No solamente los activistas han sido los que han atacado al país sede, Qatar 2022 también ha sido blanco de fuertes críticas de figuras populares, como cantantes y exfutbolistas.
DOHA, QATAR —
Qatar, un país árabe pequeño que apenas supera los tres millones de habitantes, se alista con el pasar de las horas para ser anfitrión de la competencia deportiva más grande a nivel mundial. Se estima que el país ha gastado alrededor de 200 mil millones dólares en la última década desde que fue elegido en 2010 como la sede mundialista. Sin embargo, ni el dinero ni el deporte han podido alejar las críticas que van más allá de lo futbolístico.
El Mundial inicia este domingo, 20 de noviembre, con el encuentro entre el anfitrión Qatar ante Ecuador, y se prolongará hasta la final, programada para el 18 de diciembre. Qatar ha sido criticado por su postura sobre las relaciones entre personas del mismo sexo, su historial de derechos humanos y su trato a los trabajadores inmigrantes. La homosexualidad es ilegal en Qatar, y las personas LGBTQ+ han sido detenidas o maltratadas por las autoridades en días recientes, según Human Rights Watch, que publicó un reporte extenso de 42 páginas sobre la violación de los derechos humanos en ese país.
Pero no solamente los activistas han sido los que han atacado al país sede, Qatar 2022 también ha sido blanco de fuertes críticas de figuras populares, como cantantes y exfutbolistas. Incluso, el mismo expresidente de la FIFA que fue parte de la selección de la sede ha lamentado el resultado de una elección que tenía a Estados Unidos como la favorita, pero que terminó en manos árabes en 2010.
Dua Lipa, la cantante inglesa que ha sido parte de ceremonias de la Champions League, anunció recientemente que no planea ser parte de la inauguración del Mundial y dijo que esperaba “visitar Qatar cuando haya cumplido todas las promesas de derechos humanos que hizo” cuando se convirtió en país anfitrión. La cantante de 27 años, nacida en Londres de padres originarios de Kosovo, dijo que sólo cantaría en el país árabe si éste mejoraba su historial de derechos humanos.
Pero no solamente artistas como Dua Lipa han sido afectados por la controversia que gira alrededor de Qatar, los embajadores de la Copa del Mundo, como David Beckham, han sentido el calor de la presión. La participación de Beckham fue debatida recientemente en la televisión inglesa y el periodista político Andrew Pierce fue fuerte con el exfutbolista.
“Como saben, no veo el futbol, pero no iría a ese país siendo gay porque estaría muy preocupado. En cuanto a David Beckham, debería agachar la cabeza de vergüenza. Es un icono gay, enormemente popular en todo el mundo, y está haciendo esto por una razón: millones en el banco”, declaró Pierce.
A esas críticas, se le añadió el comediante británico Joe Lycett, quien le hizo un reto a Beckham al señalar que meterá 10,000 libras de su propio dinero en una trituradora en el plazo de una semana si el exjugador del Manchester United y LA Galaxy no pone fin a su multimillonario acuerdo con Qatar para promocionar el Mundial de 2022. El comediante dijo que donaría el dinero a una organización caritativa si Beckham aceptaba cortar los lazos con el anfitrión de la Copa del Mundo, pero si no, el “estatus del futbolista como icono gay será destrozado”. Beckham, que históricamente ha apoyado a los aficionados y a los jugadores homosexuales, ganará más de 178 millones de dólares como embajador del Mundial en Qatar.
Los músicos confirmados para el FIFA Fan Festival del próximo mes son Sean Paul y Clean Bandit, mientras que JBalvin y los Black Eyed Peas se presentarán en eventos en torno a la competencia. La estrella del K-pop Jungkook también está confirmada para tocar en la ceremonia de apertura en el estadio Al Bayt de Doha, junto con el exmiembro de Take That, Robbie Williams.
El Mundial de Qatar, desde su nacimiento, ha sido blanco de críticas también por otros motivos, tal como el que se disputará en una temporada de bajo temperaturas que sobrepasan los 104 grados Fahrenheit. También, Qatar 2022 se celebrará en noviembre y diciembre, fechas en las que chocan con las competencias de las ligas europeas.
“Es un país demasiado pequeño. El futbol y la Copa del Mundo son demasiado grandes para él”
— Joseph Blatter, expresidente de la FIFA que fue parte de la elección de Qatar como sede mundialista
“Es un país demasiado pequeño. El futbol y la Copa del Mundo son demasiado grandes para él”, dijo Blatter sobre Qatar, el primer país de Oriente Medio que organiza el torneo. Blatter, que dirigió la FIFA durante 17 años, también se ha visto envuelto en acusaciones de corrupción durante su mandato.
A esos comentarios de Blatter, fueron alimentados por Phillip Lahm, que dirige el comité organizador de Alemania para la Eurocopa de 2024. El exfutbolista escribió en una columna para Zeit Online que el Mundial “no pertenece” a Qatar. Lahm reconoció algunos avances “pero los homosexuales siguen siendo criminalizados, las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres y hay restricciones a la libertad de prensa y de expresión”.
El lunes, el director ejecutivo de Qatar 2022, Nasser Al-Khater le dijo a Al Jazeera Arabic en una entrevista televisada que “los países europeos sienten que tienen el monopolio de la Copa del Mundo. Europa ha albergado 11 torneos de 22, por supuesto que rechaza que un país como Qatar o un país árabe musulmán organice un torneo como la Copa del Mundo”.
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Editorial de El País
El Mundial de Qatar y la hipocresía
Las declaraciones del presidente de la FIFA contra las críticas de Occidente a Qatar explicitan las contradicciones del Mundial
La convocatoria sorpresiva de una rueda de prensa el sábado, a 24 horas del inicio del Mundial que empezó ayer domingo, por parte del presidente de la FIFA estaba fuera de programa pero fue definitivamente desconcertante. Solo cabe entender el discurso de Gianni Infantino como la respuesta de la FIFA (cuya opacidad llevó a suspender por presunta corrupción a sus dos últimos presidentes) a la presión de las autoridades de Qatar ante el aluvión de críticas que el país ha recibido como organizador del evento. El hilo conductor de Infantino fue un ataque a la hipocresía de los países europeos que acuden al Mundial y son a la vez críticos con un país con graves carencias en derechos humanos y condiciones de trabajo. Tiene razón Infantino en que los Mundiales han convivido varias veces con regímenes que han sido incumplidores flagrantes de los derechos humanos, y entre ellos dictaduras militares como la argentina en 1978. Y tiene razón en otra cosa más: los países occidentales han (hemos) participado en el tinglado del Mundial a la vez que sus gobiernos han sido incapaces de acallar las protestas —porque existe la libertad de expresión negada en Qatar— y han tenido también que hacerse eco de esas críticas como representantes políticos de la ciudadanía.
La discrepancia es el espacio natural de las democracias liberales y es una de sus condiciones virtuosas. A veces, como en este caso, esa libertad sitúa en una encrucijada contradictoria a las sociedades democráticas. ¿Es legítima la crítica a Qatar a la vez que Occidente envía numerosas delegaciones y multitud de informadores para cubrir cada partido y cada incidencia? ¿Hubiesen asumido las sociedades occidentales el boicot a un Mundial por el incumplimiento de los derechos humanos del país anfitrión cuando se han celebrado Mundiales en Estados con condiciones incluso peores?
La reacción ahora moralista y sobreactuada está fuera de lugar, pero es comprensible y deseable que las democracias más adelantadas en materia de derechos humanos emitan críticas a un régimen donde no son los homosexuales las principales víctimas de graves vulneraciones de derechos (prohibidos) sino ese 25,04% de la población que son mujeres, todas bajo tutela de un varón y sin asomo de derechos equiparables a una democracia liberal. La obvia incongruencia de organizar un Mundial donde no existe tradición futbolística, ni existían estadios hasta que se construyeron, ni condiciones climáticas adecuadas, choca contra otra evidencia. Qatar supo manejar mejor sus cartas en la negociación, fuesen las que fuesen, y la competencia por organizarlo. La parálisis visible de la comitiva estadounidense en 2010 —clara favorita a ganar la elección para acoger el Mundial— en el momento de designar al país organizador expresa de forma muy gráfica la estupefacción que experimentó el resto del planeta ante esa decisión de la FIFA. Censurar las críticas legítimas y hasta obligadas a Qatar convive con una poderosa industria del deporte con mucho dinero en juego: las sociedades más movilizadas contra las deficiencias de Qatar se disponen, a la vez, a asistir por televisión a uno de los mayores espectáculos deportivos que existen. La asunción de sus contradicciones es parte de la edad adulta de las sociedades democráticas.
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Mundial Qatar 2022: el controvertido historial de la FIFA con gobiernos autoritarios
- Leticia Mori @leticiamori_. BBC News Brasil, Sao Paulo
El historial de Qatar en materia de derechos humanos ha provocado protestas contra la celebración de la Copa del Mundo en ese país desde que hace 12 años se designara como sede para 2022.
Las críticas no solo apuntaban a la postura del emirato sobre los derechos de la población LGBT (la homosexualidad es allí un delito) y las mujeres, sino también a las condiciones de trabajo de los extranjeros que construyeron los estadios, que Amnistía Internacional consideró inhumanas y análogas a la esclavitud.
La actitud de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado), organizadora del campeonato, hacia la monarquía absolutista que gobierna Qatar también ha generado numerosas protestas.
El órgano supremo del fútbol suele imponer una serie de reglas a los anfitriones que a menudo entran en conflicto con su legislación local.
En Qatar, sin embargo, la FIFA aceptó sin poner traba alguna la prohibición de vender bebidas alcohólicas en los estadios anunciada por la monarquía dos días antes del inicio del torneo, y vetó a los jugadores cualquier tipo de manifestaciones durante los partidos.
Este miércoles, los futbolistas de Alemania se taparon la boca durante la foto oficial del primer partido del equipo en protesta por la sanción.
Muchos integrantes del equipo querían portar el brazalete arcoíris «One Love» en apoyo a la causa LGBT, pero la FIFA prohibió su uso.
«A la FIFA no le importan los derechos humanos; no es algo importante para el negocio«, afirma el historiador de fútbol Flávio de Campos, profesor de Historia de la Universidad de Sao Paulo (USP) y coordinador de Ludens, centro interdisciplinario de investigación de este deporte.
La organización, opina, «es muy pragmática a la hora de realizar actividades y eventos, dejando al margen estos temas».
Campos no solo alude al Mundial de Qatar, sino al hecho de que, desde los primeros campeonatos, la FIFA no ha tenido problemas en asociarse con gobiernos autoritarios que violan los derechos humanos.
Repasamos el historial de la entidad futbolística con algunos de estos regímenes.
Argentina 1978
En 1978 Argentina estaba gobernada por una brutal dictadura militar que había llegado al poder dos años antes mediante un golpe de Estado.
La FIFA decidió celebrar la Copa del Mundo en el país de todos modos.
«Se jugó una Copa del Mundo mientras se practicaban torturas a gran escala en Argentina», indica Flávio de Campos.
«No hay límite para lo que un gobierno puede hacer mientras se genere dinero, mientras el engranaje económico esté alimentado».
El clima político en el país era bastante convulso, con frecuentes protestas de las madres de la Plaza de Mayo, que buscaban a sus hijos desaparecidos.
La organización del torneo estuvo marcada por diversos problemas y polémicas: muchos estadios no estuvieron listos hasta el último minuto y el césped recién plantado se desprendía durante los partidos.
También se acusó al gobierno de favorecer a la selección argentina, ya que, entre otras cosas, todos los partidos de los anfitriones se jugaron en Buenos Aires mientras sus oponentes tenían que viajar por todo el país.
Aunque la elección de Argentina se había producido años antes, debido a los crímenes de la dictadura el entonces presidente de la FIFA, João Havelange, recibió presiones para trasladar la sede del torneo a Europa, algo que no sucedió.
Tal operación no habría sido imposible, explica Campos, como se demostró después, en 1986, cuando Colombia renunció a ser la sede del Mundial y este se disputó en México.
La celebración del campeonato de 1978 no transcurrió sin protestas.
Hubo una fuerte campaña para promover el boicot a la Copa del Mundo, explica Mateus Gamba Torres, profesor de historia de la Universidad de Brasilia.
«Hubo muchas protestas internacionales. Algunos jugadores se sumaron al boicot y no fueron. Y otros que sí acudieron participaron en las manifestaciones en la Plaza de Mayo», recuerda Torres.
«La selección holandesa, que llegó a la final, anunció que si ganaba no recibiría la copa de manos de Videla», explica el historiador, en referencia al dictador que gobernaba entonces Argentina.
Finalmente la selección local ganó el campeonato y el autócrata entregó la copa.
Italia 1934
La segunda Copa Mundial de la FIFA, en 1934, se celebró en la Italia gobernada por el dictador fascista Benito Mussolini.
Mussolini tenía tanto empeño en que su país fuera anfitrión que nombró a un general, Giorgio Vaccaro, como presidente de la Federación Italiana de Fútbol para negociar con la FIFA.
Vaccaro prometió una gran inversión en el evento (3,5 millones de liras) y en 1932 Italia derrotó Suecia en la competencia para albergar la Copa.
Rusia 2018
Campos también cita a Vladimir Putin como el respresentante de un gobierno autoritario con el que la FIFA decidió asociarse para organizar el Mundial, en este caso el de Rusia 2018.
Aunque Rusia es una democracia sobre el papel y aún se celebran elecciones, «puede considerarse un gobierno autoritario por los innumerables mecanismos de perpetuación del poder creados por Vladimir Putin, quien ha dirigido el país (como presidente o primer ministro) durante 22 años», afirma el experto.
Incluso en 2018, mucho antes de las represalias internacionales por la invasión de Ucrania, la Rusia de Putin ya enfrentaba críticas por la persecución de opositores políticos, el control de la prensa, el ambiente hostil hacia el colectivo LGBT y el uso de mecanismos de vigilancia y control de la información, así como acusaciones de injerencia en las elecciones estadounidenses.
«Demasiada democracia»
La celebración de mundiales en países con gobiernos autocráticos demuestra que la falta de democracia no solo no es considerada un problema, sino que, según historiadores, incluso puede ser vista como un aspecto positivo por parte de la FIFA.
La propia FIFA ya ha admitido que considera «demasiada democracia» como una «dificultad».
En 2013 el entonces secretario general de la organización, Jérôme Valcke, dijo que «demasiada democracia» podría entorpecer la organización de la Copa del Mundo.
«Voy a decir algo que es una locura, pero menos democracia a veces es mejor para la organización de un Mundial», declaró Valcke en un evento.
«Cuando tienes un jefe de Estado fuerte que puede tomar decisiones, como quizás Putin podría hacer en 2018… es más fácil para nosotros, los organizadores», sentenció.
El dirigente aludió a las dificultades para organizar el evento en Brasil, que tuvo protestas contra la Copa y una huelga de trabajadores en la construcción de estadios antes del Mundial de 2014.
En Brasil «hay varias personas, varios movimientos y varios intereses, y es bastante difícil organizar un Mundial en estas condiciones», alegó.
La BBC solicitó a la FIFA comentarios sobre el discurso de Valcke y las críticas a su relación con gobiernos autoritarios, pero no recibió respuesta.
Sin embargo, en varias ocasiones el actual presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha respondido a las críticas sobre la postura de la entidad y, también, hacia la forma en que Qatar trata a los trabajadores migrantes, las personas LGBT y las mujeres.
Infantino, que es italiano y suizo, aseguró en un discurso en Doha el 19 de noviembre, la víspera del inicio de la Copa del Mundo, que sabe lo que es ser discriminado porque «fue acosado en la escuela por ser pelirrojo y tener pecas».
«Hoy me siento qatarí, me siento árabe. Hoy me siento africano. Me siento gay, me siento discapacitado. Me siento un trabajador inmigrante», proclamó.
Infantino también afirmó en otra ocasión que organizar el Mundial en Qatar es algo positivo porque «ha habido muchos avances» en materia de derechos humanos en el país gracias a la atención que ha atraído con el evento.
Lo que gana la FIFA
Campos considera que hay una razón económica para que la FIFA elija países con gobiernos autoritarios.
Estos tienden a invertir grandes sumas de dinero, mientras en países democráticos suele haber más transparencia y escrutinio sobre el uso de dinero público para el evento.
«Los gobiernos autoritarios gastan mucho más dinero, sin nadie que los supervise. Basta ver cuánto invirtió Qatar en 2022 (US$ 220.000 millones, el Mundial más caro de la historia). Y en 1978 Argentina invirtió mucho más que los países que organizaron el evento 4 y 8 años después», explica Mateus Gamba Torres, de la Universidad de Brasilia (UNB).
«En un país autoritario se censura todo, no se divulgan datos. Los trabajadores ni siquiera se plantean hacer una huelga y, en caso de que la haya, se reprime duramente», expone Torres.
«A la FIFA no le importan los derechos humanos. Quiere estadios listos para vender entradas, para vender patrocinios».
Al mismo tiempo, remarca, los regímenes autoritarios también plantean ciertos riesgos desde el punto de vista empresarial.
«Lo que le falta a una dictadura es estabilidad y cumplimiento de los contratos», asegura. «Tomemos como ejemplo la prohibición de la cerveza que Qatar anunció dos días antes de que comenzara el Mundial. Esto no debe haber sentado muy bien a los patrocinadores».
«Pueden decir en sus discursos que la situación de los derechos humanos mejoró gracias a la Copa del Mundo, pero es una hipocresía, porque en ningún momento la FIFA se lo exigió», afirma Flávio Campos.
«Y al decidir hacer el evento ahí, legitiman al gobierno».
La Copa Mundial de la FIFA comenzó en Qatar, generando atención sobre el historial de derechos humanos del país. Las protestas de las organizaciones de derechos humanos y de las asociaciones de fútbol destacaron el deficiente historial de Qatar en materia de derechos laborales e igualdad LGBTQ+. En respuesta, los dirigentes qataríes rechazaron las denuncias sobre la explotación de trabajadores inmigrantes, y el embajador de la Copa Mundial hizo declaraciones controvertidas sobre la homosexualidad. La FIFA escribió a las 32 naciones participantes instándolas a centrarse en el fútbol y no en batallas ideológicas o políticas, enfatizando el compromiso del organismo rector del fútbol con la diversidad, el respeto mutuo y la no discriminación.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales
Algunos son objeto de trabajo forzado. No pueden cambiar de trabajo, no pueden salir del país y suelen tener que esperar meses para cobrar sus salarios. Mientras, la FIFA —organismo internacional de gobierno del fútbol—, sus patrocinadores y las empresas de construcción implicadas se preparan para obtener ingentes beneficios económicos de la celebración del torneo.
Al entender esta irregularidad, explotación y corrupción de la hipocresía musulmana.
Gracias por el comentario. éxitos profesionales.
Existen noticias sobre escandalos de la FIFA desde hace muchos años, en aspectos relacionados a la corupciòn, est eaño tambien fue evidente que existio polemicas al optar a Qatar como sede de este evento mundial. Qatar fue criticado por temas relacionados la discriminaciòn del colectivo LGBTQ, vulnerar derechos de las mujeres e incluso apoyar el terrorismo, entonces me resulta increible que un paìs con tanta marginaciòn organice un evento que promueva la uniòn de los diversos paìses, sin embargo debo aceptar que tuvieron tolerancia con los turistas
Gracias por el comentario.
Una hipocresía social y política la de Qatar por su ortodoxia religiosa impuesta den su gobierno, un retroceso. La Copa Mundial de la FIFA comenzó el domingo en Qatar, y se espera que al evento asista más de un millón de espectadores. El hecho de que Qatar organice el mayor torneo de fútbol puso en el punto de mira el historial de derechos humanos del país asiático. Las protestas de las organizaciones de derechos humanos y de las asociaciones de fútbol dejaron de manifiesto el deficiente historial de Qatar en materia de derechos laborales e igualdad LGBTQ+. En respuesta, los dirigentes qataríes rechazaron las denuncias de sobre la explotación de trabajadores inmigrantes. Por su parte, el embajador de la Copa Mundial, un exjugador del país, declaró hace unos días que la homosexualidad es un “daño en la mente”.
En respuesta a la controversia, la FIFA les escribió a las 32 naciones participantes y las instó a centrarse en el fútbol y “no en las batallas ideológicas o políticas que existen”. También hizo hincapié en el compromiso del organismo rector del fútbol con la diversidad, el respeto mutuo y la no discriminación.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
El racismo debe desaparecer en el mundo. El anfitrión Qatar ante Ecuador, y se prolongará hasta la final, programada para el 18 de diciembre. Qatar ha sido criticado por su postura sobre las relaciones entre personas del mismo sexo, su historial de derechos humanos y su trato a los trabajadores inmigrantes. La homosexualidad es ilegal en Qatar, y las personas LGBTQ+ han sido detenidas o maltratadas por las autoridades en días recientes, según Human Rights Watch, que publicó un reporte extenso de 42 páginas sobre la violación de los derechos humanos en ese país. Una l´çastima que el fútbol que genera pasiones sea manchado por la corrupción.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Con toda sinceridad debo9 decir que ignoraba todo tipo de información oscura y corrupta del mundial de Qatar. Lo que impacto fue una de las versiones de Amnistía internacional. Una de las empresas que contratan trabajadores para el proyecto del estadio Jalifa somete a trabajo forzado a sus empleados. Quienes se niegan a trabajar debido a las condiciones son amenazados con deducciones de la paga, o con ser entregados a la policía para su expulsión sin recibir el sueldo que les corresponde.
El gerente dijo: ‘Estos hombres están dando problemas, son unos vagos. Vigílenlos de cerca. Si no se presentan a trabajar o intentan escapar, den parte de ellos a la policía’.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Una vergüenza la actuación de Qatar como país anfitrión. Migrantes procedentes de Bangladesh, India y Nepal que trabajan en la reforma del emblemático estadio Jalifa y el ajardinado de las instalaciones deportivas y zonas verdes circundantes, la denominada “Aspire Zone”, están siendo explotados. Algunos son objeto de trabajo forzado. No pueden cambiar de trabajo, no pueden salir del país y suelen tener que esperar meses para cobrar sus salarios. Mientras, la FIFA —organismo internacional de gobierno del fútbol—, sus patrocinadores y las empresas de construcción implicadas se preparan para obtener ingentes beneficios económicos de la celebración del torneo.
Al entender esta irregularidad, explotación y corrupción de la hipocresía musulmana.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
El Parlamento Europeo ha denunciado la corrupción «rampante» de la FIFA y la designación de Qatar como sede del Mundial, país al que ha reclamado que extienda el fondo de compensación a las familias de los obreros muertos durante la construcción de los estadios. La resolución aprobada por mano alzada en la Eurocámara señala la corrupción «rampante, sistémica y profundamente arraigada» en la FIFA y critica la falta de transparencia en la adjudicación a Qatar como organizador del Mundial. Hoy la FIFA es sinónimo de la corrupción.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.