Diotima, gran maestra en el amor de Sócrates y  arquitecta del amor platónico

Platón ofrece una ventana hacia la existencia de esta filósofa, quien fue una erudita excepcional cuyas ideas han sido estudiadas y abordadas a lo largo de los siglos como un enigma de la filosofía. He aquí alguno de sus aportes

Dedicado a todos los amantes de la cultura griega.

Por: Luis Alberto Pintado Córdova

Diotima, maestra de Sócrates que ideó el amor platónico

En los diálogos de El Banquete de Platón, Sócrates confiesa: «Todo lo que sé del amor lo aprendí de ella». Ella es Diotima de Mantinea, una filósofa y sacerdotisa que llegó a Atenas por petición de Pericles (495 a.C.- 429 a.C.) para salvar a la ciudad de la peste. Era la época del Siglo de Oro de Pericles o el Siglo de Oro de Atenas, el Primer y único imperio mudial de la cultura, luego vendría las guerras del Poloponeso y posteriomente la destrucción de Atenas.
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Diotima fue maestra de Sócrates y sus reflexiones acerca del amor son clave
Diotima fue maestra de Sócrates y sus reflexiones acerca del amor son clave en la estrategia cultural griega
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SONSOLES COSTERO-QUIROGA, desde Tübingen (Alemania) en un exclente análisis nos hace recordar que cuando pensamos en Grecia clásica, siempre hay un halo de racionalidad que impregna todo recuerdo: grandes pensadores, estrategas y artistas dejaron huella en lo que se denomina «la cuna de la cultura occidental». Sin embargo, cada una de estas figuras tenía una madre, una esposa o una maestra de la que aprendió lo que sabía. Por ello, en esta travesía por la Historia, nos resulta curioso que cuando se menciona a Sócrates, maestro de Platón, no se hable sobre su maestra: Diotima de Mantinea. Diotima, nacida en el siglo V a.C. en Mantinea (una poderosa ciudad antigua de Arcadia, Grecia), se revela como una sombra en el tiempo. La escasez de datos sobre su vida se debe a que solamente una fuente, el propio Platón, nos ofrece una ventana hacia su existencia. El filósofo griego, en su obra «Banquete», reproduce un diálogo mantenido entre Sócrates y otros invitados, entre ellos, Alcibíades, gran orador y famoso estadista ateniense. Alcibíades, insistiendo en el cariño que profesa a Sócrates, acaba provocando que el griego hable sobre uno de los temas centrales que nos mueve como seres humanos y que, por ende, está presente en todas las culturas: el amor. Sócrates, en un alarde de hacer referencia a su maestro, menciona que todo lo que conoce sobre esta cuestión lo sabe de la mano de la experta en estos temas, es decir, gracias a la sacerdotisa Diotima. Es aquí donde surge el nombre de esta figura tan especial, cuyo profundo conocimiento sobre las artes adivinatorias, la maternidad o el amor (el «Eros» griego, representado en la mitología griega como el hijo angélico de Afrodita), influye en Sócrates. Es gracias a ella por la que Sócrates adquiere una comprensión única del amor basada, no en las ataduras sexuales, sino en la contemplación de lo que realmente es bello en la otra persona.

La búsqueda de la virtud, no sólo individual, sino el bien del otro, hace que más tarde esta idea se haya consagrado como la visión platónica de ese sentimiento universal. Lo que comúnmente llamamos «amor platónico» fue en realidad revelado por Diotima a Sócrates. Por tanto, esta mujer no solo es la maestra de Sócrates sino también la arquitecta de una idea epicentral en la filosofía que perduraría a lo largo de los siglos. ¿Porqué? Debido a que la idea del amor que Diotima presenta no se trata de un romance idealizado o de un amor no correspondido, sino de la idea que el amor es la fuerza que nos mueve para contemplar la belleza en el mundo, superando el deseo sexual o la apetencia pasajera.

Busto de Diotima

Busto de Diotima en la Universidad de Australia Occidental (UWA)

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Margarita Rodríguez, 2024, nos señala la prédica de Diotima, que la belleza, atracción física, deseo sexual y, quizás, si vas mucho más allá de las apariencias, te encontrarás subiendo la Escalera de Diotima.

Sabemos de ella, gracias a Sócrates, quien recuerda -en una obra de Platón- las lecciones que aprendió de esta mujer “muy sabia”.

De acuerdo con Sócrates, Diotima decía que “el deseo por el cuerpo” de una persona que consideramos hermosa es “solo el primer peldaño de una escalera” que lleva a que valoremos “la forma de la belleza”.

EEl filósofo británico Nigel Warburton explica en un video de la BBC de qué se trata la fascinante escalera:w s un medio para “el fin más alto” de apreciar la idea abstracta de la belleza, indica Warburton.

Así, Diotima creía que para “aprender sobre la belleza primero hay que reconocer la belleza física del amante deseado” y, si eres racional, también admirarás la belleza física de otros.

Subimos al siguiente peldaño para “ver la belleza que yace más allá de las apariencias, la belleza en la sabiduría y en el conocimiento, la belleza de mentes hermosas, incluso si moran en cuerpos que no son particularmente hermosos”.

El último escalón es llegar a “reconocer la forma de la belleza misma, la noción abstracta, pura, general, de la belleza”, en la que también están presentes “las cualidades morales de la bondad”.

De esta forma, Diotima pensaba que si quedabas encantado con el físico de alguien, estabas subiendo el primer escalón de una escalera que te podía conducir “a una apreciación más intelectual de la belleza universal”.

Diotima es una de cuatro destacadas figuras femeninas en la filosofía griega que te queremos presentar.

Diotima y el amor

Mariana Gardella es doctora en Filosofía, profesora en la Universidad de Buenos Aires y autora de “Las griegas. Poetas, oradoras y filósofas”.

“Es cierto que hay poca evidencia sobre las filósofas griegas, pero eso no suele verse como un desafío cuando se estudian a algunos filósofos griegos de los que tampoco hay mucha información”, le dice a BBC Mundo.

“Siempre se echa un manto de duda sobre las filósofas que a veces resulta un poco excesivo y los estudiosos miran los testimonios con profundo escepticismo”.

Su libro lo abordó desde la postura contraria: creer un poco más en los pocos testimonios y fuentes que hay.

Sin embargo, me advierte que Diotima es una figura complicada: “Hay muchas dudas sobre si existió”.

“El banquete” es la obra de ficción de Platón en la que Sócrates planteó las enseñanzas de Diotima.

El texto, en el que ella aparece como un personaje, está dedicado al eros, al amor.

“Y cuando le toca hablar a Sócrates sobre el eros, dice que va a citar el discurso que escuchó de Diotima, que es una experta en asuntos eróticos”, indica la profesora.

“Sócrates también dice que es una sacerdotisa de la ciudad de Mantinea que, además de ser una entendida en los asuntos del deseo y de haber sido su maestra, hizo unos sacrificios a los dioses para retrasar la llegada de una peste”.

De hecho, Sócrates dice en la obra de Platón: “Todo lo que sé sobre el amor, se lo debo a ella”.

En una sección de un diálogo entre los dos, Diotima le hace una pregunta sobre el amor y Sócrates le contesta que si supiera la respuesta “no admiraría tu sabiduría ni vendría cerca de ti para aprender estas verdades”.

Una escalera que al final está iluminada

GETTY IMAGES. En lo que se conoce como la Escalera de Diotima, la lujuria está en el primer peldaño, mientras que la moralidad, la virtud, están en la cima.

Pero volvamos a las dudas

Martini Fisher es una historiadora y autora australiana que escribió el artículo: «Diotima and the Philosophy of Love» (Diotima y la filosofía del amor).

En él, plantea que eruditos de la Alta Edad Media y de la Antigüedad nunca cuestionaron la existencia de Diotima, quien se cree que vivió en el siglo V antes de Cristo.

“Los primeros escritos sobre Diotima también muestran que era respetada por sus habilidades y su posición en la sociedad. Por ejemplo, la comedia ‘El Eunuco’ de Luciano, escrita en el siglo II d.C., comienza mencionando a Diotima, Targelia y Aspasia como prueba de que hubo mujeres filósofas”.

En un libro emblemático sobre el tema: «Historia mulierum philosopharum» (La historia de las mujeres filósofas) de 1690, Giles Menage tampoco pone en duda su existencia.

Sin embargo, para otros investigadores posteriores, como Allan Bloom, Diotima no es real.

Hasta se ha planteado la posibilidad de que sea el reflejo de otras mujeres de la época.

Busto de Diotima

FUENTE DE LA IMAGEN,EVELYN PARRY/GETTY IMAGES. En la base de este busto de Diotima están escritas frases que se le atribuyen a ella en diálogo con Sócrates.

La filósofa Zoi Alliozi (citada por el escritor Will Buckingham) plantea que “ficticia o no, su voz tuvo una poderosa influencia en los argumentos de Sócrates y, por lo tanto, en la historia de la filosofía tal como la conocemos”.

Por su parte, el Museo de Brooklyn señala en un breve texto sobre Diotima que, «en ‘El banquete’ prácticamente se le atribuye la invención del método socrático de preguntas y respuestas”.

“En contra de los argumentos de que Diotima es una creación literaria que funcionó como portavoz de Platón, algunas académicas feministas han notado en sus palabras una visión ‘femenina’ de una ética del cuidado que la distingue de sus contemporáneos masculinos”, concluye el apartado del Museo.

Para Gardella, lo importante es “darle el valor”.

“No sé sabe bien si las cosas fueron así, pero eso no puede ser un impedimento para hacer un esfuerzo por contar una nueva versión de la historia de la filosofía, diferente a la canónica, que incluya las voces de estas mujeres, las reales y las de cuya historicidad dudamos, porque ellas nos permiten entender cómo eran vistas y representadas”. Margarita Reaño 2024.

SONSOLES COSTERO-QUIROGA, 2024, plantea una interrogante. Pero, ¿qué relación puede darse entre el amor y las artes oraculares? La identidad de Diotima como sacerdotisa la conecta con la esfera femenina de lo místico y la espiritualidad, un terreno donde las mujeres históricamente han desempeñado roles influyentes. Se pensaba que la mujer podría ser mejor representante y transmisora de la «voz de los dioses», quizá porque en su función de madre, podía albergar en su interior una vida, ya sea humana o divina. Pero es esa visión histórica la que ha perjudicado y restringido socialmente a las mujeres, al verlas como receptáculos (de dioses o de hombres).

Poderosa, profetisa y clarividente

Volviendo a Diotima, posiblemente fue una hechicera o una profetisa. Sin embargo, no era una sacerdotisa común, sino una sabia excepcional. Platón nos dirá de ella que «en cierta ocasión consiguió para los atenienses, al haber hecho un sacrificio por la peste, un aplazamiento de diez artos de la epidemia». Este acto testimonia que sus habilidades fueron notables. Y, ciertamente, Diotima no es descrita como un ser humano corriente en «Banquete» de Platón o en la obra homónima de Jenofonte, sino como una profetisa que tiene contacto con una sabiduría que los humanos mortales no pueden alcanzar fácilmente. Ella es en sí misma un ser que tiene acceso a habilidades que están más cercanas a los dioses que a los humanos.

A pesar de sus proezas, el manto del misterio rodea a Diotima y su existencia han sido cuestionadas a lo largo de los siglos. Incluso figuras como Ficino, en el Renacimiento, consideraron la posibilidad de que fuera un personaje ficticio, ya que para muchos resultaba inconcebible que una mujer poseyera tales conocimientos, o que incluso pudiera ser la maestra de una de las figuras más influyentes de la filosofía. Este escepticismo persiste en algunos círculos académicos, señalando la tendencia histórica de menospreciar el papel de las mujeres inteligentes, relegándolas a meros vínculos familiares o tildándolas como excepciones, como si su poder residiese en ser «madre de» o «hija de».

Encontramos, pues, en Diotima un ejemplo no tan raro de una mujer independiente y poderosa, con dotes mágicas y una mente clarividente. Aunque las sombras del desconocimiento aún oscurecen gran parte de su vida, su impacto en la filosofía y en el pensamiento occidental resultan evidentes.

 

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21 Comentarios

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  1. De acuerdo con Sócrates, Diotima decía que “el deseo por el cuerpo” de una persona que consideramos hermosa es “solo el primer peldaño de una escalera” que lleva a que valoremos “la forma de la belleza”.
    Así, Diotima creía que para “aprender sobre la belleza primero hay que reconocer la belleza física del amante deseado” y, si eres racional, también admirarás la belleza física de otros.

  2. En el diálogo de Platón, una serie de hombres discuten sobre el significado del amor, entre ellos Sócrates es el orador más importante. Él dice que en su juventud aprendió la «Filosofía del Amor» de Diotima, quien fue una sacerdotisa o vidente. Algunos autores por ello se han referido a Diotima como «Diotima la socrática». Sócrates dice además que Diotima prescribió sacrificios mediante los que se libraron con éxito de la plaga que agobiaba a Atenas por diez años. El hecho de que Platón aporte datos concretos sobre ello hace pensar que se trata de un hecho histórico: Gracias a un sacrificio que consiguió que ofreciesen los atenienses en otro tiempo, antes de la peste, hizo retroceder diez años el estallido de la epidemia.

  3. Poco se sabe realmente de la vida de Diotima de Mantinea, ya que solo hay un testimonio sobre su vida. Aun cuando se puede encontrar referencias sobre Diotima en la obra Imágenes de Luciano de Samósata, al ser este un autor muy posterior al siglo iv a. C., indudablemente estas se basan en a la aparición del personaje en El banquete, de Platón.

  4. Vale, el griego habla sobre uno de los temas centrales que nos mueve como seres humanos y que, por ende, está presente en todas las culturas: el amor. Sócrates, en un alarde de hacer referencia a su maestro, menciona que todo lo que conoce sobre esta cuestión lo sabe de la mano de la experta en estos temas, es decir, gracias a la sacerdotisa Diotima. Inmensa pensadora para haber calado sobre Sócrates y Platón e influído en la gran cultura ateniense.

  5. Lindo es estudiar la historia y la filosofía griega. Cuando pensamos en Grecia clásica, siempre hay un halo de racionalidad que impregna todo recuerdo: grandes pensadores, estrategas y artistas dejaron huella en lo que se denomina «la cuna de la cultura occidental». Sin embargo, cada una de estas figuras tenía una madre, una esposa o una maestra de la que aprendió lo que sabía. Por ello, en esta travesía por la Historia, nos resulta curioso que cuando se menciona a Sócrates, maestro de Platón, no se hable sobre su maestra:

  6. Diotima pensaba que si quedabas encantado con el físico de alguien, estabas subiendo el primer escalón de una escalera que te podía conducir “a una apreciación más intelectual de la belleza universal”.

  7. en esta travesía por la Historia, nos resulta curioso que cuando se menciona a Sócrates, maestro de Platón, no se hable sobre su maestra: Diotima de Mantinea. Diotima, nacida en el siglo V a.C. en Mantinea (una poderosa ciudad antigua de Arcadia, Grecia), se revela como una sombra en el tiempo. La escasez de datos sobre su vida se debe a que solamente una fuente, el propio Platón, nos ofrece una ventana hacia su existencia. El filósofo griego, en su obra «Banquete», reproduce un diálogo mantenido entre Sócrates y otros invitados, entre ellos, Alcibíades, gran orador y famoso estadista ateniense. Un reencuentro con la filosofía y la historia de este magistarl artículo.

  8. La búsqueda de la virtud, no sólo individual, sino el bien del otro, hace que más tarde esta idea se haya consagrado como la visión platónica de ese sentimiento universal. Lo que comúnmente llamamos «amor platónico» fue en realidad revelado por Diotima a Sócrates. Por tanto, esta mujer no solo es la maestra de Sócrates sino también la arquitecta de una idea epicentral en la filosofía que perduraría a lo largo de los siglos.
    Excelente lectura profesor Pintado. Felicitaciones.

  9. Me gusto mucho este tema que ignoraba. Platón ofrece una ventana hacia la existencia de esta filósofa, quien fue una erudita excepcional cuyas ideas han sido estudiadas y abordadas a lo largo de los siglos como un enigma de la filosofía. He aquí alguno de sus aportes

  10. En los diálogos de El Banquete de Platón, Sócrates confiesa: «Todo lo que sé del amor lo aprendí de ella». Ella es Diotima de Mantinea, una filósofa y sacerdotisa que llegó a Atenas por petición de Pericles (495 a.C.- 429 a.C.) para salvar a la ciudad de la peste. Era la época del Siglo de Oro de Pericles o el Siglo de Oro de Atenas, el Primer y único imperio mudial de la cultura, luego vendría las guerras del Poloponeso y posteriomente la destrucción de Atenas.
    Excelente artículo, gracias por el compartir.