Yma Súmac la Princesa Inca que conquisto el mundo
Yma Súmac cuyo nombre en quechua significa «Que linda o que bella»
Por: Luis Alberto Pintado Córdova
Según Luis Zuta Dávila,Yma Súmac cursó estudios escolares en una escuela católica de Cajamarca. Cuatro años después, su familia y ella se mudaron a la ciudad de Lima por negocios de su padre. En la capital de la República, la pequeña prodigio continúa su etapa escolar secundaria y canta en iglesias y ceremonias religiosas. En 1940 concluyó su educación básica y canta en fiestas locales.
Tumpa – Yma Sumac | VIDEO EN ALTA DEFINICIÓN (HD) 1080p. Yma Sumac Perú
Yma Súmac, la cantante peruana y «princesa inca» que conquistó el mundo gracias a su prodigioso rango de voz
- Guillermo D. Olmo
- Hay Festival Arequipa@BBCMundo
Tenía una voz espectacular, fuera de serie. Llegaba más alto y más bajo que nadie. Podía sonar tan grave como la del cantante y poeta Leonard Cohen y tan aguda la de la soprano lírica Montserrat Caballé.
Pero no fue la única razón del enorme éxito internacional que tuvo en la década de 1950 Yma Súmac, definida por el crítico musical Miguel Molinari como la artista peruana más global que ha existido.
«Fue una adelantada a su tiempo, que combinó la música tradicional peruana con ritmos caribeños y de otras latitudes como nunca nadie lo había hecho antes», le dice a BBC Mundo Molinari, que participa esta semana en el HAY Festival de Arequipa.
Y pese a los altos y bajos que tuvo su carrera, su fama trascendió en el tiempo.
Prueba de ello es que su voz apareció en bandas sonoras de éxitos de Hollywood como «El gran Lebowski» de 1998 o en la campaña con la que Apple lanzó en 2020 su iPhone 12.
El poder de los pájaros
Zoila Emperatriz Chávarry, su verdadero nombre, nació en 1922, probablemente en El Callao, la zona portuaria al norte de Lima, pero pasó la mayor parte de su infancia en la sierra de Cajamarca, y siempre contó que aprendió a cantar escuchando el trinar de sus pájaros y los sonidos de la naturaleza.
Una vez los describió como «sonidos muy exóticos, también muy aterradores, pero que inspiran mucha música».
Desde pequeña cantó y actuó en escenarios de Perú, sorprendiendo al público con su extraordinaria voz. Cuando tenía 20 años conoció al promotor Moisés Vivanco, quien de inmediato se percató de sus dotes y decidió convertirla en el centro de un espectáculo con el que recorrieron el país.
Acabarían casándose e iniciando una excepcional pareja artística que dio como resultado un hijo y una de las aventuras más prodigiosas de la historia de la música peruana.
En 1946, conscientes de que al talento de Zoila se le quedaba pequeño el mercado local, se marcharon a Estados Unidos, donde Vivanco no dudó en promocionarla como una legendaria princesa descendiente de Atahualpa, el último emperador inca. Cosa que no era.
Ya con el nombre de Yma Súmac, que significa la más bella en lengua quechua, paseaba su porte altivo y pasional por escenarios en los que deleitaba a los estadounidenses con melodías andinas que nunca habían oído, combinadas con toques que les resultaban más familiares, como los del jazz o el mambo.
«Choledad emprendedora»
En una época en la que en Hollywood triunfaban dramas históricos como «Quo Vadis», «Ben-Hur» o «Los diez mandamientos», la apuesta daría resultado gracias a la exótica belleza y, sobre todo, la prodigiosa voz de ella.
«Un cantante de ópera actual puede llegar a las dos octavas o dos octavas y media, mientras que Yma Sumac alcanzaba cuatro o cinco. Tenía un rango de extensión vocal que le permitía hacer cosas excepcionales«, explica Molinari.
Su marido lo sabía.
«El triunfo de Yma se debió a su voz, pero también a las habilidades musicales y escenográficas de Vivanco, quien fue capaz de montar espectáculos multitudinarios, cargados de fantasía, que rememoraban la grandeza del imperio incaico», escribió la historiadora peruana Carmen McEvoy, que ha estudiado la vida de la pareja.
Para McEvoy, Yma y Moisés fueron un ejemplo de esos cholos, como se conoce en Perú a los campesinos, que a mediados del siglo pasado emigraron del campo hacia Lima.
Pero en su caso llevaron el proyecto hasta su triunfo mundial, erigiéndose a ojos de la experta en «la vanguardia de una choledad emprendedora que, sin apoyo del Estado, representó al Perú por el mundo entero».
En 1950, lanzó su primer álbum, «Voz de Xtabay», que disparó su ascenso al estrellato internacional, convirtiéndose en un éxito a pesar de la escasa promoción comercial recibida.
Súmac acabó cantando sus temas en los casinos de Las Vegas y en salas tan destacadas como el Carnegie Hall de Manhattan o el Hollywood Bowl.
Paso por el cine
Ya convertida en un fenómeno musical, hizo algunas incursiones cinematográficas.
En 1954 rodó «El secreto de los incas», en la que cantaba casi tanto como actuaba.
La película explotaba de nuevo el tópico del esplendor pasado de los incas, perseguido en ella por un joven Charlton Heston que aún no había hecho sus papeles icónicos y encarnaba aquí a un aventurero cazatesoros en el que algunos han visto a un precursor del futuro Indiana Jones.
Más tarde, Súmac participaría en el film «Omar Kayyam» y en la mexicana «Música de siempre», entre otras producciones cinematográficas y televisivas.
Pero, como recuerda Ricardo Bedoya, historiador del cine de la Pontificia Universidad Católica del Perú, «sus papeles cinematográficos fueron resultado de su éxito como cantante y de la imagen de exótica princesa inca que supo construir Moisés Vivanco».
Paseo de la Fama
Paradójicamente, cuanto mayor era su fama lejos de Perú, mayor eran la incomprensión y el rechazo de parte de su país, donde los puristas la acusaban de contaminar las esencias del folklore indígena peruano al mezclarlo con tradiciones musicales extranjeras.
Quizá el más destacado de los críticos fue Jose María Arguedas, considerado uno de los más relevantes escritores peruanos del siglo XX. «Lo que hace Yma Súmac, por supuesto, no es estilización de la música india: es deformación pura», llegó a escribir Arguedas, que al parecer la despreciaba porque no hablaba quechua.
Pero éxitos como su «Malambo No 1», tema en el que combinaba letras en español e inglés y los ritmos afrocubanos y trompetas típicos del mambo con los agudos que solo Yma podía reproducir, dejaban bien claro que era precisamente su capacidad única para mezclar lo que enamoraba al público.
Fue esa la receta que la convirtió en la primera y hasta ahora única peruana en tener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Separación
El estrellato de Súmac comenzó a declinar a finales de la década de 1950 con la llegada del rock and roll y el cambio de los gustos de la audiencia.
Súmac se orientó entonces hacia Europa, donde realizó varias giras, entre ellas una por la URSS, tan exitosa que se prorrogó hasta los seis meses, mucho más de lo inicialmente previsto.
En 1965, después un primer divorcio tras el que volvieron a casarse, Súmac y Vivanco se divorciaron definitivamente.
En un documental sobre ella emitido por la televisión peruana, la secretaria de Vivanco afirmó haber tenido dos hijos con él, echándole más leña a su fama de mujeriego.
Terminaba así una de las sociedades más fértiles y originales de la historia de la música peruana.
Yma Súmac nunca se volvió a casar. Según Molinari, que la trató durante su último viaje a Perú, «era una mujer con mucho sentido del humor y muy cálida, pero también con una personalidad muy fuerte y una mentalidad muy estricta que aprendió en la sierra».
Icono LGTB
Ya sin Vivanco, Yma Súmac grabó en 1971 el álbum «Miracles» (Milagros, en español), un intento del compositor estadounidense Les Baxter reimpulsar su carrera en la nueva era dominada por «The Beatles» y las guitarras eléctricas.
Para entonces ya pocos creían que Yma Súmac fuera realmente una princesa inca y el álbum pasó sin pena ni gloria cuando se lanzó.
Pero «Miracles» ganó con el tiempo y acabó convirtiéndose en un disco de culto, todavía hoy apreciado por un público minoritario.
Y es que la voz única de Yma Súmac y su capacidad camaleónica iban a permitir aún nuevas lecturas de su arte.
Molinari cuenta que «a finales de los 1970 y comienzos de los 1980, el mundo de las ‘drag queen’ en Estados Unidos la tomó como ícono por su poder de fascinación y por la figura disruptiva que representó su imagen de mujer empoderada vestida con esos seductores trajes regionales del Perú».
A partir de 1980 se produce lo que Ramiro Bedoya llama «el reciclaje posmoderno de la voz de Yma Súmac» y su música empieza a aparecer en la banda sonora de varias películas, lo que alumbró «una revalorización de su presencia en el cine internacional».
En Perú, el reconocimiento oficial tardaría aún unos años en llegar. Fue recién en 2006, durante un viaje promovido por Molinari, que el gobierno la condecoró con la Orden del Sol, una de las más altas distinciones civiles del país.
Tras aterrizar en el aeropuerto de Lima, la ya anciana diva declaró: «Estoy tan dichosa que he llorado un poco en el avión».
Aquel viaje postrero fue el principio de una revalorización de su figura en su propio país que para muchos es aún insuficiente.
El periodista Jaime Bedoya escribió en el diario El Comercio que si Yma Súmac hubiera sido mexicana «tendría un parque en su honor en el DF y su imagen sería tan mundialmente popular como Frida Kahlo», pero le tocó ser peruana «y eso explica que al cumplirse los cien años de su nacimiento (…) oficialmente al país no le importe».
Para conmemorar el centenario de Yma Súmac, la historiadora Carmen McEvoy, el periodista Miguel Molinari y la soprano Sylvia Falcón conversarán en el HAY Festival de Arequipa con el editor de proyectos especiales del diario El Comercio, Jaime Bedoya, sobre su extraordinaria vida y talento. Falcón realizará además un homenaje cantado
*******************
Yma Súmac: la artista, en el recuerdo de quien fue su último asistente personal
Milagro musical, diva imposible, artista majestuosa. Así podría calificarla cualquiera que haya oído su trino de impulso andino y milenario. A pesar de que muchos conocen a la virtuosa performer poco convencional que se convirtió en una de las peruanas más exitosas en el mundo, son pocos quienes han podido acercarse a su figura más allá de la fama. El Comercio conversó con Damon Devine, su asistente personal por más de 10 años. En esta entrevista, nos muestra el rostro más íntimo de la llamada “Princesa inca” quien falleció un día como hoy, hace 14 años.
“Hay dos Yma Súmac. La persona que conocí y la que el público siente que conoce. Ella era una mujer cuya dignidad era más importante que su fama, su belleza o su música. Si fuera un fan, probablemente pensaría en su extraordinaria voz y su misteriosa personalidad”, nos dice desde Los Ángeles, California, Damon Devine, quien fuera asistente de la diva peruana durante los últimos años de su vida, que transcurrieron viviendo en la ciudad que la honró con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood por sus méritos artísticos. Cabe recordar que, además de su legado estrictamente musical –que consolidó al lado de Moisés Vivanco, su esposo, director musical y compositor de la gran mayoría de temas que interpretó-, Yma Súmac protagonizó algunas películas en la Meca del Cine, como “El secreto de los incas” (1954) -al lado de Charlton Heston, en la piel de un personaje que parece anticipar a Indiana Jones-, y “Omar Khayyam” (1957), junto a Cornel Wilde.
Por esos mismos años, Yma Súmac –nacida como Zoila Emperatriz Chávarri Castillo, en setiembre de 1922- llevaba su voz deslumbrante por un mundo que sentía la obligación de verla para creer que existía alguien capaz de cantar como ella. Europa y Estados Unidos pudieron verla en la plenitud de su talento. Rusia y Nueva York hirvieron en plena Guerra Fría. Para los años 90, sin embargo, su actividad había disminuido y vivía tranquila en su casa de Hollywood, Los Ángeles. Fue por esos días, en 1996, que Damon Devine la conoció por casualidad. Aquel año, Capitol Records acababa de lanzar su música en CD por primera vez, así que ella participó en distintas actividades de difusión. En uno de esos eventos Damon se acercó a ella y pudo tomarse algunas fotos, pero luego el estudio al que envió el rollo destruyó accidentalmente los negativos. Como él era muy joven y estaba encantado por haberla conocido, decidió tomar una foto suya y buscarla, casa por casa, en el barrio en el que sabía que vivía. Los vecinos pensaron que buscaba a su abuelita perdida. Aunque en la presentación fue “muy amable y hermosa”, según Devine, cuando él consiguió llegar a su casa, se puso furiosa. Reservada, amante de su intimidad y vida personal, sin embargo, se conmovió segundos después. “Yo tenía para ella un ramo de flores en mis manos y, al ver que las flores temblaban, puesto que yo estaba aterrorizado, sonrió un poco. A partir de entonces nos hicimos amigos, pese a las varias décadas de diferencia de nuestras edades”, recuerda.
La vida cotidiana de una diva
¿Puede uno imaginar realmente cómo vive, en el día a día, una persona con la presencia opulenta y poderosa que Yma tenía sobre el escenario? ¿Puede acaso imaginar a la señora Zoila llevando una rutina humana tras mostrarse como hija de los apus y del cosmos mientras cantaba? “Yma Súmac era una persona muy reservada, solo mantuvo un pequeño círculo de 3 personas a su alrededor, yo era uno de ellos y fui el único “constante””, nos cuenta Devine. “Ella se despertaba a las 5 a.m., todos los días. Desayunaba tostadas y café, luego le daba un beso en la cabeza a su pequeño perrito blanco. Después, me llamaba para que le revisara los correos de sus fans. ¡Ella no los había respondido durante décadas antes de que la conociera! Los respondíamos juntos”.
Entre las anécdotas especiales que vivió a su lado, Devine recuerda un día, cuando estaban caminando en el centro de Los Ángeles. Ella era muy cautelosa con su dinero, porque había enfrentado serios problemas de impuestos, causados por la negligencia de su ex esposo, Moisés Vivanco. “Yo caminaba y le hablaba a Yma cuando, de repente, me di cuenta de que ella ya no estaba a mi lado. Entré en pánico. Corrí entre la multitud de la gente y la encontré poniéndole un billete de 100 dólares en el bolsillo de la camisa a un afroamericano sin hogar que no tenía brazos ni piernas. La oí decirle: “¡Mantén la frente en alto! Eres tan importante como todos los que conoces”. Aún brotan lágrimas de mis ojos cada vez que recuerdo ese momento. Esa fue la Yma Súmac que ella no quería mostrar al público, sino la personalidad “regia y desprendida””.
Yma, por otro lado, estaba muy orgullosa de su carrera. Para mediados de los años 60 se había presentado ya en muchas ciudades del mundo. Contaba entre sus fans con presidentes, parlamentarios, políticos, embajadores y otros compañeros artistas que se sumaban entre sus fans. Sin embargo, en los últimos años no escuchaba sus discos, hasta que descubrió el reproductor MP3 de Devine. “A menudo observaba la expresión de su rostro mientras escuchaba su propia música, y veía una enorme satisfacción. Ella recordaba grandes detalles de su vida y su carrera. Solo en los últimos 3 años desarrolló problemas de memoria a corto plazo, pero su memoria a largo plazo, por lo general, estaba bien”.
Según su ex asistente y representante legal, uno de sus recuerdos más especiales fue convertirse en ciudadana estadounidense, en 1955. Tras vivir varias polémicas con el Perú, donde al principio fue duramente criticada por su estilo no convencional de interpretar las piezas de nuestro folklore, consiguió el éxito en su país de adopción. “Otro momento del que hablaba a menudo fue la ovación de 7 minutos que recibió al cantar por primera una versión sin precedentes de ‘Clair de Lune’, una pieza instrumental de Debussy que nunca había sido destinada al canto. Nadie, antes o después de Yma Súmac, lo intentó. Probablemente porque nadie podría hacerlo”, señala Devine.
Recuerdos de su visita al Perú
El 2006, dos años antes de su fallecimiento, la diva pudo conseguir la anhelada reconciliación con su país. Había dejado el Perú definitivamente en los años 50 y tuvo un regreso temporal en 1973, que la expuso a nuevas críticas mezquinas sobre su arte. Algunos detractores la llamaban “traidora” o “la versión hollywoodense de una peruana”. Ciertos puristas no podían concebir el mix de folclor, jazz, mambo, rock o sicodelia con que convertía su música en un manjar exótico. De hecho, José María Arguedas, aunque halagó su voz, llamó a lo que ella hacía “una deformación” de la música andina. Ella no quiso volver.
Tuvieron que pasar 33 años y numerosas gestiones para hacer realidad su vuelta. En ese momento, sí pudo disfrutar en vida los honores que su inmenso talento merecía. Fue aplaudida en San Marcos o el Congreso, recibió agradecimientos conmovedores, calurosos abrazos y palabras de admiración. También la Orden El Sol del Perú en grado de Comendador. A pesar de la alegría, la mente y la salud de la diva no estaban ya muy bien por aquellos días. La agitada agenda de homenajes o entrevistas la dejó agotada. “Lo que se ve en YouTube sobre su visita al Perú en el 2006 fue cuidadosamente editado –recuerda Devine-. En realidad, Yma Súmac tenía 84 años y había desarrollado una ligera demencia. Era algo genético entre las mujeres de su familia. En su mente, sentía que debía aceptar esos premios y reconocimientos para ‘¡demostrarle a Vivanco que lo conseguí sin él!’. Naturalmente, ella ya se lo había demostrado al mundo por décadas”. Según cuenta Devine, el reconocimiento de la Orden del Sol en honor a Yma solo ocurrió porque un joven y dedicado fan peruano, Hernando Valderrama Valentín, escribía repetidamente al presidente del Perú, rogándole que la reconociera. “Me decepcionó profundamente que los elitistas encargados de los eventos no le dieron ningún crédito, una vez que llegamos”, comenta.
Aunque la artista estaba feliz de ser reconocida en su país de origen, también lo estaba por volver a su casa en Hollywood. Mantuvo siempre su inteligencia, carisma, calidez, picardía y el fuerte carácter que la caracterizó desde sus inicios. “Yma Súmac se veía a sí misma como una gran artista. No era modesta al respecto –refiere Damon-. Tuvo que dejar Perú para ser apreciada, puesto que probablemente ella sentía que no sería reconocida históricamente importante allí. Argentina, Brasil y México fueron los primeros en darle acogida, luego Estados Unidos. Es muy poco probable que se mantuviera despierta en la noche preguntándose si dejaría algún legado en Perú, dada la adoración que recibía del resto del mundo. Ella se autodenominaba una “artista internacional” y cantó en cinco diferentes idiomas en sus presentaciones en vivo. Dicho todo esto, creo que le encantaría pensar que fue una inspiración para las jóvenes peruanas de hoy. Definitivamente las animaría a seguir sus sueños, ¡y a soñar en grande!”.
¿Qué hizo a Yma Súmac más especial como mujer, como artista o como mito? Una voz que parecía salida de otro planeta y un estilo de interpretación sentido e hipnótico, por supuesto. Pero esa voz no hubiera sido nunca la misma sino provenía de un alma como la suya, con fuerte mística detrás. Además de ampliar las fronteras de la música creando espectaculares imperios sonoros, la artista mantuvo el misterio sobre su origen, que la definía como descendiente directa de Atahualpa. Toda una princesa inca ante los ojos del mundo.
“Yma Súmac mantuvo metódicamente su misterio –recuerda Devine al respecto-. Por mucho que quisiera huir de la mitología de sus supuestos orígenes, ¡más tarde comenzó a atenderla! En los años 80 y 90 les decía a los entrevistadores todo tipo de cosas. Algunas eran verdad… otras no. Es lo que llamamos “showbiz speak”. El público nunca llegó a conocer a la verdadera Yma Súmac, incluso hoy en día. Su artículo en Wikipedia está lleno de completos disparates con muy dudosas “fuentes”. Mientras que yo (como historiador serio) odio eso… ¡A ella le hubiera encantado! Claramente ella hizo algo bien, puesto que en generaciones posteriores la gente sigue sintiendo curiosidad por su figura. Me divierte ver en Internet, a los fanáticos obsesionados, creer que han descubierto la vida personal de Yma Súmac. Están equivocados en al menos un 90%. Ella era un genio en ese sentido”.
Por estos días –el 13, según el certificado de nacimiento que Damon Devine cuenta haber visto-, la diva peruana más universal de la historia, cumpliría 100 años de vida. Por eso era necesario recordar su figura en su dimensión artística, sí, pero también en la humana. “Yma Súmac era inconformista y verdaderamente original. No era convencional y no se disculpaba, eso es profundamente admirable. Fuera de su voz y su belleza, ella debe ser recordada por ser fiel a sí misma”, afirma Damon.
“100 años después, sigue siendo revolucionaria –le digo, y le pregunto-, ¿cómo crees que impactaría a la música actual la aparición de una artista como ella? “Conociendo a Yma Súmac muy bien –responde-, ella simplemente diría: ‘No puede haber otra artista como Yma Súmac. Y nadie debería intentarlo’”.
Y es que Yma Súmac no era una estrella, sino la galaxia entera.
El monumento que no se da (y el gran homenaje que faltó)
Desde hace casi tres años, Jorge Valverde, director de la Asociación Cultural Isegoria, viene proponiéndole a las autoridades que le dediquen un lugar a Yma Súmac. Tras largas gestiones, había sugerido a la Gerencia de Cultural de la Municipalidad de Lima, en los días de Muñoz, que se le otorgara un lugar en la plazuela de las Artes ubicada al lado del Teatro Municipal. La cantante se presentó allí en octubre de 1941, por lo que puede decirse que es el lugar con el que más puede conectarse a la artista con el Perú. Valverde propuso que se coloque allí un espacio, un busto, una placa o una escultura, porque no hay ningún lugar en la ciudad que recuerde a nuestra artista más internacional.
En el país solo existe un espacio llamado Plazuela Yma Súmac, ubicado en Vilcashuamán, Ayacucho. Aunque las gestiones estaban avanzadas, con el cambio de alcalde y de puestos de confianza, todo parece haberse detenido. Incluso, las presentaciones en homenaje a su centenario. “A inicios de años la gerencia de Cultura decía que iba a hacer una exposición y un concierto, las que pensaba yo que iban a ser por estas fechas, pero no veo nada en
setiembre para Yma ni en la agenda cultural de la Municipalidad ni en el Gran Teatro Nacional. Provoca hacer un acto de desagravio”, afirma el activista cultural.
“Yma Súmac dejó el Perú permanentemente a sus 20 años de edad y se convirtió en la ‘Inca del glamour’ –nos dice Damon Devine sobre la falta de grandes homenajes en el Perú por el centenario de la artista-. Sus orígenes fueron salvajemente fabricados por su ambicioso esposo y la Capitol Records. Se convirtió en millonaria y ciudadana estadounidense viviendo en Beverly Hills. Al parecer, los historiadores peruanos encontraron en ella una representación no auténtica de su país. Sintieron que era una canalla por sus intentos de cantar música folclórica sagrada con orquestas de 122 piezas cerca a los estudios cinematográficos de Hollywood. Pero aquí es dónde la cosa se pone confusa: Yma Súmac nació en el Callao [está registrada allí, aunque el mito la lleva a Ichocán, donde vivió su familia antes de que naciera]. ¿Sabes quién tiene una estatua en el Callao? ¡Celia Cruz! En Argentina una calle lleva el nombre de Yma Súmac”.
Para el hombre que cuida el legado de la artista, hoy en día los jóvenes peruanos en las redes sociales están muy intrigados con ella “porque era internacionalmente famosa y glamorosa”. En sus palabras, “en esta nueva era se idolatra eso. No hay dedicatorias previas a Súmac en el Perú porque esas generaciones la veían de una manera muy diferente”.
A lo largo de su carrera, Yma Súmac cosechó numerosos seguidores y fue una figura influyente en la escena musical de su época. Su legado se mantiene como una de las grandes voces de la música peruana y su estilo único ha dejado una marca en la música popular y exótica. Aunque su historia personal y sus reclamaciones de ascendencia incaica han sido objeto de controversia, su impacto en la música y su estatus como una de las primeras estrellas internacionales peruanas perduran.
Gracias por tu comentario, éxitos profesionales.
Una peruana que logro la fama en otros paises por su gran don. La voz de Ima Sumac fue cautivando muchos lugares, su belleza, su personalidad fue lo que mas destaco de ella. Claramente ella tuvo bien claro lo que queria para no rendirse y seguir su sueño. En esas epocas en Peru no la apoyaban pero bien que otros paises como Mexico hubiesen deseado que Ima sumac sea de dicho pais para conmemorarla. Interesante articulo acera de la unica peruana que llego hasta Hollywood.
Gracias por el comentario. Éxitos profesionales
Un verdadero prodigio musical, que dejo en alto a nuestro país Perú. Una mejor con carácter, empoderada e incomprendida, pero que no dejo de luchar por sus sueños, incluso cuando recibía criticas de sus connacionales por tener un estilo no convencional.
Gracias por el comentario. Éxitos profesionales.
Yma Sumac sin duda fue una gran estrella en el extranjero, sus mayores deseos era poder representar a nuestro pais en todo el mundo, ella decía que a donde iba siempre les contaba de Perú para que lo conocieran, pero por la época, la sociedad limeña era muy prejuiciosa, en esos tiempos no reconocían a Yma Sumac como quien era, una gran cantante, por eso no tuvo mucho impacto en nuestro pais. Lo gratificante es saber que cuando volvió ya anciana a nuestro pais fue recibida como la forma en que corresponde. Creo que se le debe de brindar mucho tributo a una gran cantante como ella, que fue la primera latina en colocar su estrella en Hollywood. Una de las voces unicas que han existido, y que pocas voces volveremos a escuchar una voz que llegue a todos esos tonos como ella.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
En mi opinión siento que Yma Sumac es una de las mejores representantes peruanas y con un extraordinario rango vocal que la ha llevado muy lejos incluso hasta las mismas tierras estadounidenses como Hollywood, e incluso el mundo. Sin embargo al parecer no tuvo un debido reconocimiento en el país, pero a pesar de eso ha sabido no dejarse vencer y seguir apostando por su gran talento, al final siendo ella una reina del género Exótica teniendo fusión de géneros musicales, con innovadoras mezclas entre el folclor y la ópera con el rock, el mambo, el jazz, el lounge, y el dance, lo que se denominó “música exótica”, una manifestación musical híbrida desarrollada siete décadas antes que los actuales ritmos llamados “fusión” que siguen esa misma senda musical. Sin duda un talento neto oriundo de nuestro gran querido país peruano. Buen artículo.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Yma es posiblemente la más grande artista peruana del pasado y actual siglo, ya que, con su voz inigualable y su excepcional habilidad para el canto, logro conquistar el país norteamericano. También fue galardonada muchas veces allá en Estados Unidos y en nuestra nación. Es un orgullo para nuestro país y siempre será recordada por ello.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Fue una de las cantantes más importantes del siglo XX, destacándose en escenarios de Estados Unidos llevando la música andina a muchos lugares del mundo. Es indiscutiblemente la única artista en el mundo capaz de hacer el trino de las aves (técnica musical que hace referencia a sucesiones de notas rápidas dentro del registro vocal). El alto tono de su registro vocal la consagró como un icono en sus tiempos ,una lástima el poco apoyo en la difusión de su obra musical que tuvo en nuestro país.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales
Yma Súmac llevaba su voz deslumbrante por un mundo que sentía la obligación de verla para creer que existía alguien capaz de cantar como ella.
Cabe recordar que, además de su legado estrictamente musical –que consolidó al lado de Moisés Vivanco, su esposo, director musical y compositor de la gran mayoría de temas que interpretó-, Yma Súmac protagonizó algunas películas en la Meca del Cine, como “El secreto de los incas” (1954) -al lado de Charlton Heston, en la piel de un personaje que parece anticipar a Indiana Jones-, y “Omar Khayyam” (1957), junto a Cornel Wilde.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Gracias por este compartir de peruanidad. linda artista, que nos cautiva sin haberla conocido. El nombre de Yma Súmac, que significa la más bella en lengua quechua, paseaba su porte altivo y pasional por escenarios en los que deleitaba a los estadounidenses con melodías andinas que nunca habían oído, combinadas con toques que les resultaban más familiares, como los del jazz o el mambo.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Zoila Emperatriz Chávarry, su verdadero nombre, nació en 1922, probablemente en El Callao, la zona portuaria al norte de Lima, pero pasó la mayor parte de su infancia en la sierra de Cajamarca, y siempre contó que aprendió a cantar escuchando el trinar de sus pájaros y los sonidos de la naturaleza.
Una vez los describió como «sonidos muy exóticos, también muy aterradores, pero que inspiran mucha música».
Desde pequeña cantó y actuó en escenarios de Perú, sorprendiendo al público con su extraordinaria voz.
Linda lectura pero escucharla en los vídeos fue apasionante.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
En un mercado tan competitivo como el norteamericano y luego soviético, es un triunfo total. Yma Súmac y su esposo se mudan a Los Ángeles, California, para buscar una oportunidad de éxito en Hollywood. Allí son recibidos por el importante sello discográfico Capitol Records que muestra interés en la original y cautivante voz de la “Princesa inca”.
Allí graba el álbum discográfico titulado “Voice of the Xtabay”, acompañada por una orquesta de estudio completa seleccionada entre músicos de las prestigiosas productoras cinematográficas Metro Goldwyn Mayer, Paramount Pictures, Warner Bros y Fox Studios.
Su éxito de producción es total y significó la venta de más de un millón de copias, convirtiéndose en uno de los pocos álbumes en la historia de la música grabada que siempre ha sido reeditado y sus ejemplares vendidos completamente. De esta manera, Yma Sumac fue catapultada a la fama internacional.
Un bonito artículo de nuestra cultura e identidad.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Tenía una voz espectacular, fuera de serie. Llegaba más alto y más bajo que nadie. Podía sonar tan grave como la del cantante y poeta Leonard Cohen y tan aguda la de la soprano lírica Montserrat Caballé. Orgullo de mujer peruana y una de las mejores peruanas inmortales.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.
Yma Súmac retornó de visita al Perú en 2006 y recibió condecoraciones de parte del gobierno y también de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Luego de una corta estancia en el Cuzco volvió a los Estados Unidos. Sufrió incomprensión por el gobierno socialista de Velasco Alvarado, un general golpista con falsos aires de nacionalismo allegado al comunismo.
Gracias por el comentario, éxitos profesionales.