono de Francia.
Juana de Arco le explicó que ella tenía la misión divina de salvar a Francia. Un grupo de teólogos aprobaron sus peticiones y se le concedieron tropas bajo su mando con las que condujo al ejército francés a una victoria decisiva sobre los ingleses en Patay al tiempo que liberaba Orleans.
El rey se opuso a realizar campaña militar contra Inglaterra y Juana de Arco, sin el apoyo real, dirigió en el año 1430 una operación contra los ingleses en Compiègne, cerca de París. Los soldados borgoñones la capturaron y fue vendida a los ingleses por Jean de Luxembourg, Conde de Ligny, por la suma de diez mil libras. Su martoirologio y su fe fue inquebrantable, un ejemplo en la guerra.
Gracias por el comentarios, éxitos profesionañles
Lo que comento es una investigación producto de las ambiciones por el trono inglés que derivo en guerras entre ellos mismos.
A la muerte de Eduardo III el trono recayó en su nieto Ricardo II (1377-1399), tutelado por sus tíos los duques de Gloucester, Lancaster y York. El reinado comenzó en un clima de grave crisis causado por las derrotas militares en el continente, el acoso castellano en el Canal y los fracasos del regente, tensión que estalló en la revuelta de 1381. Alcanzada la mayoría de edad, Ricardo II trató de gobernar de forma autoritaria, pero chocó desde 1388 con la nobleza (Gloucester, los condes de Warwick y Arundel) y las fuerzas populares agrupadas en el llamado parlamento sin piedad. El monarca se centró en las empresas exteriores para restaurar su prestigio. Primero afrontó la insumisión de la nobleza anglo-irlandesa (Fitzgerald, Talbot, Butler) que fue sometida en 1394-1395. Después aceptó una tregua de 25 años con Francia, sancionada mediante su matrimonio con Isabel de Valois, hija de Carlos VI. La impopular francofilia de Ricardo II (uso del título de padre de Francia, devolución de Bretaña desde 1391 y de Normandía desde 1393) culminó en la entrevista de Ardres con Carlos VI (1396), ingenuo intento de iniciar una etapa de colaboración estable entre ambos reinos.
Fueron enfrentamientos muy sabgrientos que finalmente terminaron en treguas y arreglos diplomáticos.
Gracias por el comentarios, éxitos profesionañles
Se da el nombre de Guerra de los Cien Años al largo conflicto que sostuvieron los reyes de Francia e Inglaterra entre 1337 y 1453. En realidad fue una extensa serie de choques militares y diplomáticos, caracterizada por breves campañas bélicas y largas treguas. No fue, por tanto, un estado de guerra permanente, aunque las prolongadas y frecuentes treguas se veían continuamente salpicadas de escaramuzas al estilo de la guerra de guerrillas, y las maniobras diplomáticas más tradicionales estaban al orden del día. Se inició en medio de condiciones feudales y por causa de un litigio típicamente feudal; y terminó en guerra entre dos países que se estaban convirtiendo rápidamente en naciones bajo la administración centralizada de sus respectivas monarquías.
Gracias por el comentarios, éxitos profesionañles
El nombre que usamos hoy se acuño sólo hasta siglo XIX. La guerra de los cien años se divide tradicionalmente en tres fases para los propósitos de estudio y para reflejar los importantes períodos de paz entre los dos países:
Gracias por el comentarios, éxitos profesionañles
Inicialmente, el conflicto no era tanto una guerra nacional entre Inglaterra y Francia, sino que era como un conflicto dinástico entre las monarquías británica y francesa por un territorio determinado.
Según Britannica, en ese momento, Francia era el reino más rico, más grande y más poblado de Europa occidental, e Inglaterra era el mejor organizado y el más integrado. Los dos estados ya tenían relaciones tensas causadas por disputas territoriales y rivalidades económicas.
Gracias por el comentarios, éxitos profesionañles