LA NECESIDAD DEL CINISMO Y EL PENSAMIENTO DE DIÓGENES EN LA ACTUALIDAD
El cínico de la antigüedad era desvergonzado en decir la verdad, la práctica de la justicia, la honradez y la virtud; en cambio dista mucho del cínico actual, que defiende mentiras o acciones inmorales con absoluto desparpajo.
Dr. César Matos Huamán. Catedrático de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Asesor y revisor de Tesis de la EUPG UNFV
En la historia de la filosofía, iniciado por el período cosmológico, cuyos representantes fueron Tales (640-546 a. C), Anaxímenes (588-524 a.C.), Anaximandro (610-547 a. C ), entre otros, se interesaron por el principio común del cosmos; luego el período antropológico, con los sofistas y la gran figura de Sócrates(470-399 a.C.), preocupados por la problemática del hombre; después el período ontológico, de los grandes sistemas de filosofía, con Platón (427-347) y Aristóteles (384-322)que alcanzaron la plenitud de la razón teórica, articulando el primero, el idealismo especulativo y el segundo, la investigación y el saber científico; posteriormente, el período ético, con las escuelas helenísticas, interesadas en alcanzar una vida feliz conforme a la naturaleza humana y finalmente, el período religioso, que abarcó las escuelas neoplatónicas. En este sentido, nos centramos entre el final del período ontológico y el inicio del período religioso, que históricamente fue llamado helenismo, término acuñado por Johann Droysen, que se extendió desde la muerte de Alejandro Magno (323 a.C) hasta la batalla de Actium (31 a. C) con la derrota de Marco Antonio y Cleopatra, a cargo de Octavio; es en esta etapa donde florecen las escuelas filosóficas como la cínica, epicúrea, estoica y escéptica. Este preámbulo valida nuestro interés por ubicar al cinismo en la evolución de la filosofía antigua y el devenir histórico de la humanidad.
El significado de la palabra cínico proviene del vocablo perro, que procede debido a Antístenes, su fundador, discípulo de Sócrates, que daba sus enseñanzas en el Cinosargo (plaza del perro ágil), un gimnasio ubicado en las proximidades de Atenas; tradicionalmente, la línea de transmisión del pensamiento cínico transitó de Antístenes (446-366 a. C) a Diógenes de Sinope (410-323 a.C), al margen de otras investigaciones que lo cuestionan. Por otro lado, de las fuentes que se dispone, apenas se conservan algunos fragmentos de anécdotas y dichos, sujetos de deformación en lo documental-histórico, el ideológico y el literario (Goulet, 1998).
Se afirma que los cínicos al igual que los perros expresaban a través de sus acciones, sinceridad y nobleza. Cardona (2015) sostiene que “Aspiraban a satisfacer sus necesidades naturales, tanto físicas como espirituales, de la manera más honesta, sin pudor y con desparpajo” (p. 112). En este sentido, el cínico de la antigüedad era desvergonzado en decir la verdad, la práctica de la justicia, la honradez y la virtud; en cambio dista mucho del cínico actual, que defiende mentiras o acciones inmorales con absoluto desparpajo. Caracterizó también a los representantes del cinismo el hecho de no participar en política como dignos discípulos de Sócrates, preferían acciones y no discursos, asumiendo la verdad, en acorde a su etimología, como levantar el velo de la realidad para evidenciar una civilización corrupta y degenerada, donde las riquezas, lo material y el prestigio, son ilusiones, frente a la práctica de una vida sencilla, que no excluye la racionalidad; es decir, sabiduría práctica y bienestar interior al margen de la civilización que desnaturalizó al hombre.
En rigor, los principales preceptos del cinismo fueron:
Parresía (παρρησία) que significa “decirlo todo”, es decir, libertad de expresión, franqueza, sinceridad; decir la verdad en concordancia entre lo que se piensa y hace. Al respecto, según Laercio (2007) al ser consultado Diógenes, “¿Qué es lo más hermoso entre los hombres?, contestó: la libertad de palabra” (p. 310), de este modo, filosofía no es mero discurso, sino vivir de verdad (Foucault, 2010).
Askesis (ἄσκησις) término que proviene del atletismo griego, cuyo significado es entrenamiento y ejercicio para enfrentarse ante cualquier circunstancia, como los convencionalismos, la vida externa y artificial, que solo es posible superar al ser dueño de sí mismo.
Anaideia (ἀναίδεια) que significa impudor, desvergüenza, pero en el contexto de vivir conforme a la naturaleza; sin reprimir nuestros instintos, transgrediendo los estándares morales.
Autarquía (αὐτάρκεια) sinónimo de autosuficiencia, en el sentido de que se necesita poco para vivir con sencillez y no ser esclavo de deseos y pasiones, libre de aspiraciones nocivas y frustrantes.
En tal sentido, en la actual sociedad consumista las compañías por medio del marketing y la publicidad crean necesidades de manera artificial y un desmedido apetito por las cosas, que nos aleja de lo más importante, el autoconocimiento; por consiguiente, si navegamos a la deriva, es necesario una dosis del cinismo clásico que nos permita retornar a nosotros mismos, de una vigilia fisiológica a una vigilia auténtica.
Para finalizar presentamos algunas anécdotas que expresan las principales características del cinismo a través de la vida y obra de Diógenes de Sinope.
- Diógenes vivía en una tinaja y cierto día en que los habitantes de Corinto andaban afanados ante el inminente ataque de las tropas macedónicas; el filósofo hizo rodar su tinaja por las calles de la ciudad.
Alguien le preguntó por qué hacía eso, a lo que respondió:
-Andando todos ajetreados, no querría ser yo el único que no hiciera nada.
- Cuando Alejandro Magno preguntó a Diógenes si experimentaba temor ante él.
Diógenes, contestó, ¿tú eres un bien o un mal?
-Un bien naturalmente, respondió Alejandro.
– A lo que el filósofo replicó: “Y entonces, ¿por qué debo temerte?”
- Cierta vez, Platón definió al hombre como un bípedo implume; por consiguiente, Diógenes para ironizar tal definición, adquirió un gallo, lo desplumó y arrojó un día en el auditorio de Platón; exclamando:
- ¡He ahí el hombre de Platón…!
- Un día, Diógenes pronunciaba un discurso serio y se percató que nadie se le acercaba; entonces se puso a tararear, lo que llamó la atención y motivó la congregación de la gente a su alrededor.
A lo que Diógenes, sentenció:
– Acuden a los charlatanes de feria, pero van lentos a los asuntos serios.
- Se cuenta que, en una ocasión, Diógenes ingresó a un banquete de jóvenes y recibió una fuerte paliza; para reparar aquella afrenta, escribió los nombres de los responsables en una tablilla blanca y se paseaba con ella colgada del cuello por la plaza pública, hasta que les hizo pagar la afrenta exponiéndolos a la censura y el desprecio público:
- Uno de los responsables le pidió perdón.
- ¿Cuál de estos eres tú? le respondió Diógenes señalando la tablilla. Ven cobarde, borra tú mismo tu nombre.
- Cierto día, Diógenes acudió a unos baños públicos y observó que no estaban aseados.
A lo que interrogó:
“¿Dónde se lavan luego los que se han bañado aquí?
- Había un músico con fama de mal intérprete, al que siempre abandonaban sus oyentes.
Un día, Diógenes le saludó de la siguiente manera:
– “¡Hola gallo!”
A lo que el artista, preguntó, ¿por qué me llamas así?
– El filósofo contestó: “Porque con tu canto los levantas a todos”
- Cierta vez, pedía limosna a una estatua,
Al preguntarle porque lo hacía, Diógenes contestó:
“Me acostumbro a ser rechazado”
- Cierto día, mendigaba a un avaro, y como este demoraba, le dijo:
-Amigo, te pido para mi comida, no para mi entierro”
- Preguntaron a Diógenes a qué hora se debía comer, y respondió:
- Si eres rico, cuando quieras; si eres pobre cuando puedas.
- Un día vio sobre la casa de una persona aficionada a las juergas, un cartel que decía “Se vende”
A lo que expresó:
– “¡Ya sabía que, con tantas borracheras, acabarías por vomitar a tu dueño!”
- Un ateniense conocido por sus maldades grabó en la pared de su casa una inscripción que decía: “Que no entre nada malo”.
Diógenes comentó:
- ¿Y dónde dormirá ahora el dueño de la casa?
- A uno que decía que la vida es un mal, le dijo:
– “No la vida, sino la mala vida”
- Le preguntaron qué mordedura de animal hacía más daño, y Diógenes respondió:
-De los salvajes, la del calumniador; de los domésticos, la del adulador.
- Un día, presenciaba Diógenes las prácticas de tiro al blanco y le tocaba a uno que tenía fama de hacerlo muy mal.
– Diógenes fue a sentarse junto al blanco y dijo lo siguiente:
– Aquí estaré seguro; para evitar el riesgo de ser herido, si me ubico en otro sitio.
- Al oír cierta vez que el flautista Dídimo (traducido: testículo) había sido atrapado en adulterio flagrante, dijo:“Merece que le cuelguen por su nombre”
- Al ser invitado por un hombre rico a su lujosa mansión, le prohibió escupir; entones Diógenes se aclaró la garganta y escupió en la cara de su anfitrión, alegando que no había encontrado otro lugar más sucio para hacerlo.
- Gracias por el comentario, éxitos profesionales
- A los oradores y a todos los que buscaban la fama con sus discursos los llamaba “sobrehumanos”, queriendo decir “superdesgraciados”
- Un día, preguntaron a Diógenes, ¿por qué la mayoría dan limosnas a los pobres, y no a los filósofos necesitados de ella?, respondió:
“Porque piensan que pueden llegar a ser cojos o ciegos, pero nunca a filosofar”
- Preguntado Diógenes cuándo deben casarse los hombres, respondió:
- Los jóvenes, todavía no; los viejos, nunca.
- Cierto día le preguntaron si la muerte era un mal, Diógenes, respondió:
– Cómo va a ser un mal si cuando uno se muere ni siente ni padece.
- A quienes le decían: “Eres ya viejo, descansa ya”.
Les contestó:
“Si corriera la carrera de fondo, ¿debería descansar al acercarme al final, o más bien apretar más?
- Al ver al hijo de una prostituta tirar piedras a la gente, le dijo:
– “Muchacho ten cuidado, no tires piedras a los desconocidos, no le vayas a dar a tu padre”
Diógenes representado en la Escuela de Atenas de Rafael Sanzio
- Alguien le preguntó ¿qué necesitamos para nuestra conducta en la vida?
Diógenes contestó:
-La razón o el lazo de la horca.
Referencias
Cardona, J.A. (2015). Estoicos, epicúreos, cínicos y escépticos. Bonalletra Alcompas.
Ferrater, J. (2004). Diccionario de filosofía. Ariel.
Foucault, M. (2010). El coraje de la verdad. El gobierno de sí y de los otros. Fondo de Cultura Económica.
González, P. (2007). Filosofía para bufones. Ariel.
Goulet, R. (1998). Historia y misterio. Las vidas de los filósofos de la antigüedad tardía. Ehlers.
Laercio, D. (2007). Vidas y opiniones de los filósofos ilustres. Alianza.
El artículo destaca la importancia del cinismo antiguo, personificado por Diógenes de Sínope, en contraste con la actitud cínica contemporánea. Muestra cómo los principios cínicos como la sinceridad, la autenticidad y la búsqueda de la verdad pueden ofrecer un antídoto contra el consumismo y la hipocresía en la sociedad actual. Las anécdotas de Diógenes ilustran su estilo de vida excéntrico y su desprecio por la superficialidad. En resumen, el artículo nos invita a reflexionar sobre la relevancia de la filosofía cínica en nuestra búsqueda de una vida más significativa y auténtica en un mundo impulsado por el materialismo y la apariencia.
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El artículo destaca la figura de Diógenes y el cinismo en la filosofía antigua. Diógenes encarnaba un espíritu de sinceridad, franqueza y vivir en consonancia con la naturaleza. Su enfoque en la autenticidad y la simplicidad contrasta con la actualidad, donde el término «cínico» ha tomado una connotación negativa, relacionada con la defensa de mentiras e inmoralidades. Diógenes nos recuerda la importancia de cuestionar los convencionalismos y vivir una vida verdadera.
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Interesante artículo que nos habla sobre el pensamiento y el enfoque cínico de Diógenes pueden proporcionar una perspectiva valiosa, desafiando las normas tradicionales, cuestionando el materialismo y promoviendo la autenticidad y el pensamiento crítico. Sin embargo, es importante adaptar estos principios de manera reflexiva y equilibrada para que puedan ser beneficiados sin alienación o extremismo. Sin embargo, vale la pena señalar que el cinismo también puede enfrentar desafíos. Una actitud excesivamente cínica puede conducir a una constante desconfianza y desconexión de la sociedad. En lugar de ser extremadamente cínicos, debemos incorporar algunos elementos del pensamiento de Diógenes en nuestras vidas, como la autenticidad y el sano escepticismo, para promover un equilibrio entre la crítica constructiva y la participación activa en la sociedad que beneficie a la mayoría.
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La escuela filosófica cínica, cuyo fundador fue Diógenes, promovía la honestidad, justicia y honradez. Sus seguidores no participaban en política, pues pensaban que las acciones eran más importantes que las palabras. Además, consideraban que la sociedad era corrupta, pues les daba prioridad a lo material en lugar de la sabiduría y el bienestar interior. Sus principales preceptos fueron “decirlo todo” esto se refería a la libertad de expresión y “la autosuficiencia”, es decir, vivir de manera sencilla. Sin embargo, en la actualidad nuestra sociedad influida por el consumismo nos motiva a buscar solo cosas materiales, dejando de lado nuestro autoconocimiento. Por ello es importante practicar esta filosofía, cuestionando y analizando la información que recibimos, las acciones de los demás y las normas sociales, pero sobre todo siendo auténticos y sinceros en nuestras acciones y palabras.
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El articulo nos invita a tomar tanto una postura reflexiva y critica acerca del pensamiento cínico de Diógenes, ya que esta postura destaca principios como: la sinceridad, la búsqueda de la verdad, vida sencilla y la autenticidad, es decir buscar la autosuficiencia y el autoconocimiento; asimismo Diógenes poseía un comportamiento extravagante y llamaba la atención por su capacidad para expresar verdades de forma provocadora; por otro lado este personaje, enfrentaba la hipocresía y resaltaba la importancia de la sinceridad y un camino hacia la autenticidad de una vida autentica y significativa.
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En la antigüedad, el cinismo estaba relacionado con la franqueza en decir la verdad y la búsqueda de la virtud y la justicia, incluso si esto significaba desafiar las normas sociales establecidas. Diógenes, un filósofo cínico, personificó estos valores al cuestionar convenciones y vivir con simplicidad, en contraposición, el cinismo moderno parece haber tomado un giro negativo, donde se asocia con la defensa de mentiras y acciones inmorales sin reservas. Esta transformación plantea cuestionamientos sobre cómo la noción original de cinismo, que apuntaba a una forma directa de sinceridad y búsqueda de valores, ha sido distorsionada en la era contemporánea. En este sentido, podemos ver la necesidad de reflexionar sobre la autenticidad y la integridad en el pensamiento y las acciones actuales, sugiriendo que retomar ciertos principios del cinismo original, como el valor de la verdad y la justicia, podría aportar claridad y honestidad a un mundo que a menudo está lleno de ambigüedad moral y manipulación.
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Interesante artículo. El pensamiento de Diógenes nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el consumismo, la autenticidad personal y la búsqueda de un significado más profundo en la vida. Sus enseñanzas pueden servir como un recordatorio de la importancia de vivir una vida auténtica y cuestionar las normas establecidas, al tiempo que nos invitan a encontrar un equilibrio entre la crítica constructiva y la búsqueda de soluciones para un mundo más justo y equitativo. La necesidad del cinismo y el pensamiento de Diógenes radica en su capacidad para desafiar nuestras creencias y valores, alentándonos a ser más conscientes y reflexivos en nuestra forma de vivir y relacionarnos con la sociedad que nos rodea.
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Diógenes el mejor de los mejores. El padre del sarcasmo y de la ironía. Un hombre muy culto pero mordaz con todos. Un ejemplo de ética y desprendimiento al renunciar a todas las convenciones sociales, se pesprendiçon de todo lo material.
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El presente articulo nos muestra las diferencias de los cínicos actuales con los cínicos de la antigüedad. El cinismo en la antigüedad, poseían acciones similares a los perros donde se dedicaban a satisfacer sus necesidades naturales, físicas y espirituales de manera mas honesta y sincera. Hablaban con la verdad y defendían la justica; esto nos trae a replantearnos nuestros valores sociales, colocar en una balanza lo positivo y lo negativo y optar por aquello que brinda armonía con nosotros mismos.
El pensamiento cínico sigue siendo relevante en la sociedad actual debido a su capacidad de cuestionar y desafiar las convenciones sociales, la hipocresía y la falsedad que a menudo prevalecen en nuestra cultura. El cinismo nos invita a ser sinceros con nosotros mismos y con los demás, a vivir de acuerdo con nuestros principios y a liberarnos de las expectativas y deseos innecesarios impuestos por la sociedad. En un mundo donde la búsqueda desenfrenada de posesiones materiales nos distrae de lo esencial, el pensamiento cínico nos recuerda la importancia de la autenticidad, la autosuficiencia y la búsqueda de una vida sencilla y significativa.
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El cinismo es una actitud y enfoque que puede tener implicaciones tanto positivas como negativas, dependiendo de cómo se aplique en diferentes contextos. En el lado positivo, puede desafiar las ideas preconcebidas y cuestionar la autoridad o el status quo. Puede impulsar a las personas a ser más críticas y reflexivas, evitando la ingenuidad y promoviendo una evaluación más realista de las situaciones. También puede tener aspectos negativos. Un exceso de cinismo puede llevar a la desconfianza generalizada, la falta de compromiso y la visión pesimista de la vida.
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El pensamiento cínico de Diógenes nos invita a cuestionar estas convenciones y a vivir de manera más auténtica y consciente. Nos reta a ser dueños de nosotros mismos, a ser sinceros con nuestras palabras y acciones, y a buscar la autosuficiencia y la simplicidad en nuestras vidas.
La práctica del cinismo puede ayudarnos a resistir la presión de la sociedad consumista y a enfocarnos en lo esencial. Nos insta a cuestionar nuestras necesidades y deseos, y a buscar la verdadera felicidad en la sabiduría práctica y el bienestar interior, en lugar de en la acumulación de bienes materiales.
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Enseñanzas filosóficas que nos forjan en el aspecto ético y moral.
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La necesidad del cinismo y el pensamiento de Diógenes en la actualidad puede ser vista como una invitación a reflexionar críticamente sobre las normas sociales y los valores predominantes, a ser más auténticos y a buscar una vida más sencilla y en congruencia con nuestros propios principios. Sin embargo, es importante considerar su aplicación dentro de un contexto equilibrado y teniendo en cuenta los desafíos y necesidades de la sociedad contemporánea.
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Un artículo de la cual se destaca que durante el periodo dado se llevó a cabo varios momentos que dio frutos a escuelas filosoficas y se puede presenciar en la actualidad actos parecidos.
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Los cínicos buscaban expresar sinceridad y nobleza a través de sus acciones, al igual que los perros. Aspiraban a satisfacer sus necesidades naturales, tanto físicas como espirituales, de manera honesta y sin pudor.
En el contexto de la sociedad consumista actual, se sugiere que el cinismo clásico puede ayudar a volver a uno mismo, alejándose de las necesidades artificiales creadas por la publicidad y el marketing, y centrarse en el autoconocimiento.
Es importante tener en cuenta que el cinismo antiguo no debe confundirse con el uso común del término «cínico» en la actualidad, donde a menudo se asocia con actitudes negativas o desvergonzadas.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales
El verdadero fundador del cnismo fue la línea de transmisión del pensamiento cínico transitó de Antístenes (446-366 a. C) a Diógenes de Sinope (410-323 a.C), al margen de otras investigaciones que lo cuestionan. Por otro lado, de las fuentes que se dispone, apenas se conservan algunos fragmentos de anécdotas y dichos, sujetos de deformación en lo documental-histórico, el ideológico y el literario (Goulet, 1998).
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Interesante artículo, el cual destaco el final del Período Ontológico y el comienzo del Período Religioso, históricamente conocido como helenismo, término acuñado por John Droysen, que duró desde la muerte de Alejandro Magno hasta la batalla de Actium, que conllevo a la derrota de Cleopatra y Marco Antonio; fue en esta etapa que florecieron las escuelas de filosofía cínica, epicúrea, estoica y el escepticismo. Este prefacio confirma nuestro interés por situar el cinismo en el desarrollo de la filosofía antigua y en el desarrollo histórico de la humanidad.
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Anaideia que significa impudor, desvergüenza, pero en el contexto de vivir conforme a la naturaleza; sin reprimir nuestros instintos, transgrediendo los estándares morales.
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El significado de la palabra cínico proviene del vocablo perro, que procede debido a Antístenes, su fundador, discípulo de Sócrates, que daba sus enseñanzas en el Cinosargo (plaza del perro ágil), un gimnasio ubicado en las proximidades de Atenas. Felicito al dr. César Matos por permitir enriquecernos filosóficamente.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales
gusto este artículo de formación filosófica. ´Los representantes del cinismo no participaban en política como dignos discípulos de Sócrates, preferían acciones y no discursos, asumiendo la verdad… Lo cínico de la actualidad son crueles, mitomanos y degenerados.
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Excelente artículo, algo que me impresiono, el final del período ontológico y el inicio del período religioso, que históricamente fue llamado helenismo, término acuñado por Johann Droysen, que se extendió desde la muerte de Alejandro Magno (323 a.C) hasta la batalla de Actium (31 a. C) con la derrota de Marco Antonio y Cleopatra, a cargo de Octavio; es en esta etapa donde florecen las escuelas filosóficas como la cínica, epicúrea, estoica y escéptica. Este preámbulo valida nuestro interés por ubicar al cinismo en la evolución de la filosofía antigua y el devenir histórico de la humanidad.
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