Asamblea General de la ONU aprueba resolución que pide «el cese de hostilidades» en Gaza
Facilitador y difusor: Felix Manrique Huamán
La Asamblea General de la ONU, que aglutina a los 193 Estados miembros de la ONU, retomó el asunto después de que el Consejo de Seguridad, dividido, rechazara cuatro resoluciones en menos de dos semanas. | Fuente: AFP
La resolución, que incluye «un rechazo al traslado forzoso de la población civil palestina», fue finalmente aprobada por una mayoría aplastante, cosechando la negativa solamente de Israel, EE.UU. y aliados como Paraguay, Guatemala y algunos Estados del Pacífico; incluso el Reino Unido, que ha mostrado una coincidencia casi total con EE.UU. en esta crisis, optó por abstenerse.
La Asamblea General de la ONU aprobó este viernes por una abrumadora mayoría (120 votos a favor, 14 en contra y 45 abstenciones) una resolución que pide «el cese de hostilidades» en Gaza, primera que adopta un organismo de la ONU tras cuatro intentos fallidos del Consejo de Seguridad.
Al terminar la votación, una gran parte de la sala prorrumpió en aplausos.
La resolución incluye «un rechazo al traslado forzoso de la población civil palestina», y fue rechazada por Estados Unidos, Israel y otros países aliados, pero contó con la aprobación del mundo árabe, Rusia y China, mientras que la Unión Europea votó dividida ese mismo texto.
Hamás, el grupo militante que controla la Franja de Gaza, citó la ocupación israelí de Cisjordania durante décadas entre sus motivos para atacar a civiles y soldados israelíes.
Los ataques aéreos de represalia israelíes desde el 7 de octubre han matado a más de 5.000 personas en Gaza, según el Ministerio de Salud controlado por Hamás, y han desplazado a más de un millón de personas que han seguido las órdenes de evacuación israelíes.
Biden expresó escepticismo sobre el número de muertos, dudando de que “los palestinos estén diciendo la verdad”.
Un alto funcionario de la administración aclaró a la Voz de América que el presidente se muestra escéptico con las cifras proporcionadas por Hamás, dada la capacidad limitada de partes externas para verificarlas y debido al «historial de inflación del número de muertos» del ministerio.
Robert McCaw, que dirige el Departamento de Asuntos Gubernamentales del Consejo de Relaciones Islámicas-Estadounidenses, cuestionó el escepticismo de Biden.
“¿Se sentiría mejor el presidente si sólo 1.000 niños murieran?”, preguntó a la VOA.
Aun así, los comentarios de Biden fueron los más extensos y comprensivos hacia los palestinos desde que estalló la guerra. Esbozó una visión de posguerra en la que Hamás –la organización que Washington designó en 1997 como grupo terrorista extranjero– está desmantelada y la región en el camino hacia una solución de dos Estados.
Subrayó la necesidad de que los vecinos árabes de Israel lleguen a acuerdos diplomáticos con Israel sin dejar de lado la causa palestina, y sugirió que el progreso hacia la “integración regional de Israel” era un motivo para el ataque de Hamás.
Cambio de tono
Los comentarios del miércoles marcaron un cambio de tono para Biden. Días después del ataque de los militantes, en un discurso contundente y emotivo en el que denunció a Hamás como “mal puro y sin adulterar”, Biden no mencionó las víctimas palestinas a pesar de que ya cientos de personas han muerto en ataques aéreos israelíes en Gaza.
Recién salido de su breve visita a Tel Aviv en tiempos de guerra, en un discurso del 20 de octubre solicitando fondos para apoyar a Israel y Ucrania, Biden dijo que estaba “desconsolado por la trágica pérdida de vidas palestinas”.
En la misma frase, respaldó la versión de Israel de que no era responsable de la mortal explosión de un hospital en Gaza. Los funcionarios estadounidenses dicen que han llegado a la conclusión de que Israel no es culpable de la explosión en el hospital.
Mientras continúan los ataques aéreos de represalia israelíes, con grandes pérdidas de vidas civiles en Gaza y la amenaza de una guerra más amplia en el Oriente Medio, algunos ven un cambio en el manejo de la crisis por parte de Biden.
La retórica del presidente al comienzo del conflicto fue «tan decididamente unilateral» que la administración no se creó «una salida cuando quiso dar un giro», dijo James Zogby, presidente del Instituto Árabe Americano.
“¿Es un cambio lo suficientemente decisivo como para representar el equilibrio? Todavía no”, dijo Zogby a la VOA. «Los israelíes ciertamente todavía tienen luz verde».
A medida que aumentan las bajas, Biden se ve sometido a una presión cada vez mayor por parte de grupos que denuncian su apoyo “inquebrantable” a Israel.
Los musulmanes estadounidenses se han sentido “perturbados, conmocionados, decepcionados y angustiados” por las políticas de Biden, dijo Salam Al-Marayati, presidente del Consejo Musulmán de Asuntos Públicos.
Al-Marayati señaló que si bien las palabras de Biden se han vuelto más comprensivas, las acciones de su administración las traicionan.
«Están listos para una invasión en gran escala en el Oriente Medio, no sólo de Gaza», dijo a la VOA. «Dios sabe adónde nos llevará esto».
En respuesta a la pregunta de un periodista, Biden dijo que no le pidió al primer ministro Benjamín Netanyahu que retrasara la invasión terrestre que Israel está planeando, para permitir la extracción de rehenes, incluidos estadounidenses, fuera de Gaza.
«Lo que le he indicado es que si es posible sacar a estas personas de forma segura, eso es lo que debe hacer», dijo. «Es su decisión, pero yo no la exigí».
Estadounidenses del lado de Israel
Varias encuestas posteriores al ataque de Hamás reflejan que la mayoría de los estadounidenses están del lado de Israel en el conflicto. Las cifras invierten una tendencia a largo plazo en la que las simpatías de los estadounidenses hacia los palestinos han aumentado gradualmente en los últimos años, aunque todavía menos que hacia los israelíes.
Una encuesta de Gallup de 2013 indicó que el 64 % de los estadounidenses simpatizaban con los israelíes y el 12 % con los palestinos. A principios de este año, la brecha se redujo del 54 % al 31 %.
Incluso con la presión interna de los estadounidenses árabes y musulmanes, así como de los demócratas progresistas, a un año de las elecciones presidenciales estadounidenses, el factor más importante en el cálculo de Biden es la condena internacional, dijo Zogby.
Manifestaciones masivas antiisraelíes y antiestadounidenses han creado tensiones en el mundo árabe, poniendo en riesgo una mayor inestabilidad y perspectivas de una escalada regional que Washington y sus aliados están deseosos de evitar.
Washington también está interesado en mantener buenas relaciones con los países del Sur Global, muchos de los cuales están del lado de la causa palestina, mientras Estados Unidos compite por la influencia mundial con China y Rusia, dijo Richard Gowan, director del International Crisis Group de la ONU.
Una forma de desahogar un poco la crisis es garantizar que la ayuda humanitaria llegue a Gaza, dijo Gowan a la VOA.
“Creo que Estados Unidos quiere demostrar que, tanto en la región como en la ONU, está tratando de llevar ayuda a los palestinos, con la esperanza de que eso reduzca el aumento de la temperatura en la región”.
Esa esperanza se desvaneció el miércoles en la ONU cuando Rusia y China vetaron una resolución del Consejo de Seguridad patrocinada por EEUU que pedía una pausa humanitaria en los combates, la protección de los civiles y el cese del suministro de armas a Hamas y otros militantes en la Franja de Gaza.
Días antes Estados Unidos vetó un proyecto de Brasil que permitiría la ayuda humanitaria pero no incluía el derecho de Israel a defenderse.
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